Creemos ser gobernados por las
mejores personas de nuestra sociedad, los más preparados. Nos enorgullecemos de
vivir en regímenes supuestamente democráticos, cuyos gobiernos son elegidos, de
forma periódica; pero lo cierto de todo esto, es que el Dinero que se esconde detrás de las campañas
electorales, suministrado por las entidades financieras, está cargado con la
pesada carga de la sangre derramada de inocentes, el tráfico de drogas, órganos
y seres humanos.
El tema de los indultos fiscales a
los grandes capitales de la economía sumergida no es nada nuevo, sino algo antiguo
y habitual utilizado, a través de la Historia, por todos los estados del Mundo; pero esos indultos solo suponen el
blanqueamiento de dinero negro que se encontraba oculto y, en la mayoría de las
ocasiones, de muy dudosa procedencia.
El Tráfico de alcohol, el
contrabando de tabaco y de armas de guerra, la trata de blancas y de niños se
encuentra detrás de ese dinero que termina financiando las campañas electorales
de los partidos políticos de nuestro entorno. Es un dinero sucio que en muchas
ocasiones, su deuda, es condonada por las entidades prestamistas, dado que
estas entidades, gobernadas en la sombra por la delincuencia organizada, tienen
sus muy buenas razones ocultas.
Cuando los partidos políticos
llegan al Poder, tras haber sido financiadas sus campañas electorales por las
principales entidades financieras de la Nación, saben que para quienes tienen
que gobernar, primero, es para aquellos
que les han propiciado que pudieran alcanzar las riendas del País. Hay que
devolver los favores prestados aunque haya que acudir al nepotismo y a la prevaricación
con el fin de situar a personas clave en los lugares significados del Poder y
hacer la vista gorda a las evasiones de capital hacia los paraísos fiscales.
Pero ese dinero sucio que procede
de la Delincuencia Organizada también alcanza al resto de estamentos del Poder
como a los sistemas más-media que se ocupan, teóricamente, de informar de forma
imparcial a los ciudadanos, a la población; de llevar la publicidad de los
productos de consumo hasta nuestros hogares y de marcar las tendencias
universales de conducta: Cada vez más irracionales y deshumanizadas.
Es importante que nos demos
cuenta que una verdadera democracia no puede estar sustentada por semejantes
pilares de suciedad y corrupción. Una supuesta democracia constituida de tal
modo es una mentira constituida para tener anestesiados a los ciudadanos
mientras que los amos del Sistema, las Entidades Financieras y sobre todo las
grandes familias internacionales que colocan los grandes capitales de la gran
delincuencia en sus cajas y fondos, tienen vía libre para seguir delinquiendo
con absoluta impunidad.
Lo que tenemos, en los países
occidentales, son sucedáneos de democracia. Pantomimas recubiertas de
pucherazos masivos con el fin de mediatizar a la población y hacer que ésta
realice lo previamente establecido por el verdadero gobierno en la sombra de
los hacedores de sufrimiento y muerte.
Quienes gobiernan al otro lado
del Atlántico son los herederos de aquellos gánsteres que fueron combatidos por
Eliot Ness y su cuadrilla policial. Aquellos que tras acabarse la Ley Seca, pudieron
blanquear el dinero de sus fechorías. Son las grandes familias del Petróleo y
del Tráfico de Armas. En el otro extremo, tenemos a los antiguos países
comunistas que tras venirse abajo sus regímenes, los que detentaban el poder de
sus sistemas de inteligencia, desmantelaron su sistema económico y arrebañaron
hacia sí mismos el Dinero del Estado, el Dinero de los ciudadanos que
paupérrimos vieron como surgía de la noche a la mañana, en su territorio, una
prole de nuevos multimillonarios que podían codearse con las grandes fortunas
de Occidente. Evidentemente, de nuevo, un dinero manchado de sangre, corrupción
y satánica avaricia.
Sinceramente, creo que los
ciudadanos ante las elecciones deberíamos de huir, como si del mismo diablo se
tratase, de votar a los partidos políticos que en campañas electorales
invierten en grandes y mediáticas campañas electorales. Los partidos siempre
debieron ser financiados por sus militantes y utilizar su mano de obra gratuita
para realizar esas campañas que están ahora en mano de poderosos sistemas
multimedia y que se encuentran relacionados, como si de una espesa tela de
araña se tratase, con los poderes financieros y por lo tanto, del mismo modo,
con los depositantes de los grandes capitales surgidos de la delincuencia de
guante blanco.
Es evidente que como los partidos
políticos no gobiernan ni para los ciudadanos ni para sus militantes, cada vez
menos numerosos, dicen, ante las campañas de necesaria propaganda, que se
busquen la vida, ya está bien de hacer el primo y a las ejecutivas podridas de
los partidos no les queda otra, para publicitarse, que embarrarse más con el dinero sucio de bancos
y financieras.
Un Sistema Proporcional y de
partidos políticos donde no existe la Democracia directa no puede denominarse,
propiamente como democracia verdadera sino como un extraño sucedáneo más
relacionado con el trasnochado caciquismo Isabelino.
Apología de la insumisión, de la
desobediencia civil es lo que iremos viendo según pasen los días porque aunque
la ciudadanía se encuentra manipulada, todo tiene un límite; dado que no somos
ganado, que pudiera ser dirigido por simple instinto. Es cierto que para
sustituir a ese instinto se nos ha mediatizado con información basura, con
educación basura y con cultura basura; pero cuando el pan falta, el circo solo
no vale. Pan y Circo, si le quitas una de las patas a ese binomio, la banqueta
en la que está sustentado este perverso y ladino Sistema caerá sin duda alguna.
Existe la necesidad de una
Refundación de la Democracia, que es lo mismo que decir del Sistema; y mientras
la Democracia tenga que estar sustentada por los medios que tienen el Poder
sobre la Economía, tendremos un mal Sistema Democrático, dado que estará supeditado al antojo de las
familias mafiosas que financian las campañas electorales y la compra de las sedes
de los partidos políticos con dinero sucio producto de la más alta delincuencia.
El disparate se está convirtiendo
en la norma y lo irracional se va viendo como algo normal en nuestras vidas.
Todo es inhumano y preparado para que los avaros acumulen cada vez más dinero y
con ello poder porque el dinero son las cadenas que mantienen atrapados a los
políticos a sus estáticos asientos y la endogamia entre el Sistema Político y el
Financiero llega hasta tal extremo que, los propios políticos tras haber
cumplido con sus cargos y haber favorecido a sus benefactores, son recolocados
en la Sociedad Civil como altos cargos de Empresas de su dominio.
¿Cómo se nos queda el Cuerpo?
Aralba