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domingo, 31 de octubre de 2021

Lección 75, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"Tecnologías de la Magia"


La mayoría de vosotros ha escuchado que existe una magia blanca, otra roja, otra negra y de otros colores. Que existe una magia cabalística, otra alquímica y otras muchas que no viene a cuento aquí mencionar.


También, supongo que habréis aprendido, de niños, el abecedario de memoria, habréis practicado caligrafía y repetido, hasta aprenderla, también de memoria, la tabla de multiplicar.


Veréis, hay muchos niños por ahí que se creen magos adultos y dicen utilizar esta u otra tecnología para realizar una magia poderosa; pero, en realidad sólo son aprendices de mago sin un Maestro. Ellos dicen que sí, que tuvieron un maestro; pero quienes les enseñó a repetir de memoria la tabla de multiplicar y el abecedario de la magia, fueron otros niños, como ellos, y que nunca tuvieron real idea de que iba esto de la Magia.


Un verdadero Mago, en sus comienzos, tuvo que conocer todas las tecnologías mágicas y aprender especializándose en unas pocas de ellas; pero conforme fue creciendo en el Arte de su Magia, ya no necesitó los artilugios tecnológicos de la Magia. Es decir, cuando tenemos que escribir, ya no tenemos que repetir el abecedario para encontrar la letra que necesitamos o cuando debemos de realizar una operación aritmética tampoco debemos recitar la tabla de multiplicar; del mismo modo, el Mago, versado en Magia y licenciado en la Escuela del Amor Divino, tampoco necesita de Cábala, Alquimia, varitas mágicas o rituales para realizar su Magia. Tan solo necesita, el Mago, la imaginación, el deseo y la voluntad, mediante su pensamiento, para hacer su Magia.


¿Habéis pensado que le hicieran repetir a Einstein la tabla de multiplicar para demostrar que era un Físico? Resulta estúpido, a nadie se le hubiese ocurrido; pues del mismo modo, se trata de una ingenuidad solicitarle a un Mago verdadero que nos muestre que conoce de Cábala o de otras tecnologías parvularias para aprender Magia. Del mismo modo que Einstein, en caso de que viviera, no tendría que demostrar que es un Físico recitando la Tabla del cinco, así un Mago verdadero no tiene que demostrar nada, pues a los ojos de todo el mundo es un hombre mágico que realiza magia cada vez que habla y cada vez que realiza cualquier acto. ¿Quien podría dudar de la magia de un Mago, si toda su Vida es la muestra palpable de que la Magia existe?


Con otro ejemplo, muy manido por cierto, lo entenderéis a la perfección. Todas las artes marciales, sean orientales u occidentales poseen una serie de rutinas repetitivas que se denominan formas, katas o mero entrenamiento. Estas formas existen para repetir y repetir determinadas posturas y acciones que puedan ser utilizadas en caso de defensa o contra ataque, de producirse una agresión hacia nuestra persona. Esa incesante repetición de las katas se realiza para que nuestro cerebro subconsciente y Sistema simpático espinal las memorice y que de forma automática salgan a la luz cuando sean necesitadas. 


El Cine, en ese aspecto nos engaña mucho; dado que lo que vemos en las pantallas, es una especie de danza muy bella, coreografiada con una concatenación de formas de defensa y ataque. En realidad, las peleas verdaderas no se realizan así y son mucho más burdas y feas. En el entrenamiento de la Formas de las artes marciales hay belleza y arte como en el baile o la danza; pero en una pelea de verdad, a ningún Maestro de artes marciales, se le ocurre realizar las katas tal y como las ha entrenado. Sus movimientos de defensa y ataque surgirán por sí mismos sin guardar algún tipo de coreografía. Con la Magia y los magos sucede lo mismo. El Mago verdadero aprendió magia con pentagramas y rituales; pero ya no.los necesita, pues se encuentran asimilados dentro de su cerebro. Los talismanes, amuletos y rituales mágicos fueron para el Mago parte importante de su aprendizaje; pero ya no le son necesarios y quedan para el cine y los cuentos ilustrados, las famosas varitas mágicas, los cetros de poder, los medallones magnetizados o el gorro frigio.


