domingo, 31 de octubre de 2021

Lección 72, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"En manos de Vendedores de Humo 2"


-Los vendedores del Libro-


Antes de que surgiese el protestantismo, debido a los abusos de la Iglesia de Roma, La Biblia era un Libro de estudio para la Jerarquía eclesiástica y su valor no era superior al del Catecismo católico. Sí, eran una colección de libros que orientaba a los teólogos; pero donde la última palabra estaba en poder de los concilios tras la rúbrica papal.


Fue a partir de Martín Lutero y de la publicación de la Biblia en la lengua del vulgo, que se empieza a hablar de la Palabra de Dios.


Analicemos la cuestión. Lo que conocemos como Biblia Cristiana es una colección de libros escritos por diversos autores, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Los libros que terminaron formando la Biblia, fue debido a una recopilación y acuerdo humanos, no porque un ángel se lo dictará a algún Profeta.


Dicho de otro modo, dentro de la Colección de libros que constituye la Biblia se encuentran unos determinados libros; pero no otros y a los que se ha venido llamando como apócrifos. Apócrifos del Antiguo Testamento como el Libro de Enoch y apócrifos del Nuevo Testamento como son muchos de los libros gnósticos.


No es posible que un individuo o grupo de individuos humanos puedan decidir aquello que es la Palabra de Dios o no.


En las propias escrituras sagradas se indica que "Toda Palabra es Inspirada por Dios". Os exégetas, de forma interesada, interpretan que el evangelista y profeta se refiere a todas y cada una de las palabras contenidas en la Biblia Cristiana; pero el sentido común, tras su lectura, nos dice que se refiere a la Palabra en general, pues el escritor no podía tener en cuenta los libros que irían sumándose al canon bíblico finalmente aceptado.


Desde un punto de vista gnóstico es muy fácil entender que toda palabra es inspirada por Dios, en tanto en cuanto, todos los seres somos células de Dios y partícipes de la divinidad. Esto es que siendo de origen divino, es lógico interpretar que todo lo que diga una persona cualquiera es Palabra inspirada por Dios. Por el Dios que, aún dormido, mora en el corazón de todos los hombres.


No estamos defendiendo a la Iglesia Católica antes del surgimiento de la Orden Jesuita, motor de la Contrarreforma y gracias a la cual, la propia Iglesia de Roma terminara vulgarizando la colección de escritos que conforma la Biblia Católica, la cual incluye ciertos libros apócrifos como son los macabeos. Son las iglesias reformadas, las que convierten a la Biblia en el más grande bestseller de la Historia de la Humanidad.


Si para el Catolicismo, el Papa era alguien en posesión de la Verdad y que no podía equivocarse; para los protestantes ese papel quedó en la Biblia como Palabra de Dios, a pesar de las diversas fuentes de las que proceden sus escritos y, a pesar de que muchos y valiosos libros fueron rechazados y no forman parte del canon bíblico.


La Biblia es tan Palabra de Dios como los libros de los Vedas, la Odisea de Homero o la Divina Comedia de Dante; en tanto que escritas por humanos, son Palabra Inspirada por Dios.


El sentido común mas básico nos dice que es una entelequia considerar a la Biblia o a cualquier otro Libro Sagrado como la Palabra de Dios; en tanto que sus palabras fueron obra de meros seres humanos. Pocos son los libros que afirman haber sido dado, de forma integra, a algún Profeta y resultan ser burdas falsificaciones. Ese es el caso del Libro del Mormón y que, supuestamente, fuese entregado por el Ángel Moroni al Profeta Joseph Smith, quien fuera el fundador de la "Iglesia de los santos de los últimos días".


Cualquiera que haya asistido, aunque haya sido una sola vez, a una Iglesia Protestante, habrá comprobado que los pastores desarrollan sus sermones siguiendo criterios de sugestión hipnótica similares a los que hoy se conoce como Programación Neuro Lingüística PNL, y que no es otra cosa que una manipulación del Lenguaje dirigida a convencer y a seducir a los oyentes; de ahí la cadencia entre frases contundentes, silencios y otras frases más relajadas y cuyos


ciclos producen un cierto estado


hipnótico entre los feligreses provocando una dependencia emocional de los oyentes hacia el conferenciante evangelista.


Creer el un Ser Supremo no es nada complicado para los seres humanos, dado que la propia divinidad mora en nosotros; pero creer que Dios nos habla mediante una colección concreta de escritos de diversas épocas, nos parece una incongruencia alejada de cualquier inteligencia razonable. Leer no solo no está mal sino que es muy bueno. para adquirir conocimiento y acercarnos a la Gnósis; pero concentrarse, de forma exclusiva, en el estudio y escudriñamiento de un solo Libro, aunque ese sea una colección de escritos, como es el caso de la Biblia, nos parece una incongruencia y algo muy complicado si no imposible de racionalizar.


No se puede, como hacen los predicadores, sacar frases fuera de contexto de un libro, en éste caso de la Biblia y decir, Dios nos dice… o esto es la Palabra exclusiva del Señor. Las propias sectas cristianas, incluyéndola todas, nos demuestran cada día que de las palabras escritas en la Biblia se pueden sacar conclusiones muy diversas y, en algunos casos, contradictorias entre sí.


No estamos hablando en contra de la inspiración divina de los libros que conforman la Biblia, sino de situarla en su verdadero contexto; no como Palabra de Dios sino como palabras de gran inspiración divina, sin excluir a una gran cantidad de otros libros apócrifos y, en algunos casos, considerados como heréticos.


La Biblia, como muchos otros libros denominados como sagrados, vienen siendo utilizados, de forma sistemática, para manipular a las personas y sacar algún tipo de beneficio personal, colectivo o de Poder.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C