jueves, 28 de octubre de 2021

Lección 58, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"Rosacruz e Hipnosis, mitos y verdades"


Cualquier Discípulo de la Rosacruz deberá conocer el Arte de la hipnosis. Desde el Siglo XVIII, si no antes, el Hipnotismo ha sido una parte fundamental, dentro de las terapias rosacruces. Desde Mesmer a Cagliostro, pasando por Saint Germain, todos fueron expertos en esta técnica de llevar a sus pacientes hasta un trance profundo y, desde allí, sanar muchas enfermedades psicosomáticas.


Existe una enorme carga de superstición, acerca de la hipnosis, desde el Siglo XIX, procedente, principalmente, del mundo teosófico y, por lo tanto, de las organizaciones rosicrucianas que surgieron de su seno.


Al contrario de lo que se ha venido diciendo, el hipnotizador no posee poder alguno sobre el individuo hipnotizado, salvo que éste así lo desee. La mala fama del hipnotismo procede, además de la superstición aludida, de una ingente cantidad de charlatanes que crearon, en torno a la hipnosis, toda una leyenda de maldad semejante a la de la Magia Negra.


El hipnotizador no índuce su cuerpo vital en el del hipnotizado con el fin de que éste haga su voluntad. Nadie se convierte en un criminal por ser hipnotizado, salvo que ya lo sea y que tanto él como su hipnotizador sean de la misma cuerda y estén compinchados para cometer un crimen. A lo sumo, el hipnotizador, potenciará la falta de voluntad del sujeto hipnotizado al promover la creencia en su carisma. Mucha gente se tira al pozo porque se lo ha dicho su maestro sin necesidad de estar hipnotizados, sino porque dicha gente, ha puesto su voluntad en mano de su Gurú. No puede echarse la culpa a un hipnotizador por los hechos realizados por la persona hipnotizada. La Gente hace lo que quiere hacer y la hipnosis solo da el empujoncito necesario para que el hipnotizado tome su propia decisión.


Al contrario de lo que se nos ha mostrado en cómics, novelas y películas, un hipnotizador no puede actuar a distancia; por ejemplo, con una llamada telefónica y una palabra clave, previamente sugestionada, y que pudiera servir como resorte para que el hipnotizado realice un plan previamente inducido. Eso no se puede.


El trance hipnótico puede realizarse por sugestión externa o por autosugestión. Muchos de ustedes creen firmemente que jamás fueron hipnotizados o practicaron la autohipnosis; pero, ahora les demostraré lo contrario. Si ustedes han seguido algún método de meditación, en sus logias o mediante algún reproductor de audio, ustedes han seguido las directrices de un hipnotizador. Si usted, en el silencio y tranquilidad de sus aposentos, han realizado una automeditación; ustedes han practicado la autohipnosis.


La Hipnosis nace en Europa de forma independiente a las tradiciones orientales; pero tanto la Hipnosis como la Meditación tienen como base la sugestión y la autosugestión, ya sea inducida por un elemento externo o interno. Del mismo modo que la hipnosis puede ser superficial o en trance profundo, la Meditación, del mismo modo, puede resultar superficial o en extremo profunda.


Otro de los mitos o leyenda, acerca del hipnotismo, promulgada por los escritores de ficción y apoyada por charlatanes de diverso pelaje, es que alguien puede quedar sumido en un trance permanente en caso de que así el hipnotizador lo quisiera. 


Es decir, supongan que alguien es hipnotizado y entra en un trance profundo; pero antes se le ha dado una palabra clave para despertar. Ahora supongan que el hipnotizador muere, en el proceso, por un infarto; según ese mito, el hipnotizado quedaría en un trance permanente similar a un coma; pero eso es falso. Porque el Trance hipnótico tiene más que ver con el sueño profundo que con un coma. Pasado un rato, aunque el hipnotizador no hiciera acto de presencia, el hipnotizado despertaría, de forma natural, de su trance, como si de un sueño se tratara.


