Hno. Hno Juan Eugenio Leal Garcia
Miembro de Numero de la Sección de Historia de la Academia Cubana de altos Estudios Masónicos de la Gran Logia de cuba.
Las
Constituciones esenciales y originarias de la Masonería moderna, son
las Constituciones de Anderson, publicadas por primera vez en 1723. En
los Estatutos, en el Artículo I. Sobre Dios y la religión se establece
que un masón esta obligado a obedecer la ley moral y no puede ser ateo
ni irreligioso. Deja a cada uno sus propias opiniones religiosas. Sí les
exige que sean hombres de bien, leales, de honor y rectitud. Estas
cualidades –inmutables- son las que establecen y procuran las grandes
religiones conocidas: el Budismo, Judaísmo, Islam y Cristianismo.
Quien
cumple el Decálogo -que norman el Judaísmo y el Cristianismo- es un
buen hijo; un buen hermano, buen esposo y buen padre, es decir, un buen
ciudadano que cumple con la ley moral. Está en armonía con Dios y con
sus semejantes ¿Qué los diferencia si las enseñanzas fueron transmitidas
por Buda, Moisés, Mahoma o Jesús? ¿Acaso alguien puede pretender tener
el monopolio de Dios?
Precisamente,
lo que no acepta la Masonería es que ninguna institución se crea en el
derecho de apropiarse de Dios. Les exige la Masonería a sus miembros que
cumplan con los lineamientos generales morales y éticos que coinciden,
en lo fundamental, en todas las religiones. Al margen de cómo cada una
de ellas denomina a Dios o si lo considera un Dios personal o colectivo.
La designación genérica de Gran Arquitecto del Universo hace que cada
uno, dentro de la Masonería, conserve el apelativo particular y se
sienta identificado con el término masónico, dado que todas las
religiones coinciden que fue necesario un Creador, como nos dice el
Génesis.
Las
Constituciones de 1723 fueron redactadas por dos pastores protestantes:
el anglicano Jean Théofile Desaguliers y el presbiteriano James
Anderson. La impronta anglicana marcó desde su génesis a la Masonería
moderna. El anglicanismo es una comunión: la comunión anglicana es una
unidad (fellowship), dentro de la Iglesia una, santa, católica, de
diócesis, provincias o Iglesias regionales, en comunión con la Sede de
Canterbury.
Al
igual que la Masonería, el movimiento ecuménico (1) debe mucho a la
comunión anglicana ya que entre sus pioneros también estuvieron los
anglicanos. El anglicanismo cree en una unidad visible, colegial,
integral y orgánica en las fuentes de la fe y el orden fundamental de la
Iglesia se mantiene plenamente. La estructura episcopal es necesaria
para el propio desarrollo de la Iglesia. Lo cual no excluye, sin
embargo, la existencia de una gran diversidad de manifestaciones
culturales y nacionales. La Comunión anglicana se ve a sí misma como un
modelo provisional de unidad universal. A su vez, la Masonería por su
estructura, organización y unidad en la diversidad presenta similitudes
con el anglicanismo. Los grandes problemas mundiales y sus implicaciones
éticas han estado presentes en el movimiento ecuménico. Así mismo, la
Masonería se caracteriza por la sensibilidad en las cuestiones éticas
personales y sociales.
Los
judíos contribuyeron también –en pequeña medida- en la formación de la
Masonería moderna a principios del siglo XVIII en Inglaterra. Hasta
entonces no se les permitía participar en muchas actividades normales de
la vida. El concepto ilustrado sobre la universalidad de todas las
gentes trajo consigo una sociedad donde las creencias religiosas no
afectaban sus derechos como ciudadanos. Se permitió gradualmente a los
judíos ejercer sus derechos de ciudadanía y seguir la vida que desearan.
El judaísmo como religión fue afectado por la Ilustración mediante el
desarrollo del Judaísmo Reformado que enseña una creencia continuada en
los conceptos fundamentales de la religión sin exigir el cumplimiento de
las reglas estrictas de observancia. Muchos judíos consideraban su
incorporación a la Masonería una emancipación de las antiguas
exclusiones legales y sociales.