Sólo existe una Magia, la Magia Blanca o Taumaturgia que surge del Amor Divino, el resto, son tecnologías incompletas y que podrían realizar más daño que bien en caso de que tuviésemos que llevarlas a la práctica tal y como se enseñan en los parvularios de la Magia. Los aprendices de magos que no entienden, del todo, como funciona esto de la Magia, se quedan estancados y no progresan; pero lo peor de todo, creyéndose los maestros que no son, caen en la peligrosa superchería de la Hechicería, la Brujería y la Nigromancia.


Veréis, la verdadera Magia es fruto del Amor; dicho de otro modo, de la Gnósis procedente del Pleroma o Mundo Divino. Un Mundo que engloba a nuestro Universo; pero que está apartado mediante una frontera interdimensional invisible y que sólo puede ser traspasada por los taumaturgos, verdaderos magos. Las otras magias incompletas, si desean que se las llame así, son la manifestación de conocer una parte de las leyes de la Naturaleza; pero eso ¿qué significa?


Recuerden, mis Fratres y sorores que los arcontesuentes de la Teurgia, no son otra cosa que la personificación de todas y cada una de las leyes naturales, sean cuánticas o siderales.


Os dejo un momento para pensar...


Tanto las jerarquías angélicas como demoníacas no dejan de ser jerarquías arcónticas que representan a las leyes que gobiernan nuestro Universo. El Hechicero o Hechicera que conoce como funcionan las leyes naturales podrá sacar cierto provecho de su manipulación; pero en algún momento, más pronto que tarde, tendrá que pagar a los arcontes por los servicios prestados. Eso viene bien explicado por la Ley de Compensación. Por todo servicio hay que pagar un determinado precio y que, en la mayoría de las ocasiones, los aprendices de magos desconocen.


Para terminar, quiero repetirles hasta quedarme afónico que no existen los arcontes buenos ni los arcontes malos. Solo existen las jerarquías arcónticas y que la Teología antigua ha equivocado en subdividir en dos jerarquías diferentes, la angélica y la demoníaca. Lo que jamás entendieron los pseudo maestros del pasado, es que los arcontes, como fuerzas de la Naturaleza, pueden favorecernos si nos ponemos a favor de su corriente energética. En dichos casos, han sido nombrados como ángeles o entidades benevolentes; pero si, hablando de esas mismas fuerzas, nos situamos, de forma inconsciente, a contracorriente, seremos apisonados, aplastados y entonces, a esas fuerzas se las ha conocido como demoníacas y maléficas.


La única diferencia radica en el Conocimiento Consciente del funcionamiento de las fuerzas arcónticas o leyes con las que se rige la Naturaleza. Los Ángeles o dioses que son invocados, de forma consciente y a sabiendas, producirán resultados angélicos; si, por el contrario, no se conocen bien, su manipulación podría resultar catastrófica y denominada como demoníaca; pero todo ello no es más que fruto de la ignorancia y no pasa de ser otra cosa que superstición. Unas veces puede salir bien y otras veces, la mayoría, saldrá mal y, recuerden, habrá que pagar algún precio; en el caso de que sea por desconocimiento, probablemente será instantáneo o a corto plazo y si se ha realizado con cierto conocimiento, el precio será requerido a medio o largo plazo.


La Magia Blanca o Taumaturgia verdadera, no cabalística o Teurgia, no tiene esas complicaciones, dado que la fuente de su poder procede de fuera del Universo y donde no imperan las fuerzas duales o arcónticas de la Naturaleza, sino las del Uno, del Todo y cuya materia o esencia "etérica" es el Amor puro y absoluto.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C