Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":
"Memoria de la Naturaleza"
"El Fenómeno de la Canalización y la ilusoriedad de la Reencarnación de la Personalidad"
La Memoria de la Naturaleza no es otra cosa que los registros akáshicos del Hinduismo y la Teosofía, así como el Inconsciente Colectivo de la psicología Jhungiana.
Vimos, al hablar de la Esfera Reflectora, que en dicha "membrana" que separa el Mundo espiritual de la Mente, del Mundo ilusorio de los efectos materiales de la espacio-temporalidad, se registra, como sí de una memoria de ordenador se tratase, todos los aconte eres, tanto a nivel individual como colectivo de todos los seres, orgánicos e inorgánicos, del Universo; también, sólo materiales y energéticos. De algún modo, es la información que todos hemos ido grabando con nuestros pensamientos, i atenciones y acciones. Está Memoria de la Naturaleza, como ya vimos, no es otra cosa que el Libro M, Liber-Mundi, de los rosacruces.
Conociendo éste hecho, ahora sí, es sencillo comprender como funciona, en verdad, el fenómeno de la legitimidad o canalización, así como la ilusión de haber vivido la existencia de personalidades del Pasado.
Entrar dentro de los registros de la Memoria de la Naturaleza, se puede realizar de forma activa y consciente, tras una mi viciosa preparación y entrenamiento y, entonces, estaríamos hablando de clarividente y clarividencia; pero también se puede acceder de forma pasiva y subconsciente. En éste último caso estaría.os hablando de médium y mediumnidad.
Se habla erróneamente de canalización cuando los canalizadores o médium, recuerden acceso inconsciente, nos indican que han contactado con personalidades incorpóreas; es decir, con gente ya fallecida.
Muchos canalizadores mediúmnicos, de forma equivocada, se consideran clarividente por un error de percepción de la Personalidad, creyendo haber contactado con espíritus de gente desencarnada, cuando lo que realmente está sucediendo, es que están accediendo a los registros akáshicos, la memoria de la que hablamos, que allí dejaron dichos personajes del Pasado. Es decir, no se trata de que estemos comunicando con el Espíritu de una Persona en sí, sino que hemos accedido a una información que dicha Persona, en el transcurso de su vida, dejó allí grabada. Esta información Es de la misma naturaleza que los egrégores y los arcontes; siendo, por lo tanto, de carácter temporal y desechable cuando la función del Universo finalice.
La Memoria de la Naturaleza,a está cargada de muchos he nos ciertos, históricamente hablando; pero también de cosas que jamás ocurrieron, dado que se trata de meros pensamientos sin realizar; pero enquistados en la Esfera Reflectora. Por lo tanto, allí podremos encontrar la Historia de, digamos, cualquier Emperador Romano; pero también, creaciones ficticias del estilo del Rey Arturo. En la Memoria de la Naturaleza conviven, la vida real de personajes que han existido con la de personajes de ficción; es por ellos que, los médiums o catalizadores pasivos son fácilmente confundidos y traen, de dicha región, información falsa que consideran, están convencidos de que es verídica.
Con respecto a la sensación de la Reencarnación de la Personalidad, que no Renacimiento del Espíritu, sucede otro tanto de lo mismo. Antes de continuar, debemos de recordar que todos somos células individuales de una misma cosa. Todos los seres humanos somos células de la Humanidad, así como la propia Humanidad no es otra cosa que una minúscula célula entre la plenitud del Universo. Todos, de forma consciente o inconsciente tenemos acceso directo a esa memoria colectiva, pudiendo hacernos creer de forma errónea, cuando no se tiene la preparación oportuna, que esa información pertenece a experiencias propias de vidas anteriores.
Ese es el motivo por el que los niños acondicionados por los Lamas creen recordar sus, supuestas, anteriores vidas como Lamas. En realidad, dado que todos somos uno, eso, en parte es cierto; pero no, en el sentido en que se predica y publicita.
No, esas personalidades que recordamos no son nuestras vidas en encarnaciones anteriores, sino la vida de otras personas que vivieron antes que nosotros y a cuya información, hemos tenido pleno acceso.
Tan perverso es inculcar en la gente, la creencia en un infierno postmorten como en la reencarnación. En el primer caso porque da una falsa sensación de seguridad y justicia a aquellos que llevan una vida moral aunque anodina, respecto de aquellos que les oprimen y hacen daño. En fin, "Como Dios es justo, ya tendrán su justo merecido". En el caso de la Reencarnación, como venimos repitiendo de forma cansina, por la falsa sensación de tranquilidad que produce el creer que si no conseguimos nuestro objetivo, en la vida actual, podemos aplazarlo a una vida futura. Tenemos el tiempo que tenemos y nada más, y esto es así porque lo decidimos antes de haber encarnado; para ser completamente exactos, así lo decidió nuestro Espíritu, nuestro verdadero Ser, no, nuestra actual Personalidad. La Personalidad, al igual que un Auto, cuando envejece y se vuelve inútil se desecha sin más.
Dentro de nuestra actual vida, la Personalidad reencarna infinidad de veces. Somos como el agua de un río, a cada segundo somos personas diferentes, como no pasa dos veces la misma agua por el mismo punto del Río. Nuestra personalidad fluye constantemente; pero sólo cuando se frena, para y toma consciencia de que sólo es una herramienta más en el entramado del Ser, es que se encuentra preparada para ser asimilada por su Espíritu y si así, éste lo decide, ser preservada para la posteridad.
Recuerden, no se duerman en los laureles, si tras el Tránsito, ustedes quieren recordar su vida, y vivir una vida conscientes de sí mismos. Cualquier cosa que podamos imaginar es posible y se encuentra, previamente, grabado en la Memoria de la Naturaleza. Que esas e experiencias mentales parezcan propias, sólo es una ilusión, consecuencia de que nuestra Personalidad no puede recordar la Información de las vidas anteriores por las que ha pasado su Ser.
Aprovechen el instante presente si desean ser testigos del Futuro.
Aralba Pensator MInister, Frater R+C