Existe un enconado debate entre
los que opinan que los Orbs son entes interdimensionales de carácter inteligente y los puramente
escépticos que afirman que solo son motas de polvo del ambiente que al ser
iluminada toman forma circular en nuestras fotografías; pero ¿y si ambas
opiniones encontradas contuvieran parte de la verdad? Además, a cualquier cosa,
pululando en el ambiente de nuestro entorno, y que no conocemos lo denominamos
polvo; pero el polvo de nuestras casas y su precipitación en forma de pelusas
vistos a través del microscopio electrónico conforman un inmenso oasis en el
que pulula la Vida. Por otro lado, recordemos que alguien dijo que, en el
fondo, todos somos polvo de estrellas.
Intentemos, por un breve
instante, imaginar que el aire que atravesamos con nuestro caminar diario no es
el vacío que generalmente aceptamos, sino que se trata de un fluido como el
agua aunque más sutil aún. Si tomamos una Porción de agua de nuestros mares,
ríos o charcas y la analizáramos con sistemas ópticos de precisión
comprobaríamos como lo que a nuestra simple vista parece transparente y carente
de vida, por el contrario, conforma un magnífico ecosistema donde coexisten
diferentes entidades de una cadena trófica que podría muy bien asemejarse al
famoso Krill de los océanos de la Tierra y del que los inmensos rorcuales o
ballenas suelen alimentarse.
En esta breve introducción hemos
tratado que el Lector no vea el polvo que nos rodea como simples partículas
inorgánicas que a veces suelen observarse cuando los rayos de luz atraviesan
los cristales de tragaluces o ventanas, o cuando expuestas al impacto de la luz
de un flash conforman como un esférico efecto kirlyan alrededor de ellas dando
lugar a los famosos Orbs u Orbes como se los denomina en los países latinos.
Entonces ¿Nos está usted dando a
entender que los fotógrafos tienen razón y que los Orbes no son otra cosa que
partículas de polvo, sean esporas, polen o minúsculos ácaros en suspensión? -Si
pero no. Trato de indicar que las mencionadas posturas opuestas están hablando
de una misma cosa; pero cada cual lo lleva a su ámbito de creencia o
escepticismo y la cosa es un poco más compleja que todo eso.
Hasta hace relativamente poco se
consideraba que lo natural era lo inorgánico y que la vida primero y la
inteligencia después tan solo eran una especie de evolución de la naturaleza
inerte. Desde el siglo pasado, por el contrario, se viene considerando que la
Vida es primero y que se va abriendo paso a través de un medio que ella va construyendo
primero como sistemas inactivos, minerales, después algo más activos como los
vegetales y por último con actividad plena, denominada alma, en los animales y
otras especies denominadas como inteligentes y entre los que nos encontraríamos
los seres humanos.
Si damos un paso más allá de la
Ciencia establecida y nos sumergimos en el mundo de la espiritualidad y del
ocultismo clásico nos damos cuenta que se dice que el Universo, todo lo que nos
rodea visible e invisible, es como una inmensa Mente que va tomando consciencia de sí misma
mediante su manifestación por medio de cosas inorgánicas primero que terminan
evolucionando hacia algo sintiente, a Vida.
Esa mente conforma como una
especie de holograma gigantesco, diríamos que infinito, del que cada una de sus
minúsculas partículas no es más que otro holograma que, en esencia, contiene
dentro de sí mismo la información del todo; por lo tanto, no deberíamos
infravalorar algo tan minúsculo como una simple mota de polvo cargada de polen,
ácaros, esporas y huevos de pequeños insectos. De hecho, al igual que sucede en
otros ecosistemas de proporciones macro cósmicas, donde las inmensas moles
siderales tienden a congregarse en forma de sistemas estelares, así en estos
micro cosmos de nuestro Universo doméstico, cuando las partículas cargadas de
vida e inteligencia, no lo olvidemos nunca, precipitan por la propia fuerza de
gravedad tienden a concentrarse en lo que vulgarmente denominamos pelusas y que
no son otra cosa que esos algodones de concentración de polvo con una
apariencia azul eléctrico.
Pero ¿algunas de esas manifestaciones
luminosas en forma de esferas no podrían ser algo más que simples motas de
polvo en suspensión reflejado su aura al ser atacada por la luz del flash de
nuestras cámaras? ¿Podrían ser acaso los átomos chispa de espíritu de nuestros
seres queridos y que han pasado a mejor vida? ¿Acaso no pudieran ser la
manifestación física, dentro de nuestro Universo, de entidades inter
dimensionales o de sondas extraterrestres de alguna lejana civilización
alienígena?
Seríamos unos ilusos si negáramos
todas y cada una de dichas posibilidades, dado que ya hemos venido diciendo que
la Esencia Etérica de la que está constituido todo lo que existe no es otra
cosa que la Mente Universal de la que todos y cada uno de nosotros no somos más
que minúsculas partículas individualizadas con el propósito de conseguir
consciencia propia.
Cualquier partícula física, por
minúscula que fuere, contiene en sí todo el potencial de la Mente total y si
somos capaces de sintonizar electromagnéticamente con ella, teóricamente,
podríamos conseguir toda la información que contiene el propio Universo desde
antes de su nacimiento hasta el día que deje de ser lo que hoy es, dado que
todo está predispuesto en una especie de código genético Cósmico; por lo tanto,
no es difícil entender que cualquier entidad inteligente, por muy alejada que
estuviese en el espacio y en el tiempo y que por motivos diversos
quisiera ponerse en contacto con nosotros utilizara alguna de dichas partículas físicas para manifestar su espíritu, en nuestro Plano existencial; mostrando por lo
tanto, bajo dicha circunstancia, una muestra de verdadera inteligencia
comunicativa, dado que para la Mente no existen el Espacio y el Tiempo.
Para finalizar diríamos que la manifestación
física de unos determinados elementos de la naturaleza no invalida sus
características espirituales innatas; sobre todo considerando que el propio Ser
Humano no somos otra cosa que una Entidad compuesta de una infinidad de
criaturas dotadas de su propia Inteligencia.
No podemos saber si el Lector ha
sido capaz de captar cual es nuestra concepción acerca del Tema de los orbes o
mejor dicho si nosotros hemos sido capaces de mostrar dicho concepto; pero lo
que sí podemos hacer es quedar a vuestra entera disposición para seguir
investigando en torno a este singular y actual asunto.
Aralba