Hacia la Democracia IV - Ágora 15M
Cuando el 20 de febrero comenzamos con esta aventura de intentar responder lo que significa para nosotros la Democracia y los motivos del porqué, en estos instantes, no existe ninguna forma de gobierno que se pueda denominara plenamente así, no pensábamos que íbamos a confluir con el malestar de mucha gente castigada por esta, mal denominada, crisis global y que más bien se trata de una gigantesca Estafa. Una estafa de parte de quienes manejan nuestros cuartos, los bancos, y de quienes con su mirada hacia otro lado, los políticos, permiten que nos metan mano, nos desnuden de nuestra dignidad y nos tiren a la intemperie de lo inhumano.
Esos políticos y sus campañas electorales que vienen siendo financiados, generalmente a fondo perdido, por la Banca, hoy “se les ha pillao con los calzones bajaos” Ya era hora de que no solo a nosotros, los ciudadanos de medio pelo, se nos metiera mano en nuestras diezmadas arcas y en los derechos duramente adquiridos en el transcurso de décadas. Ahora les ha tocado a ellos demostrar de qué catadura están hechos y si pudieran estar a la altura de su culta ciudadanía.
Tras acercarnos el viernes 20 de mayo a la “Ágora”, Plaza de la Puerta del Sol de Madrid pude comprobar, con mis propios ojos, que había estado equivocado en un principio al creer que los convocantes de dicha concentración no debían de ser más que cuatro pijos de tres al cuarto. De hecho, nos fue harto difícil acercarnos a la plaza dado que a las 21 horas aquella estaba a rebozar, con más de 16.000 ciudadanos, rodeando un núcleo de pequeñas tiendas de campaña y parcas improvisadas con plásticos blancos y azules. Las nuevas acampadas y corrillos asamblearios se producían en plazas cercanas, como las de Callao, Benavente u Ópera, dado que las calles Preciados, Carmen, Arenal, Montera, junto con el resto de sus hermanas ya estaban repletas de personas sentadas en cuclillas, andando o compartiendo espacio con aquellas personas que disfrutaban de las terrazas de la zona comercial.
Los partidos políticos, cada uno a su modo, tras despertar del sueño de Morfeo que les había tenido en babia, han intentado capitalizar estas concentraciones y que no se sabe muy bien si han sido espontáneas, quizá inspiradas por lo que está sucediendo en los países del norte de África o por algunos grupos antisistema, de carácter anarquista, que por fin entendieron que la mejor forma de denuncia es la protesta pacífica, al estilo Gandhi, en lugar de las provocaciones a los agentes de seguridad, a las que nos tenían acostumbrados. Incluso, hasta el Tribunal Constitucional ha tenido que poner en su sitio a alguno de los partidos cuando intentaba interponer algún recurso de amparo por la ilegalidad de los actos, dado que ellos no podían demostrar ser los convocantes.
Hace tiempo veníamos denunciando, yo mismo, y algunos medios de comunicación que nos encontrábamos como adormilados por algún tipo de narcótico audiovisual que nos impedía abrir los ojos y ver lo que sucedía a nuestro alrededor. Tanto los partidos políticos de izquierdas, progresistas así como los sindicatos estaban inmovilizados por una extraña pereza debida a las subvenciones estatales de todo tipo. Nos estaban dando de hostias y nosotros como si no fuera con nosotros. Ahora que el malestar general, el hambre, la indignación por la injusticia de los derechos perdidos abre los ojos de la población. Esos mismos medios mediáticos, cavernarios, cizañan a los poderes para que actúen contra los manifestantes, acampados, o como se les quiere denominar para que se cumpla con la legislación vigente.
Lo único que se puede sacar realmente en claro, de todo lo que está pasando en este día de reflexión, es que: O los partidos políticos cambian sus estrategias de un modo radical, dando una participación real a la ciudadanía o el principio del fin para ellos habrá comenzado y el propio ciudadano les retirará el mayestático abrevadero que les separa de la realidad vivida por el común de los mortales
Aralba