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viernes, 22 de febrero de 2013

TAROT ¿Mancia o Vía iniciática?




Reflexiones a una Conferencia discreta.

Ayer mismo, una amiga nos remitió un email con una invitación, exclusiva y de carácter restringido, a una Conferencia acerca del Tarot como “Método de Introspección”. Dado que la Charla era de carácter discreto no daremos el nombre de la Entidad que la organizaba ni el de la propia conferenciante, hacia quien profesamos un extraordinario cariño y respeto en todos los sentidos.

Durante gran parte de la Conferencia nos encontramos como descolocado, dado que esperaba encontrarme con una exposición respecto a las láminas del Tarot como medio de meditación y, sin embargo, se habló, y mucho respecto a los naipes, en su aspecto de Mancia o medio adivinatorio, tanto de la personalidad de los consultantes como de sus pasados y futuro.

Hay que reconocerle a la Conferenciante su voluntad y arduo, magnífico, trabajo preparatorio al Evento. También su extraordinario conocimiento acerca del Tema del que se trataba, como no podía ser de otro modo. Respecto a la organización, sí que tengo mis reparos, dado que intenté intervenir en diversas ocasiones y, por unos u otros motivos, no se me concedió la palabra. De hecho, llegué a encontrarme en algún instante como si estuviese participando en algún espectáculo preparado digno del más famoso de los mentalistas.
Se habló del Método del Tarot como Vía o camino iniciático, con una serie de normas, reglamentos, dogmas en definitiva y que podría equipararse a otros sistemas iniciáticos que utilizan el símbolo y el ritualismo como medios de transmisión. Curiosamente, cuando hablamos de símbolos nos referimos a métodos adogmáticos, donde cada uno de los componentes proporciona información exclusiva a los implicados. Podríamos hablar del Método del No Método. Asimismo, el Tarot digno descendiente de las planchas gráficas de los trovadores occitanos, que se desarrollaría en la época de los cataros, funciona de un modo muy parecido, dado que se trata de viñetas recortadas y colocadas al azar para que, en cada Tirada, nos cuente una historia diferente. Estos símbolos arquetípicos, al tarotista entrenado,  le proporciona las llaves necesarias que abran las múltiples puertas que posee el subconsciente, el suyo propio y el colectivo que algunas escuelas ocultistas conocen como la Memoria Akashica de la Tierra.

Tomando, como hipótesis de trabajo, el hecho de que el Multiverso no deja de ser un inmenso holograma de proporciones cósmicas podemos comprender que cada una de sus minúsculas unidades pudiera tener acceso a la información tanto del microcosmos como del macrocosmos así como del Tiempo, el cual consideramos como de modo lineal y que visto de éste modo se convierte en algo completamente diferente y transversal. Es decir, el individuo sensible entrenado en la meditación de los arcanos arquetípicos, puede penetrar en lo más recóndito de su interior y tener acceso, mediante el Uno que es él mismo, al Todo que constituye todo lo existente, fuere material o inmaterial, tanto a nivel de Espacio como de Tiempo.
La mayor parte de mi incomodidad, en el transcurso de la Conferencia, no se debió tanto al ninguneo, quizá involuntario del Maestro de Ceremonias, que a la amplia exposición de la Ponente respecto del Tarot como Mancia o método de adivinación y que, por lo expuesto en los párrafos anteriores, tiene muchísimo de posibilidad real. Desde hace muchos años, tras estudio pormenorizado del mundo de lo oculto, llegamos a una personalísima conclusión de que tanto las mancias como el intento de comunicar con los espíritus desencarnados no solo es improductivo e innecesario para el Ser Humano, sino que pueden suponer una extraordinaria piedra de tropiezo en el camino evolutivo de nuestra natural espiritualidad. Así lo debió de considerar la Señora Blavatsky, cuando abandonó dichas prácticas y empezó a utilizar su extraordinaria sensibilidad para entrar en meditación y traernos, de los otros lados, tan magnífica información teosófica.

El Ser Humano, como Ser Divino que es, trae a este Plano de existencia una serie de trabajos a realizar y que se conoce como Destino. Ese trabajo fue cocinado en otros planos de existencia, por su propio Espíritu, para ser ingerido aquí tras haber abandonado su memoria allí. Conociendo esta Verdad, no tiene ningún sentido intentar realizar trampas en los exámenes de la Vida. La Consulta mántica de una tarotista o vidente de cualquier otro tipo viene a ser como llevarnos unas chuletas para desarrollar, con absoluta perfección, un examen. Hecho injustificable cuyo juicio dejo al criterio del propio Lector. Por otro lado, la mayoría de los videntes profesionales han adquirido una mediumnidad involuntaria, propia o inducida, robada dicen ellos, que los incapacita para poder ser objetivos. Dice mucho esa expresión de esa capacidad robada, dado que viene a dar a entender que no es propia sino que ha sido transmitida de una forma un tanto forzada e impropia que podría calificarse, en algún sentido, como inmoral.
El Tarot, por el contrario, es una fabulosa herramienta tanto del proceso de meditación como de catalización de la imaginación de intelectuales, científicos, artesanos y artistas. Quien ha tratado con absoluta perfección este Tema es el Señor Jodorowski y es ahí donde este Libro de Toth, de origen Trovador y Cátaro, precursor de los actuales cómics o tebeos, adquiere su máxima importancia y utilidad. Como puro entretenimiento podría ser válida su utilización como catalizador de la videncia; pero su uso profesional, salvo casos de extrema necesidad, está completamente invalidado. Su peligrosidad, del mismo modo que la Guija, es manifiesto aunque menos visible, dado que su consulta, de algún modo, reprograma nuestra personalidad y nos vuelve más sensibles a acontecimientos concretos y que, en otras circunstancias, no deberían de poseer mayor trascendencia, influyendo en nuestro Paso preprogramado, en otra Dimensión y por nosotros mismos, por la Vida.

