jueves, 3 de julio de 2014

La Conspiración de la Estupidez

Algún inspirado ácrata dijo en su día que cualquier  Estado al Individuo le parece una conspiración. Podría parecer una aseveración exagerada si estuviésemos ciegos a lo que está sucediendo en nuestro entorno.

El Estado está formado por un grupo de individuos con el fin, supuesto, de proteger a la ciudadanía  de las alimañas, los delincuentes y las posible invasiones de otras comunidades de individuos así como para mantener una vida comunitaria lo más saludable y feliz posible, al margen de las inclemencias de nuestro entorno natural.

Pero ¿Qué sucede cuando el Estado, los líderes de la Comunidad, no solo no cumplen con esos requisitos mínimos sino que además se desentienden de los deberes para los que fueron puestos o elegidos?

Deja de ser Estado para convertirse en una Corporación; es decir, un grupo de individuos que buscan su bienestar personal primero y luego, si queda tiempo y se puede, pues ya veremos.

Ese es el funcionamiento básico de las  corporaciones mafiosas que ofrecen protección a los ciudadanos a cambio de dinero u otras contraprestaciones; pero sin responsabilizarse de que la protección vaya a ser efectiva ni se les garantice que el importe de dicho servicio no vaya a subirse por necesidades internas de la corporación.

Cuando el Estado funciona, éste persigue la delincuencia de aquellos que se enriquecen ilícitamente mediante el robo, la extorsión, el secuestro u otros medios contemplados en las leyes; pero ¿Qué les sucede a los ciudadanos cuando el Estado deja de cumplir con sus funciones?

Que la gente se queda sin trabajo, pasa hambre, no recibe la instrucción que todo ciudadano requiere, enferma y se muere sin recibir la asistencia necesaria; es decir, los ciudadanos quedan desprotegidos y el Estado incumple el cometido para el que está constituido.

¿Qué les parecería si fuesen a algún departamento del Estado a solicitar una Prestación o subsidio, que por derecho les corresponde, y les dijesen que vayan a una Organización no Gubernamental, que no es Estado, a solicitar ayuda?

O ¿Si pidiesen ayuda para su familia con el fin de no quedarse en la calle o pasar hambre y el departamento del Estado correspondiente le remitiesen a una Organización no Gubernamental, que no es Estado, en solicitud de ayuda?

¿Qué les sucedería si fuesen al médico o al hospital y les dijesen que no los pueden atender porque perdieron su derecho a la prestación dado que  llevan cierto tiempo sin cotizar, aunque no sea culpa de ustedes?

O ¿Qué pasaría si no pudieran escolarizar a sus hijos porque el Estado no puede o no tiene los medios necesarios para darles la mínima instrucción necesaria?

Pregúntense ustedes conmigo ¿Para qué cojones está el Estado entonces?

Acaso les parezca demagogia ¿Verdad?

Pero ustedes, como yo, saben que esto y cosas mucho más graves están sucediendo en el Mundo, en Europa y en nuestro País. Gentes que están quedando desprotegidas por el Estado. Un Estado que, por otro lado, está engordado de forma artificial con infinidad de estómagos agradecidos que, miren ustedes, no cobran el salario mínimo interprofesional, sino sueldos igualmente abultados sin correspondencia alguna con el Trabajo realizado.

Necesito que vean con claridad que esa Gente que es dada de lado por el Estado, también pueden quedar al margen de la Ley cuando tengan que delinquir para dar de comer a sus hijos o tragarse su dignidad para pedir en los vagones del metro o acudir a los comedores sociales.

¿Qué sucedería si una parte importante de esos antiguos ciudadanos se organizaran para defenderse de un Estado que se ha convertido en su enemigo?

Se habrían convertido en una Corporación mafiosa, ahora sí, al margen de la Ley y serían perseguidos de forma implacable por los medios que estaban constituidos para la protección de los ciudadanos.

Lo que está sucediendo, al presente, es que son legión las personas de todo tipo, hombres, mujeres, ancianos, niños e inválidos que están siendo dejados al margen de la Protección de un Estado Corporativo y Mafioso.

Átense los machos, señoras y señores que ocupan algún sillón en cualquiera de los estamentos del estado porque están sentados sobre una "bomba de relojería" que en cualquier instante podría explotarles en las manos.

Porque la gente, los que deberían de ser tratados como ciudadanos del Estado tienen un límite de aguante y, a fuerza de apretar la tuerca en el tonillo terminarán trasroscados.

Compórtense como Estado y no como Corporación Mafiosa Legal, o dejen paso a otra gente, mejor preparada,  que pueda cumplir con el Cometido al que todo Estado está obligado para con sus ciudadanos.

Aralba