jueves, 28 de octubre de 2021

Lección 55, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"La Espiritualidad no es enemiga de la Religión"


-Cuando nos quieren hacer creer que el ateísmo y la espiritualidad están aliados-


Para los fanáticos religiosos existe muy poca diferencia entre la gente espiritual que no práctica alguna religión y aquellos que se reafirman en la no creencia en Dios. Para ellos, todos los que no profesan su religión son herejes y ahijados del Diablo.


A los ateos, con tal de arremeter contra la Religión, sea del signo que sea, no les importa crear alianzas temporales con aquellos que sienten que hay algo; pero no comulgan con alguna Religión concreta.


La gente, verdaderamente espiritual, ve, tanto a los ateos como a los religiosos, como personas que están en el camino que les corresponde; en ningún instante piensa que están errados sino que están ahí porque tienen que adquirir unas determinadas experiencias y que de otro modo no podrían.


La diferencia de un Ateo respecto de un Creyente, es que el Ateo se niega a creer en Dios y pone las excusas de la Ciencia porque es lo más cercano que tiene; aunque conoce, de sobra, que la Ciencia no solo es imperfecta sino que se encuentra en panales. La Ciencia puede servir, tanto para alejarnos de Dios como para acercarnos a él. Del mismo modo que las religiones son manipulaciones de la espiritualidad gnóstica, así el Ateísmo es una manipulación en sentido inverso.


La Persona religiosa se comporta como un cordero creyente. La Persona atea se comporta como un lobo rebelde. El creyente necesita creer y el ateo se niega a hacerlo.


Aún así, ambos tipos de personalidades poseen una característica común: El Fanatismo que muestran en demostrar, unos su Creencia y los otros su descreencia; es decir, creen firmemente, que están en posesión de la Verdad. Una verdad blanca o negra; pero libre de cualquier matiz.


Tanto el Creyente como el Ateo, si alguna vez reciben la Luz de la Razón y abandonan su fanatismo, pueden reconvertirse en gnósticos espirituales, pues tanto las creencias religiosas como la filosofía agnóstica, fuente principal del pensamiento ateo, poseen parte de la verdad. Es como si unos se agarraran a uno de los extremos de la Verdad y otros lo hicieran del otro extremo, cuando la Verdad incluye todos los matices; donde estos son los argumentos que alardean los fanáticos extremistas, de la índole que sea.


La Persona iluminada espiritualmente ve tanto al creyente como al ateo, como hermanos que solo requieren un poco de luz para comprender que la espiritualidad tiene que ver tanto con el misticismo como con la razón. Un misticismo, llevado al extremo, por la gente más religiosa y un raciocinio exacerbado en el caso de los ateos y donde todo aquello que sea indemostrable no tiene validez alguna.


La Espiritualidad no puede ser enemiga de la Religión, recuerden que el Ateísmo no es otra cosa que una Religión sin Religión, una Religión que predica, si así se desea, la anti religión; pero lo cierto es que, aunque manipulados, tanto la Religión como el Ateísmo proceden, ambos, de la .Ia fuente gnóstica; pero en ambos casos, de uno u otro lado, el Conocimiento es incompleto. Y es incompleto porque de trata de un Conocimiento manipulado, cercenado y censurado para que sea digerido de una determinada manera.


En eso consisten todas las religiones, incluido el ateísmo, en aceptar una parte del Conocimiento, una parte de la Verdad, una parte de la Gnósis, abandonando la parte principal; aquella que también existe, en el medio de los extremos. Esto se hace para que unos pocos puedan controlar a las grandes masas. Es evidente que el propio controlador no puede ser un Iluminado espiritual; pero conoce lo suficiente de la Gnósis como para utilizar ese conocimiento a su favor, respecto de sus semejante.


El Hombre Espiritual se encuentra debidamente crucificado entre los dos extremos y no le queda otra que exclamar, Dios mío, perdónalos porque no saben lo que hacen. Son como niños  que deben de ir descubriendo los secretos de la Vida por sí mismos.


Una Persona Espiritual no intenta, en modo alguno, convencer a alguien de que sus creencias son erróneas. Hemos visto que no.lo son; pero sí son imperfectas y el Iniciado debe de ejercer su Paciencia y su Ejemplo; dado que son las únicas armas que se le permiten en el despertar de sus semejantes.


El proselitismo no es que no sirva, que también, sino que es contraproducente, pues lo único que estaríamos haciendo es cambiar una determinada creencia por otra, cuando de lo que se trata es de despertar nuestra luminaria interior, la cual mora en nuestro Corazón y reside en el Alma del Ser Divino que, en esencia, somos. Bien, ese acto es algo individual que cada cual realizará cuando le competa y se encuentre preparado. Forzar la iluminación no sirve de nada; al.menos de nada bueno, pues a lo único que lleva es a intentar el fanatismo de la credulidad o de la incredulidad.


Aralba Pensator Minister, Frater RC