contra los gobernantes de este Mundo de Tinieblas,
contra Huestes espirituales de Maldad en las Regiones Celestes
Efesios - 6:12
*
Adán, la humanidad, mantiene una
ruidosa y sangrienta guerra consigo misma que alimenta a unos seres que jamás
poseyeron vida propia, los arcontes o legisladores. Ya Saulo de Tarso, Pablo,
nos avisa que no nos equivoquemos dado que la verdadera guerra, de carácter
silencioso y sibilino, la estamos perdiendo y no es contra seres constituidos
de materia y por lo tanto mortales, sino contra quienes gobiernan nuestro
mundo, el Infierno representado por Dante en su Divina Comedia.
En el versículo del Libro de los
efesios se dice que la Guerra no es contra sangre y carne sino contra otra
cosa. Aquí sangre y carne representa tanto la materialidad de la que está
constituido el Ser humano como de su propia mortandad. Máquinas u Ordenadores
inteligentes no pueden ser, dado que en aquellas arcanas épocas no se conocía
la tecnología actual, luego entonces se trata de otra cosa a la que más
adelante se denominará como huestes espirituales.
A continuación se nos especifica
que esa guerra es contra Principados, Potestades, contra los gobernantes de
este Mundo de Tinieblas. Cuando se traduce un texto de un idioma a otro no se
hace al pie de la letra sino, siendo inteligible, procurando ajustarse lo máximo
posible al significado real del texto. Es un error muy común pensar que Pablo aquí
está mostrándonos una jerarquía formada por
Principados, Potestades y los Gobernantes de este Mundo, cuando lo que
realmente se trata de mostrar es que dichas entidades no son reyes, luego no
son reales, son principados y los principados son instituidos por los reyes,
los seres reales; luego esas cosas denominadas así fueron puestas, en sus
sitios, para cumplir con una labor determinada y por ello a continuación de la
coma se indica que son potestades, que tienen potestad, que se les ha dado
potestad ¿para qué? Para gobernar en el Mundo, para mantenerlo estable y
funcional que es lo que intentaría hacer cualquier ministro de un Gobierno Real.
¿Cómo es ese Mundo en el que
vivimos? Un Mundo de Tinieblas, el verdadero Infierno. Luego podríamos entender
que alguien Real, Adam Kadmón, el verdadero Creador del Universo, colocó a una serie de Entidades, no reales,
los principados con la misión, la potestad, de mantener estable este Universo
(Gobernar éste Mundo de Tinieblas)
A continuación se nos apostilla,
con una aclaración, de lo que son esas entidades: “Contra huestes espirituales
de Maldad” Huestes son hordas bien
organizadas, luego sí podríamos hablar de unas determinadas jerarquías
especializadas en diferentes facetas de la gobernanza de este Mundo de Tinieblas.
Recordemos que no hay un Rey dentro de los principados, no son algo real sino algo espiritual, invisible;
pero que sus efectos son reales dado que poseen la potestad Real. Los
ordenadores hacen cosas reales que han sido planificadas por seres humanos, por
creadores; pero los ordenadores no son personas de verdad, son una especie de
semejanza psíquica de los programadores y constructores que diseñaron su software
y hardware respectivamente. Aquí espiritual no parece utilizarse intentando
indicar que se trata de seres reales con espíritu eterno e inmortal, semejantes
al creador, sino en el sentido de que no son corpóreos y aunque invisibles sus
efectos si pueden ser padecidos y sentidos en el mejor de los casos. Creemos honradamente
que Pablo nos está intentando decir que son cosas puestas ahí por el Creador, a
modo de pilares, para que el Mundo Tenebroso, el Infierno, se mantenga estable
sobre una base de Caos. Caos al que tanto el Génesis Bíblico como la física
cuántica de nuestros actuales científicos hacen referencia.
Estamos convencidos que se
refiere a las ciegas fuerzas de la naturaleza que hacen posible la existencia
de la materia primero, la vida después y, por último, la manifestación de la
inteligencia. Sabemos que el Creador es bondad, infinito Amor, y a su contraparte
se la denomina el Mal, la maldad absoluta; pero en realidad que intentan
mostrarnos aquí con el Mal: La ausencia de la Bondad, la ausencia del Amor; en
definitiva, la ausencia de Dios, del Creador, el Caos. Efectivamente, Adam Kadmón, el
Hombre Original de la Gnosis, no está presente en esas jerarquías de fuerzas
naturales salvo de forma invisible, en espíritu, como si de simples reflejos
espirituales del creador se trataran. Son las cosas creadas por el creador, la
programación, del Gran Informático que es Dios con la misión de que un universo
estable pueda ser viable en un entorno cuántico de caos absoluto.
