domingo, 27 de enero de 2013

La Doctrina de los cátaros, ¿Gnosis o Espíritu?


A menudo se relaciona al catarismo con la gnosis

Frecuentemente vemos asociado o relacionado el término de catarismo con movimientos gnósticos o esotéricos.

Pero, realmente, habría que buscar en que punto se inicia esta relación. Si buscamos en los textos y tratados gnósticos o esotéricos anteriores al siglo XIX no encontraremos absolutamente ninguna mención sobre el catarismo en ellos.

Sin embargo, a partir de mediados del siglo XIX, ya empieza a aparecer alguna que otra referencia. Concretamente sería Adolph Garrigou (1802/1897), un historiador del Sabartez, y más concretamente de Tarascón, quién, inspirado en los textos de otro historiador y pastor calvinista, Napoleón Peyrat (1809/1881), autor de la “Historia de los Albigenses” en 1874, iniciaría los estudios e investigaciones sobre el catarismo. Se podría afirmar, sin lugar a dudas, que estos dos historiadores fueron los padres del actual interés por el catarismo.

Paralelamente a estos hechos tendrían lugar otros acontecimientos que, en un principio, no tenían mucho en común, pero terminarían siendo esenciales en el contexto general y la trama de todo lo que sucedió posteriormente.

Frederic Mistral (1830/1914) escritor y poeta occitano, a quién en 1904 le concedieron el Premio Nóbel de Literatura, conocería a Josep Roumanille (1818/1891), con quién establecería una auténtica amistad y el cual le despertaría el interés por la poesía trovadoresca. De esta forma en el año 1852, un grupo de poetas se reunía en Arles y se proponían crear una especie de asociación que diese de nuevo vida a los “Juegos Florales de Toulouse”, a la que dieron por nombre, en ese momento “Congreso de escritores provenzales”. Aparte de Mistral y Roumanille, participarían 21 poetas y escritores de toda Occitania.

Al año siguiente, en 1853, se volverían a reunir de nuevo, esta vez en Aix-en-Provence, aunque de la asamblea no saldría ninguna decisión de actuación pública. En esta ocasión, entre los asistentes, se encontraba un joven colegial, entonces desconocido, que se llamaba Emile Zola.(1840/1902), cuya familia residía en Aix desde hacía algún tiempo.

Sería en el año siguiente, el 21 de mayo de 1854, reunidos en Fontsegunha siete de ellos, Mistral, Roumanille, Aubanell, Matièu, Gièra, Tavan y Brunet, cuando nacerían definitivamente los juegos florales y se crearía el “Felibre”.

Felibre, es una palabra que proviene del antiguo testamento y designaba a los doctores de la ley, y fue un nombre propuesto por Mistral, a lo cual sus compañeros le preguntaron “¿Qué ley?”, y él les respondió “Yo os la escribiré”.

El nexo definitivo se establecería en el 1877, cuando Peyrat entraría a formar parte de los “Felibres”. El libro de Peyrat influiría notablemente en el grupo y su pensamiento, pero sobretodo, los relatos del escritor sobre los episodios de Montsegur, narrados con ciertas dosis de romanticismo, serían los que más influencia tendrían en los acontecimientos posteriores.

Por otra parte, el discípulo y admirador de Peyrat, Garrigou, pronto tendría ya su propio discípulo y admirador, Antonin Gadal (1877/1962) hijo también de Tarascón y vecino de Garrigou.

Garrigou, intuyendo en Gadal un alma gemela, pronto lo instruiría en sus convicciones, y éste heredaría un intenso amor hacía la espiritualidad cátara, en la que creía firmemente y de la que se creía imbuido.

