Reflexiones a una Conferencia
discreta.
Ayer mismo, una amiga nos remitió
un email con una invitación, exclusiva y de carácter restringido, a una
Conferencia acerca del Tarot como “Método de Introspección”. Dado que la Charla era de carácter
discreto no daremos el nombre de la
Entidad que la organizaba ni el de la propia conferenciante,
hacia quien profesamos un extraordinario cariño y respeto en todos los
sentidos.
Durante gran parte de la Conferencia nos
encontramos como descolocado, dado que esperaba encontrarme con una exposición
respecto a las láminas del Tarot como medio de meditación y, sin embargo, se
habló, y mucho respecto a los naipes, en su aspecto de Mancia o medio
adivinatorio, tanto de la personalidad de los consultantes como de sus pasados
y futuro.
Hay que reconocerle a la Conferenciante su
voluntad y arduo, magnífico, trabajo preparatorio al Evento. También su
extraordinario conocimiento acerca del Tema del que se trataba, como no podía
ser de otro modo. Respecto a la organización, sí que tengo mis reparos, dado
que intenté intervenir en diversas ocasiones y, por unos u otros motivos, no se
me concedió la palabra. De hecho, llegué a encontrarme en algún instante como
si estuviese participando en algún espectáculo preparado digno del más famoso
de los mentalistas.
Se habló del Método del Tarot
como Vía o camino iniciático, con una serie de normas, reglamentos, dogmas en
definitiva y que podría equipararse a otros sistemas iniciáticos que utilizan
el símbolo y el ritualismo como medios de transmisión. Curiosamente, cuando
hablamos de símbolos nos referimos a métodos adogmáticos, donde cada uno de los
componentes proporciona información exclusiva a los implicados. Podríamos
hablar del Método del No Método. Asimismo, el Tarot digno descendiente de las
planchas gráficas de los trovadores occitanos, que se desarrollaría en la época
de los cataros, funciona de un modo muy parecido, dado que se trata de viñetas
recortadas y colocadas al azar para que, en cada Tirada, nos cuente una
historia diferente. Estos símbolos arquetípicos, al tarotista entrenado, le proporciona las llaves necesarias que abran
las múltiples puertas que posee el subconsciente, el suyo propio y el colectivo
que algunas escuelas ocultistas conocen como la Memoria Akashica de la Tierra.
Tomando, como hipótesis de
trabajo, el hecho de que el Multiverso no deja de ser un inmenso holograma de
proporciones cósmicas podemos comprender que cada una de sus minúsculas
unidades pudiera tener acceso a la información tanto del microcosmos como del macrocosmos
así como del Tiempo, el cual consideramos como de modo lineal y que visto de
éste modo se convierte en algo completamente diferente y transversal. Es decir,
el individuo sensible entrenado en la meditación de los arcanos arquetípicos,
puede penetrar en lo más recóndito de su interior y tener acceso, mediante el
Uno que es él mismo, al Todo que constituye todo lo existente, fuere material o
inmaterial, tanto a nivel de Espacio como de Tiempo.
La mayor parte de mi incomodidad,
en el transcurso de la
Conferencia , no se debió tanto al ninguneo, quizá involuntario
del Maestro de Ceremonias, que a la amplia exposición de la Ponente respecto del Tarot
como Mancia o método de adivinación y que, por lo expuesto en los párrafos
anteriores, tiene muchísimo de posibilidad real. Desde hace muchos años, tras
estudio pormenorizado del mundo de lo oculto, llegamos a una personalísima
conclusión de que tanto las mancias como el intento de comunicar con los
espíritus desencarnados no solo es improductivo e innecesario para el Ser
Humano, sino que pueden suponer una extraordinaria piedra de tropiezo en el
camino evolutivo de nuestra natural espiritualidad. Así lo debió de considerar la Señora Blavatsky , cuando
abandonó dichas prácticas y empezó a utilizar su extraordinaria sensibilidad
para entrar en meditación y traernos, de los otros lados, tan magnífica
información teosófica.
El Ser Humano, como Ser Divino
que es, trae a este Plano de existencia una serie de trabajos a realizar y que
se conoce como Destino. Ese trabajo fue cocinado en otros planos de existencia,
por su propio Espíritu, para ser ingerido aquí tras haber abandonado su memoria
allí. Conociendo esta Verdad, no tiene ningún sentido intentar realizar trampas
en los exámenes de la Vida. La
Consulta mántica de una tarotista o vidente de cualquier otro tipo viene a ser
como llevarnos unas chuletas para desarrollar, con absoluta perfección, un
examen. Hecho injustificable cuyo juicio dejo al criterio del propio Lector.
Por otro lado, la mayoría de los videntes profesionales han adquirido una
mediumnidad involuntaria, propia o inducida, robada dicen ellos, que los
incapacita para poder ser objetivos. Dice mucho esa expresión de esa capacidad
robada, dado que viene a dar a entender que no es propia sino que ha sido
transmitida de una forma un tanto forzada e impropia que podría calificarse, en
algún sentido, como inmoral.
El Tarot, por el contrario, es
una fabulosa herramienta tanto del proceso de meditación como de catalización
de la imaginación de intelectuales, científicos, artesanos y artistas. Quien ha
tratado con absoluta perfección este Tema es el Señor Jodorowski y es ahí donde
este Libro de Toth, de origen Trovador y Cátaro, precursor de los actuales cómics
o tebeos, adquiere su máxima importancia y utilidad. Como puro entretenimiento
podría ser válida su utilización como catalizador de la videncia; pero su uso
profesional, salvo casos de extrema necesidad, está completamente invalidado.
Su peligrosidad, del mismo modo que la
Guija , es manifiesto aunque menos visible, dado que su
consulta, de algún modo, reprograma nuestra personalidad y nos vuelve más
sensibles a acontecimientos concretos y que, en otras circunstancias, no
deberían de poseer mayor trascendencia, influyendo en nuestro Paso
preprogramado, en otra Dimensión y por nosotros mismos, por la Vida.
Está claro que estábamos
predestinados a la asistencia a dicha conferencia y nos encontramos muy
agradecidos por haber sido invitado, aunque no compartiese gran parte de la
primera exposición. Agradecido también por haber sido ninguneado en los turnos
de intervenciones, dado que de haberse producido, la Ponente , por quien tengo
un gran aprecio y cariño, posiblemente hubiera actuado de algún otro modo
diferente y habría cortado, innecesariamente, su magnífica intervención.
Mi conclusión parcial es que el
Tarot es una herramienta simbólica que puede ser muy útil como apoyo a las vías
iniciáticas de las escuelas de misterios, en su faceta de herramienta de
meditación; pero que su vía mántica es absolutamente contraproducente y que se
contrapone, por su índole supersticiosa, a cualquier tipo de racionalismo
maduro o vía Espiritual y Religiosa carente de falsos dogmatismos.
ARALBA