martes, 26 de octubre de 2021

Lección 19, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"Apuntes sobre el verdadero origen del Pueblo Judío"


A estas alturas, como herejes que somos, los estudiantes rosacruces somos conscientes de que la verdadera Historia no existe. Toda Historia es falsa en tanto en cuanto que se mezclan, de forma premeditada, hechos reales con otros míticos, falsos de necesidad con el fin de engrandecer un patrimonio ficticio y legendario.


Uno de los pueblos mejor estudiados del mundo arqueológicamente, es el del Antiguo Egipto y, por más que se ha indagado en sus anales escritos con jeroglíficos, no se ha encontrado la constancia de que en el Egipto faraónico, en algún momento, hubiese existido un tal pueblo Hebreo, procedente de Sumeria, que adorarán a un tal Jehová (Javeh), que hubiesen sido tratados como esclavos construyendo las pirámides.


Lo siento por los judíos; pero toda sus Historia escrita en su Libro, es un montaje, una verdadera Historia inventada para meter en el inconsciente de su Tribu, una antigüedad inexistente y la creencia firme de ser el Pueblo elegido para llevar al Mundo la Palabra del Dios único.


El Pentateuco y la Tora, origen del estudio del Talmud no es otra cosa que una serie de cuentos contados de forma cronológica para hacerlos parecer como un relato histórico; pero entonces ¿cual es la verdad de la falsa Historia y que la arqueología, por lo tanto, es incapaz de desentrañar?


El origen del Pueblo Hebreo o Judío no se encuentra en Sumer sino en Egipto en la época del Faraón Amenophis IV, Akhenaton y que instituyese la primera Religión Monoteísta conocida, el Culto al Disco Solar Atón. Tras la breve revolución encabezada por el Faraón, respecto del paganismo politeísta del panteón de dioses egipcios, el Culto de Atón fue sustituido por el Dios Amón Ra y el retorno a Egipto del panteón de divinidades que el monoteísmo de Akhenatón había depuesto.


Es a partir de aquí, que se cierne una nube de gran oscuridad, pues como siempre sucede en la Historia, los vencedores intentan eliminar cualquier vestigio de la Historia del Pueblo vencido. En este caso concreto se trata de una historia fratricida, entre hermanos, organizada por los sacerdotes de Amón; pero esa destrucción no pudo ser completa y existen vestigios arqueológicos muy importantes del Culto a Atón; pero de la noche a la mañana no solo desaparece el culto a Atón sino que sus seguidores desaparecen de la fa, de Egipto como si todos ellos hubiesen retornado al paganismo politeísta o, simplemente, se hubiesen marchado.


Lo que realmente sucedió es que la Secta del Dios Atón, para salvar su Vida y nueva Tradición, huyó de tierras egipcias adentrándose en las tierras que ocupaban los pueblos semitas procedentes de la antigua Sumeria y que poseían sus propios mitos y tradiciones.


Queremos entender que,en dicho periplo, los sectarios de Atón, por el camino, fue reclutando adeptos hasta conformar una importante comunidad que orbitaba alrededor de la Creencia del Dios único creador de la Vida en la Tierra; pero ¿cuando comienza a crearse la verdadera mitología histórica del Pueblo Hebreo y que ha llegado hasta nuestros días?


En un determinado momento de la Historia, está vez muy bien documentado, un extraño pueblo Semita, adorador de un solo Dios y procedente de Palestina, fue literalmente extraído de la Tierra en que habitaba y llevados, esta vez sí como esclavos, hasta Babilonia, heredera natural de la antigua Sumeria.


Fue allí, durante el rapto de la Secta Egipcia del Dios Atón y que se había mestizafo, por siglos, con las tribus semitas del desierto, que se recreo toda una nueva Historia, la Historia del Pueblo Hebreo, procedente de Abraham, Jacob y José y que terminaría siendo esclavizado por el terrible Faraón de Egipto.


Es como si le hubiesen dado la vuelta a la tortilla de la verdadera Historia.


Un pueblo procedente, realmente de Egipto, huyendo de la persecución religiosa, en contacto con el poder cultural del Pueblo de Babilonia, tras su apresamiento o rapto, crea una nueva Historia que ya no se remontaría hasta que Akhenatón instituyese el monoteísmo en Egipto, sino hasta los mismos orígenes de


la Humanidad, hacía cerca de cinco mil años, en la antigua Sumeria, situada entre el Tigris y el Eufrates.


Por el arte de invención de los primeros rabinos asentados en Babilonia fue que se creó una nueva Religión, la Judía basada en una mitología arcana politeísta, la propia babilónica, heredera natural de Sumeria, y la transmisión de una herencia monoteísta que, históricamente, no se había producido en el mundo hasta la aparición del Dios Atón, de la mano del Faraón Amenophis IV.


A partir de cero se creó toda una nueva Historia inventada, con unas nuevas leyes registradas en el Pentateuco, los primeros libros de la Biblia, y que se ha transmitido hasta nuestros días como verdades históricas absolutas. Una verdad imposible de demostrar desenterrando piedras es falsa de necesidad. Se trata de una Historia que nunca existió salvo en la mente de sus rabinos creadores y estuvieran exiliados en las cuotas tierras de Babilonia.


Luego el Pueblo Judio no es otra cosa que la conjunción de ciertos factores que revolotean alrededor de la Idea del Dios único y de la imperiosa necesidad de transmitir, dicho conocimiento monoteísta, a través de las edades por alguien ¿quienes mejor que el Pueblo Elegido de Judá? Un pueblo ficticio, por supuesto, constituido por los egipcios seguidores de Atón huidos de la Tierra que los vieran nacer, la casta sacerdotal, y de los individuos y comunidades que se les fueron uniendo por el camino, estos sí de origen Semita; pero la Historia del Israel que conocemos no comienza en Sumer ni en Egipto sino que se origina en Babilonia, contando una Historia absolutamente inventada (legendaria), partiendo de cero y aglomerando historia y mitos procedentes tanto de la propia Babilonia Sumerica como del Egipto faraónico, el verdadero origen de la casta sacerdotal del Pueblo Hebreo.


Aralba Pensator Minister (Frater RC)