Está claro que estábamos predestinados a la asistencia a dicha conferencia y nos encontramos muy agradecidos por haber sido invitado, aunque no compartiese gran parte de la primera exposición. Agradecido también por haber sido ninguneado en los turnos de intervenciones, dado que de haberse producido, la Ponente, por quien tengo un gran aprecio y cariño, posiblemente hubiera actuado de algún otro modo diferente y habría cortado, innecesariamente, su magnífica intervención.

Mi conclusión parcial es que el Tarot es una herramienta simbólica que puede ser muy útil como apoyo a las vías iniciáticas de las escuelas de misterios, en su faceta de herramienta de meditación; pero que su vía mántica es absolutamente contraproducente y que se contrapone, por su índole supersticiosa, a cualquier tipo de racionalismo maduro o vía Espiritual y Religiosa carente de falsos dogmatismos.

ARALBA


martes, 19 de febrero de 2013

"CODEX TEMPLI", RESEÑA TEMÁTICA DEL LIBRO Y DE LOS COAUTORES

Fernando Arroyo Durán

La Enciclopedia sobre la Orden del Temple "Codex Templi", publicada por Aguilar", ofrece 23 ensayos sobre los que se habla en esta reseña bibliográfica, así como sobre sus 23 coautores
 

Recensión de CODEX TEMPLI


Los misterios templarios a la luz de la Historia y la Tradición



Fernando Arroyo Durán

(Director y coordinador de la obra)



CODEX TEMPLI es una enciclopédica obra sobre la Orden del Temple de más de 900 páginas y 96 ilustraciones a color: miniaturas y grabados de códices, Biblias, beatos y manuscritos medievales; arte religioso de hasta el siglo XVI; fotografías de castillos, iglesias, mezquitas, reliquias, iconografías, frescos, obras pictóricas procedentes de museos, archivos, bibliotecas y templos de España, del resto de Europa y de Oriente Medio Dirigida y coordinada por la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», editada por el principal grupo editor en lengua española, la Editorial Aguilar (Grupo Santillana), y elaborada por más de una veintena de especialistas, CODEX TEMPLI está llamada a convertirse en un referente, en un clásico dentro de su género.

No estamos ante un libro más de los centenares que sobre el Temple se han escrito y publicado… Estamos, sin lugar a dudas, ante una obra paradigmática, una obra que marcará un antes y un después en la divulgación del fenómeno templario. No en vano, este fenómeno medieval es algo que trasciende al tiempo y al estudio meramente histórico, como lo demuestra el hecho de que, espiritual e ideológicamente, siga muy presente en la memoria colectiva, tanto de Occidente como de Oriente. Es por ello que decimos que la Orden del Temple es algo más que un fenómeno histórico, es un arquetipo universal revestido de connotaciones místicas y míticas, y como tal debe ser estudiado y analizado desde diversas perspectivas o disciplinas (historia, teología, arquitectura, simbología, mitología, etc.).

Siendo como es el fenómeno templario algo que se gestó en el corazón de la Cristiandad occidental (en el Císter de San Bernardo de Claraval), no menos cierto es que tuvo su nacimiento en Oriente, en Tierra Santa, en la antigua mezquita de al-Aqsa, en el monte del Templo de Salomón. Tal vez por ello es que el fenómeno templario, adscribiéndose a la tradición particular cristiano-católica, es también un fenómeno extrapolable, o mejor dicho enraizado en la Tradición unánime o universal, una Tradición primordial que se aplica, en palabras del gran metafísico francés René Guénon, a todo lo que depende de verdades principales o de principios inmutables que se derivan de la Verdad primera y única. En suma, de ese Verbo que ya era en el principio (Cf. Jn 1, 1), y que en Cristo se hizo carne (Cf. Jn 1, 14).

Luis Alcaina Guzmán, vicepresidente y coordinador general de «Templespaña», señala en el prólogo de la obra a propósito de esta dimensión universal del Temple:

«No debe caerse en el error de pensar que la búsqueda de comunión o religamiento (de religare, religión) de la criatura humana con su Creador es algo que sólo debe ser tratado, en el ámbito del Temple, bajo un prisma católico, apostólico y romano, pues no cabe la menor duda de que aquellos que fueron caballeros de Oriente y Occidente se vieron impregnados necesariamente de diversas corrientes religiosas y filosóficas; pero no debe olvidarse que la Orden fue instituida por la Iglesia católica y que dependía directamente del romano pontífice.

»Si bien la Regla y todos los aspectos en la vida de los templarios evidencian su fidelidad y observancia del catolicismo tradicional, ello no es óbice ni incompatible (desde la doctrina actual de la Iglesia emanada del Concilio Vaticano II) con el pensamiento ecuménico y universalista (católico = universal) que forma parte del ideario del Temple.

»Y ese ideario, o ideal ecuménico y universalista, que es punto de partida común de los miembros de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales Templespaña, es el que ha motivado esta obra colectiva, donde la libertad de credo, conciencia y expresión de los autores es lo más destacable.

»Siendo por tanto una obra colectiva y plural, cada capítulo ha sido redactado de manera independiente, pero con frecuencia se hallarán vinculaciones o referencias a otras secciones de “Codex Templi”. Todo ello permitirá una completa exposición temática.

»Oficialmente, Templespaña no se identifica con todos los planteamientos y puntos de vista expuestos por los autores de esta obra, aunque sí comparte con ellos una premisa fundamental: el respeto y la tolerancia hacia las creencias expresadas en el marco de la convicción y la buena voluntad y su enérgico rechazo a la falsedad, la tergiversación y la mentira consciente».

Partiendo de estas premisas, CODEX TEMPLI se ha concebido como una obra integral, de ahí que se componga de ensayos que cabría encuadrar, a grandes rasgos, en los siguientes aspectos diferenciados:

1. Ensayos de divulgación histórica.
2. Ensayos de investigación.
3. Ensayos tradicionales.
4. Ensayos desmitificadores
5. Ensayos mitológicos.

Esta división genérica podría subdividirse a su vez en otras categorías más específicas, y en algunos casos hay capítulos de la obra que se encuadrarían en más de un aspecto de los referidos.