Otro de los mitos muy comunes acerca de la hipnosis, promovida por los feriantes y charlatanes, es que una persona hipnotizada, tras despertar no recuerda nada de lo acontecido durante el trance hipnótico. La voluntad del hipnotizado es siempre cómplice del hipnotizador. El hipnotizado realiza las cosas que le dice el hipnotizador por propia voluntad, así como recuerda todo lo que haya dicho o contado mientras estaba en estado de hipnosis.


La Hipnosis o sugestión profunda, como parte del mesmerismo, es una parte importante en los procesos de curación mediante el denominado como magnetismo animal, ya sean las técnicas secretas de sanación rosacruz, como las del Reiki o la imposición de manos de curanderos o predicadores pentecostales. 


En el fondo debemos siempre hablar de autosugestión y auto curación. Si el hipnotizado o el paciente de un curandero no desea fervientemente sanar, no sanará; porque el sanador por imposición de manos, el magnetizador o el hipnotizador, no son otra cosa que meros directores de orquesta. quien toca el instrumento es siempre el paciente sugestionado o hipnotizado.


La peor de las supersticiones referente a la hipnosis es que si eres hipnotizado pasas a ser una especie de títere del hipnotizador y que eso podría perjudicarnos en nuestra vida espiritual; pero no todo es de color de rosa, pues en el Mundo de la Hipnosis, como en cualquier otro sector de la vida social, no solo existen charlatanes sin escrúpulos sino también auténticos timadores. Le cuento, ¿alguna vez abrió la puerta de su casa a un vendedor de enciclopedias?, de ser así ¿lograron venderle la enciclopedia y a las pocas horas usted se ha preguntado para qué carajo quería usted eso? 


Es muy raro que, alguna vez en la vida, no nos haya sucedido algo parecido. En esos casos utilizaron prácticas de sugestión para que creáramos en nosotros la necesidad de adquirir algún producto. La propia publicidad de los medios de comunicación funcionan de dicho modo; pero, no se equivoque, la última palabra la tiene usted; pero desde niños lo acondicionaron para no decir que no. Su propio acondicionamiento social lo ha traicionado. El vendedor tan solo conoce los trucos necesarios para enfrentarlo con sus propias limitaciones. 


Si lo mira bien, en el fondo usted sí quería esa enciclopedia o esa aspiradora, o ese viaje al Caribe, o ese seguro, porque usted y yo, todos nosotros, hemos sido acondicionados al consumismo sin límites y si alguien nos ofrece algo nuevo, con la técnica necesaria, somos incapaces de decirle que no.


Ahora le demostraremos que todo lo anterior es cierto. Es decir, usted no fue estafado por algún vendedor carismático. Usted cayó en el viejo timo de la estampita y da su dinero para conseguir algo que usted cree que necesita aunque, en realidad, no le haga falta. La prueba es que si usted no tiene dinero, por mucho que insista el vendedor, usted no adquirirá su producto, porque hay una fuerza mayor a la sugestión de que usted necesita algo. Esa fuerza es que usted no posee medios económicos para adquirirlo y, tenga por cuenta que, el vendedor no se lo va a regalar.


Por lo tanto, la hipnosis, la sugestión, la meditación, son poderosas herramientas en manos de personas virtuosas y honestas. La idea es que usted sepa distinguir quién es o no es honesto; cosa bastante complicada; pero yo le daré la pista crucial. Un Discípulo Rosacruz, un Curandero magnetista o un Sanador espiritual jamás cobrarán por ayudarles. Un timador le contará una película increíble por su actuación y, como en el fondo quien se cura es usted mismo, pues tiene un cincuenta por ciento de posibilidades de sanación. Si sana, creerá que es el charlatán quien lo sanó y quedará en sus manos por bastante tiempo sacándole los cuartos.


Por lo tanto, no tema a la Hipnosis y a la que se ha rodeado de superstición así como de mitos y leyendas infundadas; pero sí desconfíe de aquellos que le digan que con la hipnosis se curará. Mejor aprenda la autosugestión y cúrese a usted mismo o su bolsa menguará considerablemente.


Aralba Pensator Minister, Frater RC