Fijaos que hemos hablado de este
Mundo de tinieblas, de este Infierno y ahora se nos dice que esas cosas
espirituales o entidades que poseen la fuerza, cuya potestad les ha
concedido el Creador, se encuentran en las regiones celestes, en el firmamento,
en el espacio sideral, en el cosmos, en los cielos del Mundo. Nosotros notamos
los efectos del trabajo de dichas entidades y es por dicha causa que nuestras
células no se separan unas de otras y que el granito mantiene su fortaleza cohesiva. Es
gracias a esas entidades o cosas, en este caso en forma de electricidad, que el hombre
haya conseguido sus avances tecnológicos y haya motores y luz por las noches. Es
gracias a la Fuerza de Gravedad que manejan esas cosas que los seres que
vivimos sobre la tierra no somos lanzados al espacio sideral; pero también es debido
a esas cosas, esas entidades, esos "no seres reales", sino principados con
potestad para gobernar que también estamos, los seres humanos originales,
nuestros espíritus, atados a este Mundo de tinieblas, a este Infierno, y a la
rueda de la vida y de la muerte.
Como es arriba es abajo y como es
abajo es arriba, dice Hermes Trimegistos, el tres veces grande, el conocido en
Egipto como el Dios Toth, el mensajero de los dioses griegos. Esas fuerzas
arcónticas podemos observarlas en el firmamento manteniendo las órbitas de los
astros y permitiendo que la vida pueda ser posible en los planetas que orbitan
algunas estrellas; pero esas mismas fuerzas, cuyos efectos observamos en el
cielo, son las mismas fuerzas que permiten que nuestro espíritu inmortal cabalgue
estos cuerpos materiales sujetos a la vida y a la muerte.
Como bien conocían los primitivos
cristianos Gnósticos, vivimos en el Infierno y nuestra Lucha, nuestra Guerra es
contra aquellos que mantienen posible que este Infierno, cargado de muerte y de
tinieblas, siga existiendo por siempre jamás, dado que desobedecieron la orden de despertar a los intérpretes en el momento oportuno. Sí nuestra Guerra no es contra
seres tangibles sino contra quienes gestionan las fuerzas que gobiernan en nuestro
Universo.
¿Cómo luchar contra los Arcontes?,
cosas invisibles, puestos en el Cosmos con el fin de que el Infierno de la
materia no se derrumbe: Estudiando los efectos de esas fuerzas primero, es lo
que hacen los científicos, para penetrar después hasta en lo más profundo de su
inteligencia artificial y así descubrir todos y cada uno de sus secretos.
Es evidente que mientras
consideremos este Mundo de Tinieblas como algo bueno y positivo, semejante a
algún tipo de paraíso, la humanidad seguirá aferrándose a seguir dormida en el
mullido colchón de la entelequia y la falsa felicidad que produce el apego
hacia las cáscaras materiales de nuestros iguales, sean personas, animales,
minerales o plantas.
Dios, el Amor, vive dentro de
todas las cosas, en nuestro interior, apresado bajo múltiples capas de cáscaras
de maldad, "de no Amor". Es necesario que nos hagamos conscientes de lo urgente
que resulta que despertemos y comencemos a eliminar las cáscaras que impiden
que la Metanoia, la Luz espiritual proveniente del Pleroma, toque nuestro más íntimo Ser. Generalmente
se habla del corazón; pero es más bien el corazón holográfico que se encuentra en el núcleo celular, en forma de ADN, en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo material. El Espíritu Humano no se encuentra fuera de su cuerpo, como algunos creen, sino en su interior proporcionando vida a cada una de sus moléculas.
Los Arcontes o legisladores solo
eran cosas etéricas (Máquinas podríamos decir) programadas para cumplir con un
complejo cometido, mantener estable el Escenario Cósmico; pero en algún
instante de los eones de tiempo cósmico, algunos de los legisladores tomaron
consciencia de su verdadera situación: Que solo eran cosas creadas para durar un
determinado tiempo y después, cumplido su cometido, dejar de existir. Dado que los divinos intérpretes, el
Hombre Original, entraron en el escenario dejando atrás su eterna memoria, los legisladores decidieron
mantener, por siempre, dormido a Adam Kadmón y así seguimos hasta el presente:
El creador sumido en un profundo sueño con ensueños y siendo solo parcialmente
consciente mediante el uso de los cascarones materiales que suponen los más
diversos cuerpos de sangre, carne y huesos.
Algunos de los arcontes, unos
pocos, son fieles a su Creador muy a pesar de ser conscientes de cuál es su inefable
destino y es, por dicha causa, que la esperanza de que la humanidad despierte a
la luz del Mundo Original no se ha perdido.
*
La Guerra no es contra los elementos materiales de la creación, sino
contra los legisladores de este Infierno que cual hordas invisibles, ajenas al
creador, moran en el Espacio Sideral y desde allí siguen tejiendo un velo del
Destino al que la divinidad es ajena.
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Aralba