No obstante, para ofrecer una idea general, basten las siguientes clasificaciones y comentarios:


1. Ensayos de divulgación histórica.


Los ensayos de divulgación histórica, a la par que relatan hechos apasionantes, son fundamentales para el conocimiento cabal del Temple y del contexto medieval en que se desarrolla la singladura de los monjes-soldados, amén de muy útiles como fuente de consulta, pues aportan una ingente cantidad de información sobre todos los aspectos contingentes de la Orden (histórico, cronológico, organizativo, militar, financiero, logístico, etc.). A este apartado se adscriben capítulos como el de José Luis Delgado Ayensa (III. “Caballeros templarios: monjes y guerreros, custodios y cruzado”), sobre la dimensión caballeresca y militar del Temple; Jordi Castañé i Mestres (V. “La encomienda templaria”), sobre el aspecto logístico y estratégico, la vida conventual, etc.; José Miguel Nicolau González (VIII. “El rey templario”), sobre el rey aragonés Jaime I el Conquistador, que fuera en su infancia tutelado y educado por los templarios de la fortaleza de Monzón; Raúl Riesco Martínez (XX. “El establecimiento de la Orden del Temple en los reinos hispánicos y su presencia en el Camino de Santiago”), sobre los templarios en la España de la Reconquista y en la Ruta Jacobea; y Carlos García Costoya (XXII. Los templarios y la Vera Cruz), sobre la relación de los templarios con las reliquias de los lignum crucis. También se incluyen en este apartado los ensayos de Florencio Pascual Rodríguez-Valdés (VI. “Templarios, los banqueros de la Cristiandad”), que en su caso, además, adereza la perspectiva histórica con su visión particular como economista, filósofo y ex-político, y el de José Carlos Sánchez Montero (IX. “Apogeo y decadencia, arresto y juicio de la Orden del Temple”), que sobre el proceso judicial contra la Orden hace lo propio en su calidad de licenciado en Derecho.


2. Ensayos de investigación.



Entre los capítulos que tienen un mayor componente de investigación está el de José Antonio Hurtado García (XXI. “De cómo el Temple llegó a América antes del descubrimiento oficial”). En el ensayo de este historiador e ingeniero aeronáutico residente en las islas Canarias, los análisis cartográficos (Atlas Catalán de Cresques y Carta marítima de Dulcert) y los cálculos matemáticos y geográficos del primer viaje colombino tienen un peso específico muy importante. En cuanto a los dos originales capítulos aportados por el escritor y teólogo Antonio Galera Gracia (XVII. “Nuevos descubrimientos sobre el Bafomet templario y XIX. Los templarios y la raza maldita de los agotes”), se basan, el primero de ellos en hallazgos arqueológicos y en consideraciones teológicas, y el segundo en la interpretación de documentos inéditos. Otros ensayos, a caballo entre la divulgación histórica y la investigación, son los de Julián Martos Rodríguez (II. “Codex Templi: los textos”), en el que se aportan una buena cantidad de documentos históricos traducidos de su versión francesa: documentos clásicos como la Regla primitiva y la Loa de San Bernardo, y también documentos inéditos en español (varias cartas); el de Alfonso Sánchez Hermosilla (XXIV. “La Sábana Santa y los templarios. De cómo la Síndone llegó a Occidente”), que, en su calidad de médico forense y miembro del Centro Español de Sindonología, aporta información técnico-científica que otorga un valor añadido a un tema sobre el que se han vertido ríos de tinta, no siempre con el debido rigor.


3. Ensayos tradicionales.



En lo que se refiere a los ensayos que se ocupan en buena medida del aspecto doctrinal, desde una perspetiva tradicional, los dos del prolífico escritor Ángel Almazán de Gracia (XI. “Los guardianes de la Tierra Santa. El esoterismo templari” y XVI. “Los templarios y la búsqueda del Santo Grial”) pueden ser calificados de antológicos, en tanto representan la sintetización de amplios conocimientos doctrinales, fruto de muchos años de estudio de las diversas tradiciones espirituales de Oriente y Occidente (cristianismo, sufismo, gnosis chiíta, neoplatonismo, pitagorismo, hermetismo alejandrino…). Ambos capítulos representan, por ello, un hito dentro de lo que podría ya denominarse «metafísica templaria» o, cuando menos, «cosmogonía templaria».

Otros ensayos verdaderamente magistrales, en la línea de la Tradición iniciática, corresponden a los capítulos aportados por tres directores de revistas electrónicas de temática tradicional: José Antonio Mateos Ruiz (XII. “La caballería cristiana. La iniciación templaria”): mística cristiana y sufí, filosofía caballeresca luliana, esoterismo católico de Charbonneau-Lassay…; Mauro Zorrilla Hierro (XIV. “Dante y la filiación templaria de la Fede Santa”): una lectura templaria de la obra de Dante Alighieri y las filiaciones laicas de la Fede Santa’, la Massenie du Saint-Graal’ y los Fedeli d´Amore’; Sergio Fritz Roa (XXIX. “Templarios y alquimistas”): de los templarios a los “Frères aînés de la Rose-Croix”, de San Alberto Magno, Arnau de la Vilanova o el beato Ramón Llull, a Fulcanelli, Canseliet o Roger Caro, pasando por una interpretación del Bafomet y otros símbolos templarios desde la hermenéutica filosofal… A caballo entre los ensayos de divulgación histórica y los tradicionales, tenemos los del escritor Chema Ferrer Cuñat (XV. “Los templarios y la tradición iniciática de los trovadores” y XIII. “Los templarios y la secta de los Asesinos”), en los que se nos ofrece un recorrido por todo el fascinante mundo del amor cortés, el “trobar clus” —trovar hermético—, los poetas místicos y las épicas trovadorescas, los «comedores de hachís» y el «Viejo de la Montaña», la Caballería cristiana y la Caballería islámica…; el del padre fray Francisco Rafael de Pascual, ocso (X.
“La continuidad del Temple en las órdenes militares y el Císter. Valores e ideales de los templarios”), ensayo de un interés extraordinario en lo que concierne al aspecto monacal y religioso del Císter y por extensión del Temple y del resto de órdenes militares españolas; el de Fernando Arroyo Durán (I. “La Orden del Templo de Salomón: primeros años y entorno social”), ensayo de divulgación histórica con tres epígrafes en los que se abordan aspectos doctrinales concernientes a la tradición céltica y al catolicismo joánico; el de Sergio Fritz Roa (IV. “San Bernardo y el Temple. El brazo armado de la Iglesia”), donde el peso de la doctrina tradicional (la particular cristiano-católica, en la línea paulista, bernardiana y agustiniana; y la unánime o primordial en la línea guénoniana y evoliana) constituye el armazón del capítulo.


