Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":
"Crónica de una muerte anunciada"
Desde éste estrado virtual vaya mi más sincera enhorabuena a la AMORC por haber mantenida viva la llama del rosacrucismo desde 1915, año de su fundación. A mi modo de ver y muy a pesar de toda la fantasía histórica que la ha rodeado, desde su inicio, ha planteado un rosacrucismo racional y muy cercano al laicismo, tan propio de la Masonería con la que está emparentada por ritualismo y organización.
No todo dura para siempre y desde hace unos cuantos años nos hemos venido preguntando el por qué aún, yo mismo, estaba formando parte de esa Institución, con la que comparto muchos supuestos; pero de la que difiero significativamente, tanto en método como a nivel, permítanme que use éste término, doctrinal.
Hace ya tiempo, desde antes de nuestra reincorporación a la AMORC, ya veníamos realizando nuestro propio proyecto, de carácter ecuménico, con la intención de rehabilitar tanto la Historia como los verdaderos objetivos del Movimiento Rosacruz. Era consciente de que nuestro trabajo personal, más pronto que tarde terminaría chocando con el dogmatismo inherente a una vieja institución perfectamente organizada y jerarquizada; pero lo que no imaginaba es que lo que terminaría desencadenando nuestra marcha sería otra cosa muy distinta. El trabajo ladino, minuciosamente planificado de alguno de nuestros anónimos enemigos.
Como bien sabéis, hace unos meses fui informado por uno de nuestros amigos que en Internet estaba circulando un libro cuyo título es "Rosacruces, médicos de Cuerpos y Almas", cuyo supuesto autor era yo mismo y que, tras visualizarlo someramente, comprendí que se trataba de las antiguas monografías de la AMORC, del Grado sexto, dedicado al Método de Sanación de la Rosacruz de AMORC. Evidentemente, este que les escribe, nada tenía que ver con este asunto, dado que se trataba de un hecho claro de plagio de la Propiedad Intelectual de la AMORC y de la suplantación de mi persona, con nombre y fotografía incluida. Como no podía ser de otro modo, me puse en contacto con la Secretaría de la Gran Logia de España para informarles de lo sucedido y que así pudieran tomar las medidas pertinentes, tras su investigación, contra los autores de dichos delitos. Me indicaron que pusiera, ante la Policía, una Denuncia por suplantación de Identidad, cosa que inmediatamente intenté de realizar sin éxito, pues en la Comisaría me dijeron que no procedía. Inmediatamente, este hecho, lo puse en conocimiento de AMORC.
Cuál sería mi sorpresa cuando pasadas unas semanas recibo un Correo electrónico de parte del Secretario de la Gran Logia, indicándome que el hecho estaba en manos de los servicios jurídicos de la Suprema Gran Logia y que de no presentar dicha denuncia, ante la Policía, irían contra el presunto autor de aquello que circula por Internet; es decir, yo mismo. Ese mismo día, volví a personarme en Comisaría,
y tras una breve discusión con los agentes tras presentarles el correo amenazante que había recibido de la Orden, accedieron a que presentara dicha denuncia; la cual ya está en mi poder y una copia enviada al Secretario de la Gran Logia mediante Correo Certificado con acuse de recibo.
Pero lo grave no es lo anterior, sino que en el propio escrito, al final se me comunicaba que había sido suspendido de afiliación, de manera provisional, hasta que se esclarecieran los hechos. Estuve toda la noche insomne intentando digerir lo que estaba sucediéndome. Estaba siendo la víctima de una suplantación de identidad; yo mismo, sin demorar, lo puse en conocimiento de la Gran Logia y como premio me sancionan con la suspensión de mi afiliación. Por más vueltas que le daba a la cabeza, era incapaz de comprender tal actuación.
Pasado un tiempo prudencial, para calmar mi mente, tras haberles remitido copia de la Denuncia que solicitaban, escribí al Secretario indicándole que mi Dignidad Personal y Amor Propio me impedían aceptar dicha sanción, por una falta que yo no había cometido y le indiqué que esa suspensión, por favor, se convirtiese en definitiva y para siempre,
pues a uno no le gusta estar allá a donde a uno no lo quieren; dicho de otro modo, presenté mi renuncia.
No tengo ni idea de cómo se desarrollarán los próximos acontecimientos; pero lo único cierto es que mi desvinculación con la AMORC, es total y definitiva; permitiéndome, ahora sí, trabajar por el bien de la Rosacruz de una forma más libre y autónoma.
Desde estas líneas, para finalizar, quiero repetir que siempre repudié a aquellos que divulgan el material privado de las fraternidades esotéricas. Algunos de vosotros conoce que, en ese asunto, nos hemos significado de forma repetida; por otro lado, nadie podrá encontrar en mis escritos publicados plagios de otros autores e instituciones, pues en todo instante hemos tratado de ser original y mantener nuestra propia singularidad respecto a nuestro concepto de la Rosacruz. Hecho, éste, criticado por algunos con o sin razón.
Como quien nada debe nada tiene que temer y nuestra consciencia se encuentra perfectamente tranquila.
Y como es lo mismo de acá para allá como de allá para acá; dado que su inefable y supuesta clarividencia mística ha dudado de mi palabra sagrada; es decir, no han creído las palabras del mensajero, que también es inocente víctima, es que ésta, yo mismo, he perdido toda confianza hacia los individuos que dirigen la Orden en la que llevaba tantos años afiliado y saludándoles, de forma fraterna, nos hemos despedido por siempre y para siempre.
En tanto que, entiendo, la Orden necesita mucho más de mí que yo de ella, solo volveré cuando alguien de relevancia nos pida disculpas o a las ranas le crezca el pelo.
He dicho.
Aralba Pensador Minister, Frater R+C