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jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Cursos para todos!



Sucedió lo inevitable… Me levanté del asiento a mitad de clase en un Curso de Diseño de Páginas Web, dije adiós y me marché.

Después de haber pasado años realizando cursos de todo tipo, a distancia, presenciales, online y mixtos. Unos muy malos, malos y regulares. Algunos, muy pocos, buenos y algún que otro excelente, pasó lo que tenía que suceder.

El Gobierno, a través del Estado, proporciona a diversas entidades: Patronales, sindicatos, comunidades autónomas, ayuntamientos, etc., etc., el dinero procedente de la Seguridad Social y correspondiente a las aportaciones de los trabajadores para la formación permanente, así como otras ayudas provenientes de la Comunidad Europea.

Con ese dinero, esos organismos promueven cursos muy diversos y que, teóricamente, su finalidad es conseguir una mejor formación para todos los trabajadores  y la consecuente mejora de la competitividad internacional de nuestro país.

¿Qué es lo que está fallando? Últimamente se nos dice por los medios de comunicación que no hay suficientes profesores para toda la avalancha formativa que se está intentando emprender: Cursos para todos. Para los Trabajadores con el objeto de mejorar su eficiencia y ser más competitivos. Para los parados para que puedan reciclarse y poder, en un futuro cercano, reincorporarse a  nuevos puestos de trabajo y para los cuales no se encontraban preparados…

En definitiva, que la intención es muy válida; pero luego nos encontramos con problemas estructurales, muchas veces derivados de una estúpida burocracia por no ponerse a pensar en lo que no queremos pensar: Que alguien se esté llenando los bolsillos a costa de la aportación de los trabajadores a la Seguridad Social y de las ayudas europeas.

Ya, en anteriores ocasiones, en cursos similares a éste último del que les hablo, me había dado la tentación de levantarme y marchar, de lo malos y deficientes que eran. Quizá, no lo discuto, parte del problema sea mi edad, 55 años, y la mayor experiencia de la vida, a nivel moral, lo que hizo que en un Curso donde el Profesor corría como Speedy González y donde no se nos había entregado ni unos miserables apuntes, a los que agarrarnos ante la posible incompetencia de un monitor sin la adecuada preparación.

Cargo de consciencia me daba permanecer allí sin coscarme de nada y comprobar como mis veladas protestas no eran tenidas en cuenta. Me sentí muy arrepentido. Arrepentido de no haberlo hecho antes, en cualquiera de los otros miserables cursos realizados con anterioridad. Cuando salí de clase y respiré el contaminado aire de la calle me sentí aliviado y con la conciencia tranquila por haber realizado lo correcto. Si todo el mundo hiciera lo mismo, por propia Ley de Darwin, solo se estarían impartiendo los cursos buenos y no aquellos que tan solo sirven para mantener entretenidos a unos supuestos alumnos y así proporcionar algún miserable sueldo a un más que supuesto profesor y que, en definitiva, no tiene culpa de nada.

La otra opción habría sido comprar un buen manual o bajarse un tutorial de Internet, seguir yendo a clase, pacientemente, y al final recibir tan ansiado diploma para adjuntar a nuestra copiosa y cara colección de naderías. Por favor, tomen nota, compartan y divulguen, por el bien de todos.

Gracias por su atención.

(ARALBA)