Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":
"Las democracias actuales, organismos fuertemente parasitados"
Faltan médicos y sanitarios.
Faltan profesores.
Faltan jueces y policías.
Faltan funcionarios en todos los organismos públicos.
Sobran políticos en todos los estamentos del Estado.
El Sistema Democrático es un Organismo fuertemente parasitado, y todo Organismo parasitado está condenado a su defunción, su extinción.
Ante lo anterior, cualquier político argumentará que es pura demagogia. Demagogia es su palabra clave para desmontar cualquier tipo de argumentación ideológica, aunque esté basada en hechos contrastados.
Ya, Platón, en la antigua Grecia, no era demasiado amigo de la Democracia, pues conoció, en sus orígenes y de primera mano, la facilidad de ser parasitado cualquier Estado Democrático.
Nuestra supuesta Democracia es un Sistema Partitocrático, basado en los partidos políticos y cuya constitución es jerárquica y fundamentada en la más estricta disciplina de Partido; es decir, una vez decidida la política a seguir, los miembros de los partidos políticos han perdido su iniciativa y están condenados a seguir la directriz que designa la Cabeza de sus partidos políticos.
No sé, pongamos que en un Parlamento hay, cien, trescientas o mil personas; es indiferente, en realidad sólo existirán las opiniones votables o elegibles del número de partidos que existan en la Cámara, es decir, tres, cuatro o cinco a lo sumo; dado que no existe libertad de voto para los miembros de cualquier Cámara Parlamentaria.
Dado que la mayoría de miembros de todo el entramado político, no dejan de ser incompetentes profesionales elegidos por su lealtad y disciplina hacia todo aquello que decida la jerarquía de su Institución Política, resulta que existe una cadena de incompetencia que se replica a modo de máquinas de "Von Newman". Nos explicamos.
La Jerarquía más elevada de los partidos eligen como sus segundos a gente más incompetentes que ellos para evitar que pudieran, en algún instante, hacerles sombra y quitarles su puesto de trabajo. Estos, a su vez, hacen lo propio con la gente que se rodea y así de forma consecutiva, conformando una masa de políticos extremadamente incompetente, fácilmente corruptible y que por su innata incompetencia tiende a multiplicarse de forma exponencial.
Los políticos reciben un salario, bajo, medio o grande, es igual, que no se corresponde ni con sus capacidades ejecutivas ni con su productividad. En realidad, se trata de personajes altamente improductivos que están ahí para obedecer las directrices que les llegan de lo más alto de la jerarquía y, por lo tanto, la representatividad popular queda como algo meramente anecdótico.
En la Política, es el único Trabajo, por llamarlo de algún modo, donde los propios políticos son los que deciden sus subidas salariales y aumento de privilegios, como recibir determinadas dietas y suplementos así como mantener, después de haber realizado sus cargos, independientemente de su edad cronológica, unas pensiones vitalicias.
Pero si solo estuviésemos hablando de los parlamentos, el problema, aún grave, no sería crítico; pero el problema es que el Sistema referenciado se replica hacia abajo en los niveles jerárquicos de la Política Nacional. Están las Diputaciones Provinciales, las Delegaciones de Gobierno, las Comunidades Autónomas y los cabildos y ayuntamientos, con lo que el número de políticos nutriéndose de los impuestos de los ciudadanos se convierte en algo insostenible
Esto se ve empeorado, dada la incapacidad de la mayoría de políticos profesionales, de la necesidad de contratar, con unos emolumentos exorbitantes, una serie de consejeros que son de los que, en última instancia, proceden las decisiones técnicas; independientemente de que los políticos las lleven o no a cabo.
Todo lo anterior produce que la Maquinaria política, no solo sea un instrumento altamente burocrático, sino también muy lento e ineficaz que solo hace fagocitar los recursos económicos del País y, por lo tanto, disminuir, considerablemente, la calidad de vida de sus ciudadanos que se encuentran cada día más agobiados por el necesario incremento de impuestos para mantener activa tan monstruosa maquinaria política.
Pero si todo esto pudiera parecer poco, hay que sumar la intrusión de los lobbys financieros, energéticos y de todo tipo, que favorecen la extensión de la epidemia de la Corrupción. Los Políticos, en general, dada su auto reconocida incompetencia, habiendo convertido la Política en su Carrera Profesional, no sienten su futuro seguro y sienten la imperiosa necesidad de acaparar emolumentos dinerarios de allá de donde procedan; es decir, ponen el cazo para favorecer, de forma política, a determinados grupos de poder.
Eso en la mayoría de los casos convierte a los políticos en una suerte pluriempleados. Por un lado reciben, por su incompetencia, un salario del Estado y, por su corrupción reciben otro de parte de los mencionados lobbys que buscan sus propios intereses.
Por lo tanto, los políticos, a pesar de haber sido "elegidos" en convocatorias electorales por el Pueblo y recibir un más que digno salario del Estado, resulta que no trabajan para el Estado, que sería la representación popular, sino para las gentes que los corrompen.
Todo lo comentado, a medio o largo plazo, como puede entenderse, es algo insostenible y condenado al fracaso, pues llega un momento en que, por mucho que se presione la carga fiscal, el dinero para alimentar a la maquinaria del Estado ya no fluye y, es entonces, cuando los gobiernos endeudan a sus países hasta las cejas, dejando de ser países libres para pasar a estar supeditados a los poderes que los financian.
Ya sólo queda reducir gastos de personal, como comenzábamos este artículo, terminando desmembrado la parte útil de la maquinaria del Estado mientras se conserva indemne la parte inútil y parásita; es decir a los políticos.
Supongo que tras lo expuesto queda claro porqué las democracias son sistemáticamente depredadas por una serie de parásitos que no dejan de crecer y multiplicarse.
Como dije en un principio, cualquier político tildaría nuestro trabajo de pura demagogia aunque se trate solo de la verdad de lo que está sucediendo y, esa, esa es la causa por la que el Maestro Platón no creía demasiado en la Democracia, porque la Democracia es un avispero de parásitos condenados a desintegrar la fuente de su alimento, la propia Democracia y, lo que es peor, al hundimiento y destrucción de los países en los que nace, se desarrolla y muere.
Aralba Pensator Minister (Frater RC)