Otro personaje que entra en la historia se llama Prospero Estieu (1860/1939). Estieu que era profesor, periodista, escritor y poeta, había fundado la revista en Occitano “Lou Terradou” y pronto entraría en contacto con una de las múltiples escuelas de felibres que se habían ido creando, concretamente con la “Escola Moundino” de Toulouse. En el año 1896, junto a Teuliè, Rigal y Gradat formarían su propia escuela felibre, la ”Escolo de Mont-Segur”, y una revista con el nombre de “Mont-Segur”. Este grupo, a través de su revista, será el primero en desarrollar la teoría de Montsegur y el Grial, con Esclarmonda de Foix, como principal protagonista.

Pronto aparece en escena Josephin Peladan (1858/1918), escritor y ocultista, fundador de una de las múltiples logias de rosacruces que por esta época están apareciendo en toda Francia, concretamente la ”Orden Rusacruz Católica y Estética del Templo y del Grial”, fundada en el 1891. Peladan, admirador insondable de Wagner y de Leonardo da Vinci, pronto entrará en contacto con Estieu y empiezan a establecer la teoría de que Montsegur es el “Montsalvatge” de “Parsifal”.

Con todo el ambiente ocultista que estaba proliferando en Francia en estos finales de siglo no tardaría en aparecer, en París el año 1890, una “Iglesia Gnóstica”, dirigida por un archivero del Aude llamado Jules Dionel (1842/1903) que no dudó en autoproclamarse “Obispo Gnóstico de París y Montsegur”.

El motivo que esgrimió Dionel fue que durante una sesión de espiritismo había recibido un mensaje, el cual le decía: “Yo, Guilhabert de Castres, rodeado de los Mártires de Montsegur, te ordeno a ti, Jules Dionel, renovar la gnosis. Tu serás patriarca con el nombre de Valentiniano II”… “El Demiurgo será impotente contra mi nueva iglesia gnóstica”, añadía el comunicante del más allá, quien afirmaba no solo ser el obispo cátaro, sino además el “Andrógino Eterno; Jesús es la palabra de Dios, yo soy el Pensamiento de Dios”. Dionel afirmó haber sentido en ese momento como unas manos inmateriales le tocaban la cabeza invistiéndolo “en nombre de los Santos Eones”.

Dionel perteneció a la logia francmasónica “Gran Oriente de Francia”, creada en el 1773, tras la reestructuración de la primera Gran Logia francesa de 1728.

En torno a Dionel empiezan a aparecer por vez primera los nombres de Deodat Roché y el doctor Fugairon.

Debido al interés de Dionel y Peladan por Montsegur, los ambientes ocultistas, teófilos, espiritistas, rosacrucianos y gnósticos empiezan a interesarse por el catarismo.

De esta forma y con todos estos movimientos e intereses, se llega al 1906, cuando Peladan escribe “El secreto de los Trovadores”, en el cual pone de manifiesto todas sus teorías sobre Montsegur.

Curiosamente, Peladan y Zola, nunca se llevaron bien, llegando a insultarse públicamente por escrito en diversas ocasiones.

En el año 1909 el doctor Fugairon organiza la primera peregrinación moderna a Montsegur donde cuenta que Jules Dionel había organizado misas gnósticas en el castillo.

Una noble catalana, la Condesa de Pujol-Murat, miembro de la “Fraternidad de los Polares” y que, anteriormente había pertenecido a la “Sociedad Antroposófica” de Rudolf Steiner, reunió, en 1930, en su castillo un círculo de personajes del que formaban parte Deodat Roché, Antonin Gadal, el ingeniero Arnaud y un joven alemán que tenía por nombre Otto Rhan.

Deodat Roché (1877/1978) llegó a ser magistrado y en el año 1948 fundaría, junto a Lucienne Julien, la “Sociedad del Recuerdo y del Estudio del Catarismo”. A él y a su esfuerzo se debe la estela de piedra que hay a los pies del castillo, en el famoso “Camp dels Cremats”, en homenaje a los cátaros quemados en 1244, colocada en 1960. Además era un antroposófico convencido y admirador de Rudolf Steiner.

