domingo, 29 de septiembre de 2013

Visiones torcidas de la Realidad




¿Qué me diríais si os dijese que Lovecraft tenía razón respecto a sus monstruos cósmicos, y sin embargo estaba completamente equivocado?

Hace un par de días tuve una revelación de esas que se producen en un instante y que si no estás al tanto se desvanecen de la memoria como por arte de magia.

Lovecraft  y otros autores ven monstruos, unas veces vienen del más profundo abismo y en otras ocasiones del aparente vacío del espacio exterior; pero todos, absolutamente todos, se encuentran en torno y en el interior mismo del inmenso Cosmos o Universo humano: Nuestro propio Cuerpo.

El Cuerpo humano es un Cosmos completo y que los antiguos conocieron como el Microcosmos. Un Universo completo con sus galaxias, estrellas, planetas y seres vivos que pululan, por doquier, cargados de una infinita inteligencia que se despliega cubriéndolo todo y sin dejar algún resquicio de espacio vacío.

Todas las células de nuestro cuerpo, los seres que habitan dentro de ellas, las bacterias amigas y enemigas e incluso los parásitos ocasionales como piojos y pulgas forman parte de ese Universo interior y se comunican entre sí. Vaya que si se comunican. De tal modo que esa información llega encriptada y codificada hasta nuestras células cerebrales, neuronas. En algunas ocasiones, más veces de las que podamos imaginar, esa información se filtra hasta nuestra consciencia dando lugar a lo que venimos en denominar como ilusiones, visiones, sueños y pesadillas.

Los escritores de ciencia ficción y de terror se sumergen, de forma inconsciente, en dicho mundo para trasladarnos hasta el mundo de lo comprensible, por nuestra personalidad, todas aquellas experiencias reales que suceden en tiempo real dentro del Universo Humano. Eventos que nos son contados por inteligencias diminutas que habitan dentro de nosotros como nosotros habitamos en la Vía Láctea.

Los monstruos que nos mostraba de forma tan realista Lovecraft, son absolutamente reales y viven en nuestro interior. Unos luchan a nuestro favor, como los glóbulos blancos y otros en contra de nuestro Universo, como la mayoría de las bacterias y los virus que atacan nuestros cuerpos. Algunos de esos monstruosos seres son tan gigantescos, para los diminutos habitantes inteligentes del Mundo Humano, como los piojos, garrapatas, pulgas y otros parásitos venidos del Espacio exterior, de fuera de nuestro cuerpo con el fin de alimentarse procrear y reproducirse a costa del ataque primero y destrucción de un enorme nicho ecológico como es el increiblemente grande; pero delicado Cosmos Humano.

Cuando se levanten de una pesadilla en la cual se hayan  sentido atacados por una informe masa gelatinosa o por un inmenso saurio de tiempos inenarrables, entiendan que es la información inteligente que ha llegado a sus neuronas, de forma más o menos encriptada, desde algún lugar de su propio cuerpo donde, en todo momento, se están provocando cruentas y sanguinarias batallas por la supervivencia del Ecosistema de la Galaxia Humana. Ahora comprenderán que es absolutamente cierto cuando se dice que todo, sea verdad o mentira, se encuentra en nuestro Interior. La Guerra de las Galaxias no sucede en una Universo dimensional ajeno al nuestro. La Batalla contra los bichos de Starship Troopers está sucediendo ahora, en estos instantes, en el interior de cada uno de nosotros y la consciencia de algunos autores las atrapan para traerlas hasta el Mundo de nuestra supuesta realidad exterior.




Aralba