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jueves, 4 de noviembre de 2021

Lección 129, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"Gnósis básica 3"



-El Christos Gnóstico-



Cuando en la Gnósis se habla de Christos, los profanos creen que se está hablando del Personaje principal de las religiones cristianas; es decir, el Jesús de Nazaret neotestamentario; alguien que fue Hombre y Dios al mismo tiempo en la Forma de Jesús Christos, desde su nacimiento en Belén hasta su crucifixión en el Gólgota y posterior resurrección para sentarse a la diestra de Dios Padre.



Ese es el principal motivo de que la Gnósis, en general, sea considerada, de forma equivocada, como un tipo de herejía religiosa. El Christos de la Gnósis y, por lo tanto, de la Rosacruz es una Fuerza supracósmica que permea todo el Universo y se encuentra íntimamente ligado al Pleroma. Para que pudieran hacerse una idea, vendría a ser lo mismo que el Nirvana de los budistas.



Christos está implícito, de forma latente, en todas las partículas del Universo y es la Esencia del Pleroma. Podría interpretarse como la quinta esencia o éter de los antiguos griegos. Visto lo cual, podría pensarse de forma errónea, que el Christos fuese una fuerza pasiva, sin voluntad o Alma y, sin embargo es justo todo lo contrario, la fuente de la Inteligencia Divina. 



Christos es lo que nos convierte a todos los seres, aparentemente separados, en una única unidad Cósmica, en el Todo.



Los seres humanos, aún siendo aparentemente conscientes, no poseemos, persé, consciencia de ese Christos; es decir, no solo de ser una parte del Todo, sino de ser el propio Todo. En ese sentido, somos potencialmente Christos en formación en cuanto se va desarrollando esa consciencia de la unidad con el Pleroma. A ese proceso de despertar a la Luz de la Verdad y recuperación de la Memoria de la Naturaleza y, con ello, de nuestras naturales facultades divinas, se lo conoce como Christificación.



Arrogantemente podríamos pensar que Christos y la Christificación es una propiedad exclusiva de los seres humanos; pero, como hemos dicho, esto no es así, pues Christos, también denominado como Amor, es el pegamento que mantiene unido a todas las aparentes individualidades como un Todo Absoluto. De ahí, también, la aseveración de que no existe diferencia entre el Incognoscible Pleroma y Christos, pues ambos son, aunque no nos guste utilizar el término, Dios, el único Dios.



La Christificación de los seres no se produce mientras no se es consciente de poseer a Christos en nuestras vidas. En ese caso se dice que Christos no ha nacido en nosotros; pero que, sin embargo, sí se encuentra dormido en forma de una Chispa de Espíritu o Átomo Simiente. En la Rosacruz esto se representa mediante el capullo de la Rosa cerrado y aún verde en el centro de la Cruz que representa la estructura corporal del Ser Humano. Cuando ese capullo de rosa empieza a florecer se dice que el Christos, el Niño Dios, ha nacido en nuestros corazones. Cuando la flor ha florecido totalmente se dice que Christos mora, ya sí, de una forma plenamente consciente en nuestros corazones. Al proceso, desde que la Rosa del Corazón comienza a florecer hasta que se ha desplegado, en su totalidad, tomando ese Ser, el Ser, pleno control de nuestras vidas, se lo conoce como Christificación y, al final, se puede decir que nos hemos transformado en Christos, ya que la Divinidad del Ser ha tomado pleno control tanto de las emociones del Corazón como de los pensamientos de nuestra Cabeza.



Se conoce como Hombre Viejo al Hombre Personalidad antes de haber despertado a la Consciencia Chrística y Hombre Nuevo al producto final del proceso de Christificación.



Para que el proceso de Christificación pueda darse deben darse, previamente, dos condiciones. primera, estar sintonizados con la Fuerza Electromagnética procedente del Pleroma, y segunda, que la coraza o puerta del Corazón esté abierta, eso es responsabilidad de la Personalidad, para que la Gnósis pueda penetrar en la Chispa de Espíritu y así hacerla despertar.


Si no se da la primera condición, la Gnósis pasa de largo y no puede afectar al Átomo Simiente o capullo de la Rosa cerrado y sin la segunda condición, la energía gnóstica no puede penetrar en su interior ni producir el efecto del despertar mencionado.



Por lo tanto, para los Gnósticos, Christos no es un nombre para denominar a una sola Entidad conocida como el Hijo de Dios sino que es la denominación de la única Entidad que mora en el interior de todos los seres, independientemente de su relativo nivel de consciencia.



Christos es una Fuerza de unión centrípeta, el pegamento del Amor, que tira de todo hacia el interior de los centros galácticos y hacia el origen de la singularidad que diera origen al Universo, con el fin de que retornemos todos, al unísono, a nuestra original Patria Celestial como una única Unidad, el Adán Kadmon de los cabalistas o también el Christos Cósmico.



En la situación final del proceso Chrístico, el Ser se siente como uno Solo, no como una diversidad de individuos y es, por ello que el Christos es la forma Occidental de denominar al Nirvana Oriental. El Estado Búdico es ser uno con el Nirvana. El Estado Chrístico es ser uno con el Christos que es lo mismo que uno con la Corte Celestial del Pleroma.



Aralba Pensador Minister, Frater R+C