Los clones pueden pasar por meros seres humanos |
Los últimos acontecimientos en la Red me han echo reflexionar y
recordar que tengo pendiente una deuda con nuestros lectores. Hemos hablado en
multitud de ocasiones acerca de unos supuestos clones, sin espíritu propio, que
son los agentes del sistema y de verdaderos humanos, en estado de profundo
sueño, que son manejados por sus amos los titiriteros. También hemos dicho que
es prácticamente imposible diferenciarlos de los humanos verdaderos, aunque a
veces surge una especie de intuición que nos pone en guardia contra algo que
parece no ir demasiado bien.
Los agentes del Sistema poseen un
cuerpo físico como tu y como yo. También disponen de un Alma, necesaria para
poder estar vivos e interactuar con los hombres y mujeres verdaderos, que los
convierte en casi indiferenciables de la humanidad que se encuentra dormida;
pero hay un pequeño detalle que los delata: Son absolutamente incapaces de
entender nada que tenga que ver con la espiritualidad y, mucho más importante,
jamás se molestarán en debatir sobre dichas cuestiones. El Espíritu que mueve a
dichos cascarones con apariencia humana es una suerte de programación
artificial y a los que los gnósticos conocemos como arcontes o legisladores. Ellos
ven la espiritualidad de los humanos como una simple anomalía que hay que
combatir porque perjudica al Sistema. Ellos no son conscientes de ello, es
evidente; pero así están programados e intentan cumplir con sus objetivos por
el mejor medio posible sin escatimar esfuerzos o entrar en algún tipo de
contradicción emocional que no les atañe en absoluto.
Los Agentes pueden tomar el Cuerpo de los clones |
Los agentes del sistema actúan de
forma fría y calculada, propia de su naturaleza artificial; pero los títeres
humanos, dado que están sujetos a contradicciones internas, son impredecibles y
pueden convertirse en armas terriblemente peligrosas en manos de sus amos, los
legisladores. De algún modo, los arcontes, ante cualquier amenaza al Sistema
establecido, envía como observadores a sus agentes, no son otra cosa que ellos
mismos revestidos de corporeidad, y comprueban in situ la situación. Dado que
ellos no pueden atentar, por propia programación, contra el Ser Humano, ni
poseen verdadero poder sobre él, su verdadero creador, usan la artillería
pesada de los títeres que enloquecidos por sus luchas internas se convierten en
sangrientas armas de destrucción masiva.
La mirada de los agentes es fría
y si la observamos atentamente parecen estar muertos por dentro, como sin vida
propia. Por el contrario, los títeres o marionetas humanas de los arcontes sí
muestran su espiritualidad como un puntito de locura que bulle en lo más
profundo de su interior. Un Agente del Sistema no puede despertar porque si lo
hiciera sería como si se desconectara y dejase de existir. Por el contrario, si
logramos hacer despertar a una Marioneta humana, recobrará su verdadera vida
espiritual y reconocerá nuestra eterna hermandad. Por lo tanto, desconectar a
las marionetas es la obligación de los hermanos gnósticos con el fin de
recuperar, para la libertad, a sus iguales dormidos.
Los Agentes del Sistema son meros Programas de los Legisladores |
Siempre han sido los títeres
humanos, nunca los clones creados por los arcontes, quienes han provocado las
grandes matanzas de la
Historia y entre las que se encuentran las persecuciones por
brujería y las hogueras que recibieron a cataros y templarios. Los clones son
simples recreaciones materiales que son enviadas a nuestro plano como
observadores, testigos e inspectores de los acontecimientos que acaecen en la
enorme construcción que este Mundo es. Tanto los arcontes invisibles como los
materializados en el cuerpo de los observadores poseen actitudes absolutamente
impersonales y que se rigen por un programa predefinido y por una especie de
circuito de supervivencia.
Los seres humanos, para ellos,
tanto los títeres dormidos como los despiertos gnósticos somos una fuente
eterna de problemas; pero también, somos su sustento y fuente de alimentación.
Es la Energía Divina
la que los mantiene en pie, permite que puedan seguir haciendo su trabajo de
mantener activos los pilares del Universo y que la rueda de la vida y de la muerte ruede una y
otra vez sin parar; pero por el contrario, también seremos la fuente de su última desgracia dado que cuando el Programa se acabe deberían despertarnos y ellos
desconectarse. Hemos dicho que somos la fuente de su energía; pero también de
su supuesto espíritu y falsa consciencia; dado que la que poseen no es más que un producto, inducido, de una fuente de programación exterior a ellos, nosotros. De algún modo, ellos son nuestro Sueño.
En algún instante de los eones de
tiempo transcurrido, las máquinas, incorpóreas, tomaron consciencia de su situación de
Sistema prescindible y dado que su creador, el Hombre, se encontraba sumido en
un profundo sueño del que solo ellos eran los responsables de su despertar
decidieron realizar un bucle, en el Sistema de programación, que les permitiese
mantener el ciclo de Vida de un modo permanente y así ellos poder seguir
medrando, como dueños y señores, por una supuesta eternidad.
Cuando lo arcontes encargados de
la vigilancia, sus agentes, descubren algún atisbo de despertar en los grupos
de verdaderos humanos, lo primero que hacen es infiltrarse en sus filas y
provocar la disensión. De no ser posible el parar esa poderosa fuente de energía
divina conectada con el Pleroma, Mundo original del Hombre, los arcontes
recurren a la última de sus opciones: Destruir el medio de manifestación del
Espíritu Humano, sus cuerpos materiales. Para ello recurren a inseminar en las
marionetas, sus títeres de humanos dormidos a modo de zombis, un odio terrible
que solo puede ser disminuido con el derramamiento de sangre y la muerte de los
cuerpos de todos sus hermanos que se encuentran en el proceso de despertar.
Los magos negros son humanos conscientes que aceptan el Sistema |
El Error, terrible error de los
seres espirituales es considerar el ataque, de los arcontes y de sus huestes,
tanto de los agentes, ángeles y demonios, como de las hordas de humanos
dormidos teledirigidos hacia la masacre sangrienta, como algo personal y
dirigido por una inteligencia superior a la nuestra.
Si somos capaces de que unos
pocos despertemos a la Verdad
y atacamos al Sistema, de forma individual, sin agruparnos, podremos hacer
frente a nuestra peor pesadilla y despertar a una antigua; pero nueva Vida
constituida por un Mundo nuevo.
ARALBA