Entre los puntos comunes entre la Masonería y el Judaísmo se han señalado los siguientes:
1. La inmutabilidad de la Ley de Dios contenida en la Torah corresponde a la inmutabilidad de los grandes principios masónicos
2. La creencia en Dios y el comportamiento ético hacia todas las gentes.
3. La iniciación en el Judaísmo es mediante la circuncisión y en la Masonería mediante un rito de acceso.
4. El Judaísmo y la Masonería coinciden en el gran respeto a la libertad de los individuos.
5. El rey Salomón y su Templo son figuras centrales en la religión judía y en la Masonería.
6. La educación y el progreso del conocimiento son ideales comunes del Judaísmo y la Masonería.
En
Jerusalén existen hoy ocho logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia
del Estado de Israel. Casi todas utilizan la lengua hebrea pero una
opera en lengua inglesa. La Gran Logia de Israel se creó en 1933. El
pleno reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra se efectuó en
1953, con treinta logias incluidas en la jurisdicción, que hoy (2002)
son setenta. Las Grandes Logias de Inglaterra, Francia, Alemania y
Egipto patrocinaron la creación de logias en Israel. Aunque la mayoría
de las logias trabajan en lengua hebrea no faltan las que incluyen a
árabes-cristianos, musulmanes o drusos. Hay también logias que sesionan
en español. El sello de la Gran Logia de Israel incluye emblemas de las
religiones cristiana, islámica y judía.
En
la Masonería la Biblia es considerada la primera de las tres Grandes
Luces. Desde la Convención Masónica de 1813 – en Inglaterra, cuando se
unifican los Rituales- se estableció la Ley de Sustitución, que consiste
en aceptar sobre el Ara, de una logia regular, el Libro de la Sagrada
Ley del pueblo que constituye dicha Logia. Con la Biblia, los pueblos
donde se practican las religiones cristianas, simbolizan la presencia
del Gran Arquitecto del Universo en la sesión.
De
forma idéntica, simbólicamente, la presencia del Creador la garantiza
cada uno según la profesión de fe, acorde con su cultura y aspiraciones
religiosas. Es por eso que las logias de la ciudad de Estambul, en
Turquía, que deben obediencia a la Gran Logia Unida de Inglaterra,
colocan sobre el Ara la Biblia, El Corán y El Zend Avesta. Lo que
demuestra la contribución a la armonía, el desarrollo, la paz, la
comprensión y la aceptación de unos y otros dentro de la Institución.
Esta convivencia y aceptación religiosa, esta unidad en la diversidad, ha sido catalogada como: indiferentismo y promiscuidad religiosa dentro de la Masonería.
No se reconoce que los rituales (2), particulares de cada grado, son un
sistema simbólico, alegóricos, cuyo fin es transmitir enseñanzas
morales, éticas y filosóficas comunes y aceptadas por toda la humanidad e
inducir a la reflexión. Cada uno los aplica según sus compromisos
cognoscitivos.
La Masonería
no es una religión, sin embargo podemos referirnos a un ecumenismo
masónico. En ese sentido la Masonería es pionera entre las instituciones
mundiales en llevar a vías de hecho la convivencia entre personas de
diferentes culturas y credos. En trabajar mancomunadamente para el
crecimiento humano moral, espiritual y social. Objetivos estos de toda
religión.
Una
vez que la persona reconoce su creencia en un Ser Supremo no se
considera su filiación a una u otra religión. Se le pide que sea honrado
y moral. La Institución ha hecho suyos los principios de amor y
caridad, de forma que -aún sin ser una religión- se fundamenta sobre
principios teológicos. Su teología es coincidente con el seguimiento de
la praxis(3) teológica de Jesús. En ese sentido nos consideramos hijos
de Dios, hechos a su imagen y semejanza, con libre albedrío para el bien
o para el mal. Por ello se procura lograr por medio de la razón, la
educación, el conocimiento y la sabiduría el acercarnos a Dios, a sus
atributos y perfecciones.
