martes, 26 de octubre de 2021

Lección 15, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"El Libro como Guía de Viaje hacia el Conocimiento Interior"


La diferencia entre un erudito y un sabio es que el primero "Habla por Boca de Ganso"


Hace años, en una tertulia, se decía: esto es verdad porque lo he leído en un libro. Hoy, la gente dice que una cosa es verdad porque lo ha visto en la televisión o lo ha escuchado en la radio; pero esto, no siempre es cierto.


¿en qué libro lo has leído? ¿en el diccionario, una enciclopedia, un libro técnico, un ensayo literario, una novela…? Una cosa puede ser verdad o no, independientemente del medio de donde hayamos tomado la información.


Existen novelas históricas muy precisas, dado que están muy bien documentadas; pero otras no. Las enciclopedias transmiten el saber del momento en que fueron redactadas. Los ensayos no dejan de ser ensayos y que, como su nombre indica, incluyen muchas hipótesis de trabajo, que solo el tiempo dirá si son ciertas o no. Los libros Técnicos, del mismo modo que los de texto, terminan, con el tiempo, haciéndose obsoletos. No podemos, afirmar, si una cosa es cierta porque la hayamos visto o leído en uno u otro medio. Los medios de comunicación, por ejemplo, están mediatizados por su orientación política, por su fuente de financiación y por las entidades que se publicitan en ellos. En definitiva, lo cierto, real y verdadero, en nuestra Sociedad es algo muy voluble y etéreo.


El Maestro Platón nos dejó dicho "No se Estudia para aprender sino para Recordar" Esto quiere decir que el Conocimiento, aunque oculto u olvidado, ha venido con nosotros, está con nosotros. Ahí tenemos nuestra Intuición y sensación de certeza, que, en general, no se sabe de dónde procede pero existe, es algo real; es como si ya conociéramos cosas que todavía no hemos leído, estudiado o ni siquiera contado.


Un erudito puede ofrecernos una información exhaustiva, dando las fuentes, fechas y todo tipo de datos porque ha memorizado un determinado conocimiento. Por ejemplo, existen muchos eruditos, de diversa índole, respecto a la Biblia u otras denominadas como sagradas escrituras.


"Juan 3:16, Porque de tal manera amó Dios al Mundo que ha dado a su Hijo Unigénito para que todo aquel que en el crea no se pierda, más tenga la vida eterna"


Cualquiera que haya tenido algún contacto con miembros de alguna Iglesia Evangélica o de los Testigos de Jehová, puede confirmar que sus miembros se conocen la Biblia, según su interpretación, al dedillo. Eso es erudición también. Muchos, por ejemplo, licenciados o doctores en Filosofía pueden relatar, tanto la historia de los filósofos como aquellas teorías que sustentaron; es decir, conocen mucho de los filósofos y de sus argumentos; pero yo lanzo una pregunta ¿en realidad, todos son filósofos? pues yo diría que, en unos casos, es posible que lo sean, dado que aprendieron a pensar por sí mismos; pero otros, con seguridad, se quedaron estancados en la erudición de sus estudios.


El Sabio, el verdadero Filósofo, utiliza su aprendizaje, cualquiera que sea el medio de donde obtiene la información, como una guía de viaje hacia el verdadero Conocimiento y que se encuentra en su Interior. Un Filósofo jamás dirá que una cosa es cierta porque la dijo Sócrates, Aristóteles o Albert Einstein, grandes hombres, todos ellos, sin duda alguna.


El estudio del Sabio consiste en adquirir información, asimilarla como propia y estructurarla según su Ser Interno poniendo, siempre, en duda todo tipo de información porque el Filósofo no se cree nada de lo que le cuenten hasta que descubre, por sí mismo, la veracidad de la Información.


Alguien que va a realizar un viaje a una determinada parte del Mundo, suele hacerse con algunas guías de viaje para orientarse respecto a lo que va a encontrar y como comportarse en su lugar de Destino; pero está claro, que la experiencia no será real ni estará completa hasta que el lector de las guías haya concluido su viaje. Entonces, solo entonces, bajo su propio criterio podrá confirmar o desmentir ciertos aspectos reflejados en las guías de viaje.


Eso es así, porque cada experiencia es diferente, además de que las propias guías están redactadas, por lo general, por gente interesada y que cobra por realizarlas.


Así, tanto el Sabio Filósofo como los aspirantes a ello, como somos todos los estudiantes de la Rosacruz, debemos de tomar toda la información que nos llega con pinzas; es decir, con prevención. No debemos dar algo por cierto o falso porque alguien de nuestra confianza nos lo haya contado, porque lo hayamos leído en el Diccionario de la Lengua Española o lo haya comentado algún acreditado periodista de algún medio de Comunicación.


Es por ello que, tanto el Silencio como la Paciencia deben de ser los principales baluartes de todo aspirante a Sabio. Solo tras haber digerido la información y ser contrastada por la lógica del Sentido Común intuitivo, procedente de nuestro Ser Interior, es que podremos dar por buena cualquier Información; pero no porque nos haya sido dada, sino porque lo hemos comprobado, Nuestro Ser Interno nos lo ha confirmado, pues él posee todo el Conocimiento del Multiverso y, también, de los planos celestiales.


La mayoría de los estudiantes rosacruces poseemos una nutrida biblioteca; pero esos libros, esas fuentes de información nunca deben de ser tomadas como verdades absolutas sino como guías orientativas de la Verdad; pero no serán Verdad hasta que nuestra Divinidad, nuestro propio Daemoniums, nuestro Espíritu Eterno lo haya confirmado.


Es por todo ello que me disgusto cuando alguien me pregunta. ¿donde ha leído o estudiado lo que usted nos está contando? Yo no hablo para que se me crea o se me deje de creer sino para daros datos que os permitan pensar por vosotros mismos. Yo nunca os mentiré, a sabiendas; pero tampoco deberíais de creer, a pies juntillas, todo lo que os cuento, pues pudiera estar equivocado o, simplemente, esa Información solo me sirve a mí y no a vosotros.


Aralba Pensator Minister (Frater RC)