4. Ensayos desmitificadores.


En otro orden se sitúan los ensayos desmitificadores, entre los que cabe incluir el de Fernando Arroyo Durán (XXV. “Templarios, jesuitas y masones: el afán legitimista”), que si bien argumenta la incuestionable vinculación histórica y tradicional entre los francmasones medievales y los templarios, y la de ambos con la masonería especulativa y el neotemplarismo caballeresco de origen masónico, pone de manifiesto que la cadena de transmisión de esta herencia se rompió definitivamente en el siglo XVIII (curiosamente, ya durante los «avivamientos del XVII» los eslabones eran muy débiles y escasos), debido a diversos avatares históricos. Se revelan también en este capítulo muchas de las imposturas y falsificaciones que, por un mero afán legitimista, tanto masones como neotemplarios de adscripción masónica, con la colaboración en ocasiones de jesuitas, llevaron a cabo durante los siglos XVIII y XIX. Chema Ferrer (XXVI. “El Priorato de Sión y los merovingios: un mito nacionalista”), desmonta con información fidedigna algunos de los mitos y falsedades que, en los últimos tiempos, alimentan buena parte de la espuria literatura dedicada a vulgarizar la figura de Cristo, a tergiversar la historia del cristianismo y a inventar todo tipo de grotescas conspiraciones eclesiásticas y ocultistas. Desmitificables son también varios ensayos de los encuadrados en otros apartados. Realmente el conjunto de la obra puede calificarse de desmitificadora, destacando en este sentido los capítulos autoría de Antonio Galera (en el aspecto histórico-teológico) y los de Ángel Almazán (en el especto tradicional-doctrinal).


5. Ensayos mitológicos.


En esta apartado se adscriben ensayos que, desde una perspectiva seria y erudita, se ocupan de los aspectos más controvertidos en torno a la mitología templaria, los que tienen que ver con sus presumibles conocimientos herméticos y ocultistas. Podría enmarcarse dentro de este apartado el ensayo del escritor e investigador experto en gliptografías y responsable de la sección «Lugares de poder» del célebre programa radiofónico “La Rosa de los Vientos” (Onda Cero) Juan Ignacio Cuesta Millán (VII. “Los enclaves templarios españoles. Arquitectura y simbolismo”), en el que, además de reparar en el carácter mágico de ciertos enclaves templarios vinculados a las tradiciones ancestrales (en los llamados precisamente «lugares de poder»), ofrece todo un repertorio de conocimientos relacionados con el simbolismo arquitectónico e iconológico, la geometría sacra, el número áureo, el esoterismo como «amplificador» de lo sagrado, la Cábala y el método de interpretación gemátrica, etc. En una línea parecida, tenemos los ensayos de otro prolífico escritor, Jesús Ávila Granados (XVIII. “Los templarios y los cátaros”, XXIII. “Los templarios y las vírgenes negras” y XVIII. “El santoral templario”), en los que, con su habitual estilo narrativo ágil y descriptivo, ofrece una panorámica histórica, mitológica y doctrinal que, remontándose al zoroastrismo y los cultos mistéricos grecolatinos, llega hasta los tiempos del cristianismo primitivo y sus diversas ramificaciones (corrientes gnósticas), y de ahí hasta las principales «herejías» de la Edad Media (bogomilos, cátaros, templarios), todo ello jalonado de abundante información sobre enclaves y reliquias templarias, simbolismo iconográfico y zodiacal, etc.


En una subdivisión aparte, que bien podría ser la de «ensayos legendarios», tendríamos el capítulo de Santiago Soler Seguí (XXVII. “Leyendas templarias”), una recopilación de leyendas españolas que servirá para proporcionar a los lectores, quizá a estas alturas del libro ya un poco saturados de «sesudos» estudios, la dulce «guinda del pastel». Pero es que además de amenidad, este capítulo tiene un gran valor antropológico, amén de toda la riqueza simbólica y arquetípica de las tradiciones populares, aderezadas en este caso con la propia riqueza simbólica y arquetípica del elemento templario. Por otra parte, de las difusas fronteras donde termina la historia y comienza la leyenda, siempre se pueden extraer enseñanzas (las llamadas popularmente «moralejas») y datos históricos muy valiosos. Este sería un colofón ideal para una obra antológica sobre el Temple, sino fuera porque es el penúltimo capítulo.

Cierra la obra una “Bibliografía templaria” no crítica ni sumaria, sino integral, con todo lo publicado hasta el momento en castellano y catalán (ensayos y estudios), y buena parte de lo publicado en portugués y otros idiomas (en este último caso sobre el Temple en España).




EQUIPO DE REDACCIÓN


FERNANDO ARROYO DURÁN (Madrid, 1967). El director, coordinador y coautor de “Codex Templi” es investigador y divulgador histórico, ha realizado estudios de emblemática cristiana, metafísica tradicional, simbología, órdenes militares, iconografía medieval, etc. Es presidente fundador de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», fundador y director del «Boletín Temple» y comendador Honoris causa del Priorato Internacional de la Supremus Militaris Ordo Templi Hierosolymitani (SMOTH-PIT). Caballero de la Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén (OSMTH), donde se desempeñó como canciller para Latinoamérica y senescal del Gran Priorato de España, fue miembro del claustro del Instituto Campomanes de Estudios Medievales (ICEM). Ha impartido conferencias y ha dirigido eventos culturales, así como distintos proyectos de investigación histórica. Aparte de numerosos artículos en varias publicaciones, es coautor del libro “Anales del Instituto Campomanes” (ICEM, Gerona, 2000) y director del “Curso de Formación Templaria” (Templespaña, Alcalá de Henares, 2001).