La
praxis teológica de Jesús es referida al compromiso cognoscitivo. Es
decir, desde los postulados, creencias y enseñanzas aprendidas en la
infancia: en el hogar, la
sociedad y en general la cultura en la que se ha nacido y formado. Creo
que ha quedado claro que el sistema masónico es abierto, según sea la
persona y su formación, puede la referencia ser Moisés, Jesús, Buda,
Mahoma, u otra aceptada en la sociedad y la cultura donde se desarrolle
el individuo.
Por
ello vemos que el iniciado en la Masonería – que comprende y acepta sus
postulados – no le resulta ajena la diversidad religiosa de la historia
humana. Sabe que durante miles de años el hombre ha buscado a Dios por
muchas sendas. De ahí la variedad ilimitada del hinduismo; el monoteísmo
que profesan los judíos, musulmanes y cristianos; las orientales: el
sintoismo, taoísmo, budismo y confucianismo. Sin ignorar el animismo, la
magia, las prácticas espiritistas y el chamanismo. Todas esas
manifestaciones no son más que intentos humanos por trascender, alcanzar
planos superiores que lo acerquen a la divinidad.
Ciertas
enseñanzas y creencias son casi universales. La mayoría de los pueblos
de la Tierra estamos familiarizados con doctrinas como las siguientes:
el alma humana es inmortal, hay una recompensa celestial para los
buenos, tormento eterno para los inicuos en un infierno, hay un Dios
trino o una divinidad compuesta por muchos dioses y una diosa que se
llama madre de Dios o reina de los cielos. Además de esas doctrinas hay
muchas leyendas y mitos que también son generales. Por ejemplo, hay
leyendas que nos dicen que el hombre cayó del favor divino en un intento
ilícito por alcanzar la inmortalidad, que se necesitan sacrificios para
expiar el pecado, de la búsqueda de un árbol de la vida o una fuente de
la juventud eterna, de diosas y semidioses que vivieron entre los
humanos y produjeron prole sobrehumana, de un diluvio catastrófico que
destruyó a casi toda la humanidad.
Los
que creen en estos mitos y leyendas viven a gran distancia geográfica
unos de otros. Sus culturas y tradiciones difieren y los distinguen. Sus
costumbres sociales no están relacionadas unas con otras. Sin embargo,
en el terreno religioso creen todos en ellas o en algunas de ellas.
Parecería que ha existido un conjunto común de conocimientos del cual
cada religión sacó sus creencias básicas, algunas más, otras menos. Al
pasar el tiempo estas ideas básicas acumularon adornos, modificaciones, y
de esto se desarrollaron otras enseñanzas
Todas
las religiones, en su esencia, tienen parecidos conceptos básicos. Se
infiere que, en principio, tienen un objetivo común: que el hombre se
perfeccione hasta llegar a ser uno con la divinidad. Esta es la idea
básica. Con el tiempo estos relatos experimentaron alteraciones y
llegaron a ser la trama y la urdimbre de las religiones en todas partes
del mundo. En otras palabras, las ideas básicas sobre el principio del
hombre y de la adoración que se hallan en las diversas religiones del
mundo tienen una matriz común. Las diferentes culturas y tradiciones le
han ido añadiendo modificaciones –doctrinas y prácticas particulares- y
de estas surgieron las diferencias. Esa esencia o matriz común -de la
que toda religión es portadora- es la que la Masonería toma como
integradora de unidad en la diversidad. Su la plataforma básica: el
perfeccionamiento humano y social.
Por
eso se puede hablar del ecumenismo masónico. La Masonería enseña que se
puede alcanzar la unidad en la diversidad religiosa y en los demás
aspectos de la actividad humana. Que los seres humanos formamos una sola
familia unida holísticamente entre sí, con el Universo y la divinidad.
