Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":
"¿Como se aprende la Magia?"
-Fijaos que no preguntamos ¿como se enseña la Magia?-
La Magia ni se enseña ni se aprende, sino que se recuerda.
Los maestros de magia no existen. En todo caso, orientadores y guías que nos dirijan por el Camino del Conocimiento Interior. La Magia es algo muy personal de cada individuo humano que no puede ser transferido de persona a persona. El Maestro de Magia prepara a su Discípulo para que descubra, por sí mismo, la Magia de su verdadero Maestro Interior.
En ese sentido podría decirse que aprender y recordar podrían ser sinónimos de una misma cosa; dado que aprendemos sincronizados al ritmo que vamos recordando. Y recordar es lo mismo que despertar en tanto que solo podemos recordar respecto del grado de despertar en que se encuentre nuestro Christos o Ser Interno.
Digamos que la Magia es algo que viene con nosotros, de serie, en un bolsillo secreto de nuestro abrigo y que, cada uno, debemos de descubrir por nosotros mismos.
Los maestros exteriores, a lo sumo, nos podrán indicar que nosotros somos seres mágico que debemos de descubrir, por nosotros mismos, la magia que mora en nuestro interior.
Esto se explica porque cada Individuo es un Universo en sí mismo y completamente distinto y diferenciado del resto de seres humanos. Lo que para uno sirve y es beneficioso para otros será contraproducente y solo servirá como freno para su buen desarrollo y evolución personal.
Sí, porque aunque el Espíritu es único e idéntico, en todos los individuos de la Especie; sin embargo, la Personalidad y nivel de desarrollo es muy diferente entre unos y otros. La Personalidad, tan denostada en ciertos círculos espiritualistas, es la herramienta imprescindible para que la Magia, el Amor, pueda desarrollarse convenientemente.
Una Personalidad egocéntrica y, por lo tanto, amoral, es imposible que pueda entender el verdadero concepto del Amor, haciéndola completamente refractaria a la Magia. Dicho de otro modo, no es que la Magia no pueda entenderla, que también, sino que su terreno no está abonado para que, primero, la Magia pueda germinar y, después, crecer y fructificar.
Solo una Personalidad que ha conocido las profundidades infernales es capaz de auparse hacia las zonas elevadas, vibratoria ente hablando, donde la Magia del Amor puede nacer y fructificar. Solo una Personalidad experimentada y que ha sido capaz de reconocerse como ineficaz e insuficiente, es que puede revelarse contra sí misma. Sí, porque no hay, de momento, otra Entidad contra la que revelarse que ella misma, pues el Espíritu Chrístico aún pertenece, en forma germinal, en las capaz más profundas de su interior.
Es bajo condiciones absolutamente extremas que la propia Personalidad reconoce su incapacidad para seguir adelante pues reconoce haber tocado fondo y encontrarse ante un camino que no posee salida alguna. La Personalidad, bajo esas condiciones, se rinde ante la evidencia de que ella no puede seguir adelante sin una ayuda que desconoce de donde podría proceder y busca y busca y busca. Es entonces, cuando se puede hablar de que una Personalidad se ha convertido en una buscadora activa de la Luz de la Verdad.
Mientras tanto, la Magia del Pleroma, es una entelequia inalcanzable para ella.
En esas circunstancias de terrible sufrimiento interior, la Personalidad se quiebra y abre su férrea coraza a la fuerza electromagnética procedente de las profundidades del Cosmos. Ese llanto, ese ruego inconsolable de la Personalidad vencida por las circunstancias, la hace resonar, vibratoriamente hablando, con la Gnósis procedente del Mundo Original y que permea todo el Cosmos.
En esa situación de debilidad provocada y de indefensión, es que la Gnósis penetra en lo más profundo de nuestros genes y provoca que el germen chrístico despierte de su largo letargo. El Niño Dios ha nacido gracias a la auto rendición de la Personalidad. El proceso de Iniciación ha comenzado. Poco a poco, la propia Personalidad va alimentando, con su propia esencia, al Espíritu inmortal recién nacido para éste Mundo.
De algún modo existe una cierta canibalización y que se refleja exotéricamente en el simbolismo de la Comunión Cristiana; pero resulta que la canibalización es inversa a cómo se nos ha contado. No es la Personalidad la que se alimenta del Cuerpo de Dios; sino que es el Dios, recién llegado a éste Mundo, el que se va alimentando con el Cuerpo de la Personalidad auto sacrificada para que el Eterno, el único que posee un futuro, pueda desarrollarse primero, en el trono del Corazón, sede de las emociones, y después en el de la Cabeza, sede de la Mente. No se trata de una relación parasitaria impuesta sino una situación previamente buscada por la Personalidad y donde solo puede quedar uno, el Christos.
Cuando la Personalidad ha sido plenamente fagocitadas, es que el proceso iniciático finaliza con la Christificación. Es entonces y solo entonces que suceden dos cosas importantes. Primero, ha nacido el Taumaturgo, el verdadero Mago y después que la Personalidad que se ha autisacrificada rendida a la Verdad que desconocía es que queda redimida o salvada.
Solo bajo este proceso iniciático es que la Personalidad, previamente devorada con su consentimiento, es que resurge, como un ave Fénix, formando una única unidad y que formará el Vestido de Bodas del que hablan los hermanos rosacruces.
Solo, dado el caso explicado, es que nada se habrá perdido. El Christos, totalmente formado, es ahora propietario de toda la memoria de la antigua Personalidad, de su Consciencia y de todo tipo de experiencias. Ahora, la Personalidad fenecida y el Eterno que vivía, en germen, en nuestro interior es que forman una unidad indisoluble. Ese conjunto es lo que los rosacruces conocen como el Cuerpo Chrístico.
El Supremo Avatar ha nacido, siendo capaz de prodigios imposibles de explicar con la racionalidad de éste Mundo.
Bajo esta nueva circunstancia, el Iniciado trascendido es capaz de realizar milagros imposible. Resucitar a los muertos, viajar, en forma corporal, largas distancias de firma instantánea, visitar otros planetas e incluso el interior de las estrellas, estar en diferentes sitios, de firma física, en diferentes lugares por muy alejados que pudieran estar, leer, con claridad, el Libro de la Naturaleza e incluso trasladarse a Shambala mirada de la Orden Invisible de la Rosacruz.
Ahora sí, el Mago ha recordado su condición divina y la hace efectiva para el bien del Universo y, por ende, del total de la Humanidad.
La conclusión de todo ello es la evidencia de que el Mago se hace a sí mismo tras una búsqueda intensa, hablamos de aprendizaje y simultáneo recuerdo, y en cuyo proceso han podido existir uno varios maestros externos, cuya única finalidad ha sido orientarlo hacia la búsqueda interior del Maestro verdadero y que no es otro que el propio Christos, el Dios incognoscible que mora en todos y cada uno de nosotros aunque la Personalidad, durante la mayor parte del Proceso, no haya sido consciente de ello.
El proceso para llegar a este Estado, pueden encontrarlo, sistematizado, en nuestras aulas
Aralba Pensator Minister, Frater R+C