EMILIA COBO DE LARA. La supervisora de Codex Templi nació en Granada, es diplomada en Ciencias Sociales por la Universidad de Granada (1976), licenciada en Historia Contemporánea por la Universidad de Málaga (1996) y profesora de la Escuela Normal de Granada (1964). Cronista general de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple», de la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular y de la Asociación de Amigos de la Orquesta Filarmónica de Málaga. Fue coordinadora de un grupo de trabajo sobre convivencia y educación en valores.


LUIS ALCAINA GUZMÁN (Murcia, 1961). El prologuista de la obra es vicepresidente y coordinador general de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple», senescal del Priorato Internacional de la Supremus Militaris Ordo Templi Hierosolymitani (SMOTH-PIT), caballero de la Real Hermandad de Caballeros de San Fernando (Sevilla), de la Hermandad de Santa María la Real de Gracia y Buen Suceso, y de la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca.


JULIÁN MARTOS RODRÍGUEZ (San Juan de Aznalfarache, Sevilla, 1956). Cursó estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. Desde 1996 reside en Francia, donde ejerce como profesor de español en la Universidad París VII, para la Asociación Filotécnica. Posee la acreditación nacional como investigador histórico en Francia y en España, siendo vocal de la junta directiva y representante en Francia de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña». Es también miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple».


JOSÉ LUIS DELGADO AYENSA (San Adrián, Navarra, 1981). Es investigador histórico y vocal de la junta directiva de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña». Miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple».


SERGIO FRITZ ROA (Santiago de Chile). Escritor, articulista y conferenciante chileno, especializado en metafísica tradicional y simbolismo hermético, en la línea de Evola, Guénon, Schuon, y otros autores. Es director de la revista «Bajo los Hielos. Tradición y Poesía Trascendente», miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple» y fundador del Centro de Estudios de Disciplinas Tradicionales. Es autor de la novela “El Jardín de Trincheras” (Santiago de Chile, 2003) y ha publicado artículos en distintas revistas europeas y americanas («L’Idea. Il Giornale di Pensiero. Quadrimestrale internazionale di studi tradizionali», «Lhork», «Ciudad de los Césares» o «Alba»). Ha sido ponente en el Primer Encuentro de la América Románica (Palacio La Rioja, Viña del Mar, Chile, 1996) y en la Semana Guenoniana de Buenos Aires, 2004 (Biblioteca del Congreso de la Nación, Buenos Aires, Argentina, 2004).


JORDI CASTAÑÉ I MESTRES (Barcelona, 1959). Investigador histórico y articulista, especializado en la Historia de la Orden del Temple en la antigua Corona de Aragón. Fue secretario general de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», cronista oficial de la delegación provincial de dicha Sociedad en Barcelona y miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple».


FLORENCIO PASCUAL RODRÍGUEZ-VALDÉS (Madrid, 1950). Licenciado en Filosofía y letras, en Derecho y en Ciencias económicas y empresariales. Actualmente reside en Palma de Mallorca, donde ejerció como político. Investigador histórico especializado en la Orden del Temple, órdenes militares e historia de la masonería, fue miembro de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y del consejo de redacción del «Boletín Temple». Articulista y conferenciante, es también webmaster de «Neloph, Estudios Templarios y Medievales».


JUAN IGNACIO CUESTA MILLÁN (Madrid, 1952). Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte clases de redacción. Heterodoxo y autodidacta, ejerce diversas actividades destinadas a explicar el mundo desde una perspectiva libre y comprometida. Colabora con distintos medios especializados, como «Enigmas del Hombre y el Universo», «Año Cero», «Más Allá» o «LRV». También tiene una sección fija en el periódico «Enigmas Express», donde trata de dar a conocer lugares que contienen las claves necesarias para entender el pasado y el presente. Fruto de esta idea es su libro Lugares de poder (Nowtilus, Madrid, 2003). Participa también en programas de radio como «La Rosa de los Vientos», en Onda Cero y son habituales sus intervenciones en programas de televisión, como «Código Rojo» (Canal 6), «La Otra Realidad» (Telemadrid y otras cadenas autonómicas) o «Tiempo de Tertulia» (televisiones locales). Todas estas actividades nacen de su temprana pasión por la naturaleza (alpinismo, espeleología, bicicleta de montaña). Actualmente tiene en marcha varias investigaciones relacionadas con la interacción entre la música, la naturaleza y la geometría sagrada, y realiza viajes organizados a conocer los distintos lugares que investiga.


JOSÉ MIGUEL NICOLAU GONZÁLEZ (Palma de Mallorca, 1965). Investigador y divulgador histórico, ha realizado estudios de paleografía, genealogía, etcétera. Presidente fundador de la sociedad de estudios medievales «Patrocinium Studium Regnum Maioricarum» (Templebalear). Es miembro de la junta directiva de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y del consejo de redacción del «Boletín Temple». Caballero y Gran oficial de la Supremus Militaris Ordo Templi Hierosolymitani, donde ostenta el cargo de prior internacional, es también prior magistral del Archipiélago Balear y legado magistral para Hispanomérica de la OSMTH.


JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ MONTERO (Madrid, 1976). Licenciado en Derecho por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo. Es delegado regional de Madrid de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y autor del libro de poemas “El Versador de Sueños” (Letra Clara, Madrid, 2002).