Que una fuerza superior nos creó; llámese Dios, Jehová, Alá, Osiris,
Brama, Zeus, Olofi, Absoluto, Creador; esos no son más que algunos
–entre otros- apelativos dados por diferentes grupos humanos. En la
Masonería se le denomina, de forma genérica, Gran Arquitecto del
Universo. Se confía en El para que nos ilumine y hacer realidad el sueño
de Juan Amos Comenius (1592-1670), pionero del Ecumenismo, cuando
expresó:
Ciertamente
está Europa separada de Asia, como lo está África de Asia, América de
África, y los reinos y países están divididos por montañas y valles,
ríos y campos. Pero una sola tierra nos sostiene y nos alimenta a todos,
un solo aire nos revive y abraza, el mismo cielo nos cubre a todos, el
mismo sol nos alumbra sucesivamente a todos, y nosotros todos convivimos
en una misma habitación u hogar terrenal, el mismo aliento de vida a
todos atraviesa. Somos todos ciudadanos de un mismo mundo: Entonces ¿Qué
nos impide reunirnos en una sola comunidad y bajo las mismas leyes? Se
extendieron en tiempos antiguos los hombres por el mundo, ahora, se
reúnen en conjuntos cada vez mayores…. ¿qué nos impide esperar, que al
fin, todos constituiremos una sola unidad, duradera, bien organizada,
unida por los mismos lazos de las ciencias, las leyes, y la religión?
En
efecto a todos los seres humanos es común una única e idéntica
naturaleza, una sola organización de los sentidos, de la mente, de la
voluntad y de todas las grandezas de los actos.
Notas:
1. La
palabra ecumenismo proviene de la palabra griega oikoumene que
significa tierra habitada. Aunque también la encontramos en la Biblia
significando: mundo (Hechos 11:28) o Imperio Romano (Lucas 2:1). Al
mismo tiempo la raíz de la palabra oikoumene es oikos que significa casa
u hogar y da origen a una serie de palabras como: oikonomos,
administrador o tesorero; oikonomia de donde viene la palabra economía;
oikeiros, miembro de la familia así como otras que tienen relación con
el hábitat.
2. Aunque
la Masonería no es una religión, el rito tiene el mismo significado que
en cualquier religión o misterio. Rito en este sentido significa
sencillamente ceremonial; es el conjunto de palabras, signos gestos y
símbolos que se manifiestan de manera ordenada y constante en las
reuniones o tenidas masónicas. Lo mismo que en la religión
católica las ceremonias pueden celebrarse según el rito romano, el rito
mozárabe, los diversos ritos orientales, etc. Las diferentes
organizaciones masónicas adoptan, en cada caso, el rito que han asumido
al constituirse. Por eso el rito, además de su significado ceremonial,
significa también una organización que adopta ese ceremonial. Lo mismo
que en las Iglesias cristianas existen ceremoniales diversos según cada
una de ellas –rito romano, rito oriental católico, rito griego ortodoxo,
rito anglicano, rito presbiteriano, rito luterano- así en la Masonería
cada una de las instituciones que en ella se agrupan – que se denominan cuerpos o obediencias
masónicas- adoptan un ritual propio que debe ser común en lo
fundamental para todas las logias pertenecientes a esa obediencia, pero
que admite matices o diferencias de tipo regional o local, variantes
aprobadas del ceremonial. El rito de la Masonería en Cuba es el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado. La Gran Logia de Cuba es parte del conjunto
de Grandes Logias, conocidas como Masonería regular, reconocidas por la
Gran Logia Unida de Inglaterra.
3. Fue Carlos Marx quien puso en circulación modernamente la palabra praxis. La palabra griega praxis
es más amplia y profunda que el vocablo práctica ya que connota
compromiso en lugar de aceptación, actitud crítica en lugar de
conformidad, concreción en lugar de abstracción y en definitiva
revolución o cambio radical a partir de una mutación en la raíz del
hombre o de la sociedad. Por el contrario, la actividad práctica o la
práctica a secas es entendida por la conciencia ordinaria –del tipo
inmediato, particular e individualista- como aceptación espontánea y
repetitiva de lo cotidiano, con una dosis más o menos elevada de
alienación o inmadurez por su conformismo con las pautas culturales de
las clases sociales dominantes.