Por su lado, Antonin Gadal teósofo convencido, del cual ya hemos comentado con anterioridad su amor por el catarismo, inducido por su maestro Garrigou, fue quién facilitó a Otto Rhan sus archivos y conocimientos sobre el catarismo. Gadal, que había conseguido un empleo en la Junta de Turismo de Ussat Ornolac, había dedicado la mayor parte de su vida a recorrer las cuevas de la zona, buscando vestigios de la estancia de los cátaros y sus rituales en las mismas. Con los conocimientos que tenía sobre el catarismo y los contactos que había ido adquiriendo con los sectores gnósticos, no tardaría en establecer contacto con una de las logias de rosacruces, la “Lectorium Rosacrucianum”, los cuales se convertirían en sus seguidores hasta hoy día, pues han construido un centro de retiro en Ussat y han creado un “Museo Gadal” frente al cual levantaron una estatua del mismo.

Pero antes de la guerra, Gadal y Roché coincidieron en unas vacaciones en Montsegur con otros personajes interesados en el tema, René Nelli, Lanza del Vasto, Nita de Pierefeu, Henri Feraud y Maurice Magre, con los cuales fundarían en 1937 la “Sociedad de Amigos de Montsegur y del Grial de Sabartez”, nombrando presidente de la misma a Maurice Magre (1877/1941), poeta, escritor y dramaturgo que en una de sus obras también había relacionado a los cátaros con los rosacruces. Según este autor, Christan Rosenkreutz, era un cátaro refugiado en Alemania. En esta época, René Nelli (1906/1982) ya empezaba a despuntar como historiador y medievalista. La Sociedad sería disuelta por el gobierno de Vichy en el año 1942.

En el 1948, algunos de los miembros de este grupo, fundarían los “Cahiers D’Etudes Cathares” y empezaron a celebrar reuniones anuales en Ussat-Les-Bains. Entre los asistentes a estas reuniones nos encontramos a Ferdinand Niel, un ingeniero que realizó estudios y análisis en torno al castillo de Montsegur estableciendo que se trataba de una construcción orientada como “templo solar”, recopilando sus teorías en su libro “Albigeois et Cathares”.

Por su parte Nita o Fanita de Pierefeu, una de las pocas mujeres del grupo, terminaría comprando una casa en el pueblo de Montsegur y albergando, en la misma, numerosas reuniones de personas interesadas en el catarismo y el gnosticismo, hasta su fallecimiento en 1980. Su casa sería conocida como “la maison de la comtesse” o “l’Hestia” y en ella se conocieron muchos de los estudiosos del catarismo que después formarían grupos y equipos de investigación y estudio.

Otro de los personajes que influyó notablemente en la difusión del catarismo fue el historiador, poeta y medievalista René Nelli, con numerosos libros y obras en su haber, fundó el “Centre d’Etudes Cathares”, que actualmente lleva su nombre y que, durante mucho tiempo, estuvo dirigido por otra gran erudita del catarismo, Anne Brenon.

A partir de estos datos se puede establecer la verdadera relación entre gnosis y catarismo y cual es su origen.

Lo que si está claro es que, en relación al catarismo, hay tres líneas muy distintas de difusión, por un lado la que podríamos llamar “legendaria”, encabezada por la reedición de los libros de Otto Rhan en el año 1971, a cargo de Jean-Michel Angebert, bajo el sugerente título de “Hitler et la tradition cathare” y la edición y aparición de los libros de Gerard de Sede y su saga de autores posteriores que culminaría con el “Código da Vinci” de Dan Brown.

Le sigue la “ocultista”, encabezada por las obras de Deodat Roché y Antonin Gadal, seguida por los textos rosacrucianos iniciados por Peladan y continuados por diversas logias, como la AMORC, la Rosacruz Católica o la Lectorium Rosacrucianum.

Finalmente la “histórica”, iniciada por René Nelli y continuada por Jean Duvernoy, el catalán Jordi Ventura o la propia Anne Brenon, entre otros.

- [Fuente Original]