FRANCISCO RAFAEL DEL PASCUAL, OCSO. Sacerdote y monje cisterciense (trapense). Licenciado en Teología. Estudió Sociología religiosa en Madrid y en la Universidad de Buffalo (EEUU). Durante varios años fue consejero del abad general de la OCSO en Roma. Desempeña desde hace años la dirección de la revista «Cistercium» , patrocinada por los Monasterios Cistercienses de la Estricta Observancia. Ha sido presidente de la Comisión para el IX Centenario del Cister (1998), codirector del Congreso Internacional sobre Mística Cisterciense, organizado por el Centro Internacional de Estudios Místicos y la Conferencia Regional Española Cisterciense. Ha impartido diversas conferencias y ha presentado trabajos en seminarios y cursos de verano. Entre sus artículos cabe destacar: «La expansión cisterciense en los siglos XII y XIII», «Monasterios de ayer, hoy y mañana: caminos de mística y contemplación», «Las edades del Hombre: Testigos. Arte para ver y sentir», «Nuevo libro sobre los Cistercienses», «Del primer espíritu de la Orden de Císter», «Estudio bibliográfico sobre Thomas Merton», etcétera. También ha organizado los «Encuentros Thomas Merton en España» (Viaceli 2000 y Cardeña 2002). Ha publicado varios trabajos sobre este monje trapense, poeta y gran pensador espiritual y humanista norteamericano, Thomas Merton, y ha traducido al español algunas de sus obras, como Diario de Asia (en colaboración con Fernando Beltrán Llavador), “Sobrevivir o profetizar. Correspondencia entre Thomas Merton y Jean Leclercq o Vivir con Sabiduría”.

ÁNGEL ALMAZÁN DE GRACIA (Soria, 1958). Periodista, editor y escritor, es miembro del Centro de Estudios Sorianos (CSIC) y de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña». Es autor de doce libros publicados por la editorial Sotabur, entre los que destacan “Los códices templarios de Río Lobos, los custodios del Grial” (1997); “Guía templaria soriana y el enigma de Río Lobos” (1999); “Esoterismo templario”(2003), “Templarios, sanjuanistas y calatravos en Sori” (2005) y “Claves masónicas de los maestros constructores” (2005). Como ensayista ha publicado numerosos artículos sobre esoterismo y el Temple, algunos de los cuales pueden leerse en www.soriaymas.com, web de la que es director y en la que hay un centenar de artículos templarios de diversos autores. Ha colaborado con TVE y la ZDF alemana en reportajes sobre el Temple y el simbolismo arquitectónico.


JOSÉ ANTONIO MATEOS RUIZ (Murcia, 1961). Investigador dedicado al estudio de los diferentes movimientos espirituales de Oriente y Occidente. Fue miembro fundador del Círculo de Estudios Tradicionales de Albacete y de diversas órdenes iniciáticas y caballerescas. Fue también secretario general de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple». Ha colaborado como articulista en diferentes revistas impresas y digitales, como «Almudena», «Más Allá», «Sufí», etcétera. En sus artículos ha tratado temas especializados, como la tradición esotérica, el simbolismo y el misticismo. En el año 2003 creó la revista digital Hermética, dedicada al estudio de las diferentes tradiciones espirituales de Occidente y Oriente.


CHEMA FERRER CUÑAT (Valencia). Diplomado en Turismo y máster por la Universidad de Valencia, su afán viajero le ha permitido ser un gran conocedor de las diversas culturas del mundo. Ha participado como conferenciante en numerosos congresos y seminarios sobre la llamada «Historia no oficial». Es miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple» y actualmente dirige el programa radiofónico de viajes «La Senda Oculta» en Punto Radio (Valencia); es coordinador del magazine «El Trotamundos» (www.hojadigital.com) y director de diversos certámenes gastronómicos. Es coautor del primer volumen de la serie «El fogón esotérico», titulado “El crisol andalusí” (Corona Borealis, Madrid, 2004), y está prevista en 2005 la publicación de su nueva obra La biblia del cannabis, por la editorial Carena.


MAURO ZORRILLA HIERRO. Escritor y poeta vasco afincado en la provincia de Málaga, es autor de once libros (novela, cuento, poesía, teatro) y de más de un centenar de artículos en la prensa diaria desde 1997, así como de relatos en revistas y suplementos literarios. Premios: Buero Vallejo (teatro); Pío Baroja, Villa de Bilbao y Ciudad de Majadahonda (novela); Arjona (cuento) y Almádena (poesía); finalista del premio Herralde y de La Sonrisa Vertical (novela). Fue miembro de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», del consejo de redacción del «Boletín Temple» y director de la «Revista Despertar». Actualmente también se ocupa en Internet de la difusión de textos magistrales a través del «Boletín Sin Nombre».


ANTONIO GALERA GRACIA (Puebla de Soto, Murcia, 1940). Licenciado en Teología, ingeniero en Telecomunicaciones, documentalista y escritor, está especializado en Historia de la Edad Media. Sus investigaciones en casi todos los archivos históricos de Europa, búsqueda que comenzó hace ya más de cuarenta años, le han permitido reunir un buen número de documentos antiguos que hoy le sirven para dar precisión y certidumbre a sus obras. Fue ponente en el III Congreso Internacional de Sacerdotes Casados celebrado en Alcobendas (Madrid) y ha publicado diversos artículos en periódicos y revistas («La Opinión», «Nueva Murcia», «Voces de Nuestra Tierra», «Cambio 16», o la revista «Boletín Temple» , en internet, de la que fue miembro del consejo de redacción. También es miembro de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», de la que fue su primer cronista general. Es autor de una docena de libros, entre los que cabe destacar “Curas casados, ¿desertores o pioneros?” (Nueva Utopia, 1999), “El último secreto de los Caballeros Templarios” (KR, 1999), “El evangelio de la hermana de Jesús” (Trirremis, 2002), “Los soldados del Cordero” (Tabularium, 2003) y “Masones. Una historia diferente “(Trirremis, 2004).


