Sin entrar en consideración del significado semántico del vocablo Alma, sin
embargo, intentaremos para mejor comprensión equipararlo con los de Vida y Voluntad.
Se supone que una cosa está viva cuando posee algo de voluntad, por mínima que
sea como en el caso de las plantas u otros organismos considerados como
inferiores. No vamos a caer en la trampa de entrar en la explicación de lo que
es el Alma desde un punto de vista religioso.
Cualquier Ser vivo u objeto animado posee un Alma que lo impele al
movimiento, a la actividad. El alma, digamos que se trata de algo invisible,
intangible e inconmensurable, imposible de medir, al menos con los instrumentos
que nos proporciona la actual tecnología; no obstante, como en el caso de la
electricidad, podemos observar sus efectos. Las plantas se mueven de forma
imperceptible buscando la luz del sol para poder desarrollar la fotosíntesis.
Los animales, con su metabolismo más acelerado,
buscan su alimento reciclando los cuerpos de las plantas o de otros
seres vivos.
Sabemos que las almas existen y que son algo que diferencia a los seres
animados de los objetos inanimados. No entraremos en la consideración de que
porcentaje tienen las almas de espiritualidad y cuanto de materia, aunque
podríamos muy bien considerar al Espíritu Universal como al Conjunto que
contiene en sí mismo una multiplicidad de subconjuntos como son el mundo
material, la vida y hasta la propia inteligencia consciente. Sírvanos lo
expuesto, hasta ahora, para determinar que hay algo que diferencia a los seres
vivos de las cosas inanimadas y que hemos decidido denominarlo, porque de algún
modo hemos de hacerlo, como Alma; pero ¿Dónde se encuentra el Alma?
Algunas organizaciones religiosas, quizá con su mejor voluntad, han decidido considerar que la sangre, la savia
en las plantas u otros fluidos en otros organismos, son el alma y parte de
razón no les falta aunque se encuentren terriblemente equivocados y por su infantil
creencia se produzcan, a diario, muertes de inocentes en todo el mundo. Han
llegado a esa conclusión porque si ese fluido desaparece de los seres vivos, la
vida desaparece, se va. Solo hay que ver que cuando un tejido deja de recibir
el flujo sanguíneo se necrosa y se degrada hasta morir por gangrena.
El error consiste en considerar al vehículo de transmisión con el
pasajero y donde el vehículo es el fluido que riega todo el tejido de los seres
vivos y el pasajero es la propia Alma. El Alma es un fluido tan sutil que, bajo
ciertas circunstancias, sale de nuestro cuerpo por transpiración conformando lo
que algunos místicos han denominado como egregor. La transpiración, una forma
de denominarlo, “álmica” de un solo individuo pudiera ser imperceptible; pero
la unión de muchos puede llegar a ser sentida emocionalmente y hasta
visualizada. Las reuniones masivas e indiscriminadas de seres humanos pueden
llegar a ser terriblemente peligrosas, dado que el egregor que se forma suele
ser inconsciente y caóticamente dirigido por la Ira ; por el contrario, cuando las reuniones están
controladas, en lugares cerrados, por individuos que buscan actividades
altruistas pueden generar grandes dosis de energía alimenticia positiva y
conocida como Amor.
Del mismo modo se transmite parte de la energía de nuestra Alma
mediante la escritura y más límpida, desnuda y pura es cuanto más fluido sea el
medio de transmisión hacia el papel, la tinta.
Es por dicha causa que siempre que deseemos mostrar nuestros sentimientos
más nobles hacia los demás, sean de amor, deseo u otros, será mejor que lo hagamos
mediante tinta y pluma, mejor estilográfica, dado que así evitamos las pérdidas
que se producen debido a los intermediarios mecánicos o electrónicos digitales
de los sistemas modernos de impresión. Evidentemente, si nuestro estado de
ánimo es negativo también quedará plasmado mediante la tinta en el papel de
destino. El bolígrafo y el Roller son unos pobres sustitutos, pues aunque la
tinta sigue siendo líquida posee mayor densidad que nuestra propia sangre, como
si de un exceso de colesterol se tratara, y se producen, a modo de cuellos de
botella, bloqueos en la transmisión que impide que el alma pueda ser mostrada
en su total desnudez de una forma limpia, continua y analógica.
Cuando se trata de una comunicación entre el Maestro y los discípulos,
siempre debería de utilizarse el método de escritura mediante estilográfica y
que tan bien viene reflejado en el símbolo del pelícano rasgándose el pecho
para alimentar con su sangre a sus diminutos y frágiles polluelos. Desnudar
nuestra impoluta Alma es la mayor muestra de Amor que podemos tener hacia
nuestros hermanos humanos y el mejor método para desarmar a nuestros presuntos
enemigos.
ARALBA