JESÚS ÁVILA GRANADOS (Granada, 1950) Licenciado en Ciencias de la Información (con tesis de Licenciatura sobre las bastidas del sudoeste de Francia), es profesional de la comunicación desde hace treinta años. Ha colaborado en prestigiosos medios de difusión nacional y ha sido galardonado con numerosos premios, entre los que cabe destacar el Premio Europa Humana, en dos ocasiones (1983 y 1984) —concedido por el Consejo de Europa—, el Premio Pica d’Estats, de la Diputació de Lleida, el Internacional de Turismo de la Ciudad de Almuñécar, el Tutav, otorgado por el Ministerio de Cultura de Turquía a su labor como periodista extranjero en ese país, el de Premio de la Prensa de AENA, etcétera. Y, como escritor, es autor de cuarenta libros de ensayo; entre sus títulos más renombrados se encuentran La Colegiata de San Pedro de Ager, durante la Edad Media (Instituto de Estudios Ilerdenses de la Diputación Provincial de Lérida, CSIC, Lleida, 1981) Turquía (Salimos, Barcelona, 1987); “La Granada Nazarita” (Bruño, Madrid, 1990); “Mazmorras que han hecho historia “(Planeta, Barcelona, 1993); “Senderos históricos de Andalucía “(Aljaima, Málaga, 1996);); “La Catalunya del Císter” (JD Ediciones, Barcelona, 1999); “El libro negro de la historia de España” (Robinbook, Barcelona, 2001); “Enclaves mágicos de España” (Planeta, Barcelona, 2002); “Las sombras del terror: cárceles secretas de España” (Corona Borealis, Madrid, 2003);” La mitología templaria” (Martínez Roca, Barcelona, 2003); “Matarraña desconocido” (Barrabés, Huesca, 2004), “La mitología templaria” (Martínez Roca, Barcelona, 2005), etcétera. Jesús Ávila Granados es, además, un reconocido conferenciante sobre diversos asuntos relacionados con la historia y el arte, y ha participado en distintos congresos y seminarios especializados.


RAÚL RIESCO MARTÍNEZ (Bilbao, 1974). Investigador histórico y articulista, especializado en la Orden del Temple, reside en la principal encrucijada del Camino de Santiago: Puente la Reina (Navarra). Miembro de la Junta directiva de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y del consejo de redacción del «Boletín Temple». Ha participado en el Ciclo Cultural de Otoño 2004, celebrado en el monasterio de Irache (Ayegui, Navarra), con una ponencia sobre el Temple y su establecimiento en el Camino de Santiago. Es también mariscal y preceptor de Navarra del Priorato Internacional de la Supremus Militaris Ordo Templi Hierosolymitani (SMOTH-PIT).


JOSÉ ANTONIO HURTADO GARCÍA (Madrid) Ingeniero aeronáutico e historiador residente en Santa Cruz de Tenerife. Desde 1995 se dedica exclusivamente a la investigación histórica sobre el «primer viaje» colombino. Gran expositor de la hipótesis de la llegada de la Orden del Temple al continente americano antes del descubrimiento oficial, ha impartido diversas conferencias sobre el tema y ha publicado diversos artículos en varias revistas. (Véanse especialmente sus trabajos en la «Revista General de Marina e Ingeniería Aeronáutica y Astronáutica»). Es miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple». Entre sus libros cabe destacar “La ruta TID”, publicada bajo el patrocinio del Gobierno de Canarias, y “Las matemáticas del Descubrimiento”, en formato de eBook.


CARLOS GARCÍA COSTOYA (A Coruña, 1968). Periodista y escritor. A lo largo de los últimos años ha publicado artículos en medios nacionales y extranjeros, y ha dictado numerosas conferencias. Es autor de algunos de los libros recientes más representativos de la tradición jacobea: “El Camino mágico de Santiago” (Martínez Roca, Barcelona, 1998); “El Camino de Santiago, del Calixtino a la actualidad” (San Pablo, Madrid, 1999); “Las peregrinaciones jacobeas” (San Pablo, Madrid, 1999) y “El misterio del apóstol Santiago” (Plaza & Janés, Barcelona, 2004). Es también autor del guión del vídeo «El Camino de Santiago» (1998), editado por el Consejo Jacobeo. Es bibliotecario-archivero y tesorero de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», y miembro del consejo de redacción del «Boletín Temple».


ALFONSO SÁNCHEZ HERMOSILLA (Cartagena, Murcia, 1962) Médico forense y pintor, es miembro del Centro Español de Sindonología, vicepresidente de la Agrupación Procesionista Santo Sudario de Cristo de Cartagena (Murcia), comisario general de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Cartagena (Murcia), delegado regional de Murcia de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña» y caballero de la Ordo Supremus Militaris Templi Hierosolymitani (OSMTH). Ha publicado múltiples artículos en varias revistas, de las que es colaborador habitual, entre ellas, «Linteum» (revista oficial del Centro Español de Sindonología), «La voz del Resucitado», «El Hermano Menor», «La Lanzada» o la «Revista Hermética», entre otras... Es también coautor de libros sobre Medicina.


SANTIAGO SOLER SEGUÍ (Valencia, 1972) Investigador histórico especializado en castellología medieval. Miembro de la junta directiva y supervisor general de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña», ha recorrido gran parte de España y Portugal para recabar abundante documentación sobre las fortalezas y castillos medievales. Es coordinador del «Boletín de Noticias de Templespaña» .



Fotografías:


- Portada del Libro

- Fernando Arroyo presentando CODEX TEMPLI en Soria tras la presentación, por parte de Ángel Almazán, de la segunda edición de su libro "Esoterismo Templario..."

- Raúl Riesco, Fernando Arroyo y, a la derecha, Ángel Almazán, en la portada románica del monasterio de Irache antes de participar en una mesa redonda sobre el Temple el 22 de octubre de 2004, viaje del que surgió la "materia prima" para que el director de Soriaymas escribiera su libro "Claves Masónicas de los Maestros Constructores".

- Portada del libro

- Ángel Almazán, coautor de CODEX TEMPLI y director de soriaymas.com



Enlaces relacionados:
Índice pormenorizado dellibro
http://www.templespana.org

domingo, 17 de febrero de 2013

El "rescate" bancario de los Templarios y cátaros


Templario


La novela histórica lleva mucho tiempo dando buenos réditos a los editores. En los últimos años han tenido especial predicamento las que están trufadas con una vertiente conspiratoria, vínculos religiosos, ocultistas, etc, que en ocasiones desvirtúan su velo histórico. Esperemos no caer en ese error al tratar un tema tan apasionante como el de los protobanqueros medievales, Templarios y cátaros, y sus “rescates” bancarios.

Más de uno conocerá su historia, especialmente la de los Templarios. Muchos menos habrán sabido de su vertiente financiera, que en buena media explica su auge y caída. Es de ello de lo que vamos a hablar, de su condición de banqueros, de financiadores y de su relación con el dinero, creando instituciones que han llegado hasta nuestros días.

 

Los Templarios y las letras de cambio

Para aquellos pocos que lo desconozcan, los Templarios, el Temple, o la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, fue una de las principales ordenes militares cristianas. Para entenderlo con una imagen, es bueno recurrir al tópico de mitad monje, mitad soldado, que explica su origen tras la I Cruzada. En su historia, entre los siglos XII y XIV, se recogen momentos de un tremendo poder con un final apocalíptico que la redujo a cenizas.
Pero lo que nos importa a nosotros es que la realidad del Temple iba mucho más allá de ese híbrido religioso-militar. Buena parte del éxito que obtuvieron se basa en en el comercio y en las finanzas, donde jugaron un papel clave en la convulsa e insegura sociedad europea de aquellos años. ¿Creéis que exageramos? Más bien nos quedaremos cortos.
Como buena parte de las ordenes religiosas o militares cristianas se financiaban en buena medida por las donaciones de simpatizantes y nuevos miembros, amén de cobros por prestación de servicios. Pero en el caso del Temple, su dispersión geográfica a lo largo de toda Europa y Oriente Próximo, fue un excelente medio para convertirse en una potencia mercantil, con una gran flota naval, que no tenía nada que envidiar a la de los distintos reinos.

El desarrollo de actividades mercantiles, complementado con la prestación de servicios de seguridad y alojamiento a comerciantes incremento su fortuna, fortuna que fue reforzada por sus incursiones en las actividades financieras. Los Templarios invirtieron su dinero, convirtiéndose en prestamistas de reyes, nobles, etc. Esto, además de los ingresos propios de dicho negocio tenía sus compensaciones a nivel político.

No se quedaron ahí, como meros prestamistas. Ante la inseguridad de acarrear dinero fisicamente, ofrecen sus servicios financieros a aquellos que lo necesiten. Desarrollan figuras como los pagarés, que son los antecedentes de los contratos de depósito, de nuestras cuentas corrientes. Yo podía depositar mi dinero, mi oro, en una encomienda templaría, y viajar con dicho pagare hasta otra muy distante, donde se me haría efectivo.
Hay quien les atribuye la creación en si mismo de los pagarés, y especialmente de la versión 2.0 de los mismos, las versátiles letras de cambio que han llegado hasta nuestros días: para favorecer sus negocios comerciales, nada como estos efectos cambiarios transmisibles, respaldados por la logística de su red, la fuerza de su espada, y el poder de sus influencias.
Quizás no fueron los inventores, quizás se limitaron a perfeccionar técnicas financieras ya existentes en Europa, y sobre todo a importar de la cultura árabe con la que tibiaron contacto modalidades financieras como la Hawala. Sean o no los creadores, lo cierto es que contribuyeron decisivamente a la configuración de estos instrumentos tal y como han llegado a nuestros días.

 

Los cátaros, banqueros de los primeros burgueses

Los cátaros son mucho menos conocidos que los Templarios. Baste decir que fueron un movimiento religioso cristiano, de carácter gnóstico. que tuvo vigencia entre los siglos X y XIII, especialmente en el Languedoc, en el sur de lo que hoy es Francia y el Norte de Italia. A efectos de la Iglesia católica, eran una herejía más. Los cátaros apostaban por la dualidad cuerpo-alma, materia-espíritu, una concepción dualista, manquea en el sentido filosófico del término.

Pues bien, los cátaros están sumamente vinculados a las primeras ciudades, a la burguesía que iba naciendo en aquella época. Digamos que las ciudades no tenían muy buena prensa a nivel religioso, lo que facilitó su entrada en las mismas. Muchos cátaros eran artesanos, comerciantes, etc, lo que ayudaba a las finanzas de las Iglesias cátaras. También lo hacían las contribuciones de los miembros de la baja y media nobleza que se incorporaban a la misma (si querían ser “perfectos”, el equivalente a sacerdotes obispos, debían donarlo todo).
Hay dos rasgos importantes e relación con la gestión de ese patrimonio cátaro. El primero es que, a diferencia de los Templarios, no se invertía en bienes inmuebles.
Quizás, apuntan algunos, por no considerar el oro en si mismo como un bien material frente a la tierra. Más bien, piensan otros, por la facilidad para poder trasladarlo u ocultarlo en tiempos de crisis y preocupaciones, algo imposible con castillos, haciendas, etc…

Por un lado tenemos esta fuerte acumulación de capital, por otro el hecho de que los cátaros no prohibían el préstamo con interés, a diferencia de la Iglesia por aquella época. Esto les llevó a explotar un negocio, el de prestamistas, reservado a comunidades no cristianas, como la judía, o aquellas que trascendían en buena medida al poder de la Iglesia, como los Templarios.

Así pues, los cátaros se convirtieron en los prestamistas de las ciudades, ofreciendo también sus servicios a los nobles afectos, con intereses bonificados a cambio de protección, lo que contribuyo a la creación de una leyenda sobre fabulosos tesoros cátaros, si bien, a efectos técnicos, me temo que no aportaron grandes innovaciones en la materia.

 

Desenlaces paralelos

La historia es curiosa. Ambos, Templarios y cátaros coinciden en el tiempo, en buena medida en el espacio, y, trágicamente, en el desenlace. Unos y otros fueron exterminados, con pocos años de diferencia, en un baño de sangre por la alianza del Papado y la Monarquia, que buscaban acabar con enemigos religiosos y políticos, pero también alcanzar objetivos financieros en un doble sentido: botín y eliminación de deudas (esto último especialmente en el caso Templario).
¿Qué quedó de ellos a nivel financiero? Los Templarios nos han dejado instrumentos financieros como la letra de cambio o el pagaré, pero también su organización como una de las primeras multinacionales de la Historia. Su estructura comercial, su apuesta por el conocimiento, su superación de las barrereras locales, etc, son rasgos que nos pueden sonar muy cercanos.
En el caso de los cátaros, y éste es una opinión personal totalmente, creo que de algún modo su visión financiera del mundo se trasladó al protestantismo, al calvinismo, y a travñes de esa vía a los orígenes históricos del capitalismo según Weber. Pero eso ya es otra historia.