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domingo, 31 de octubre de 2021

Lección 90, Séptimo Grado, Segunda Orden

 Séptimo Grado, Segunda Orden "Adepto Liberado":

"Catolicismo y Masonería 2"


A los gnósticos, en tanto que  buscadores de la Verdad y seguidores del Conocimiento, desde el principio de los tiempos se nos ha considerado como individuos tremendamente pesimistas. En realidad se trata de un Pesimismo realista y esperanzador basado en la Fe. Fe, que no mera creencia, en cuanto que la Fe es la "evidencia de lo que no se ve". Evidencia, fundamentada en la Intuición, que nos proporciona la chispa Espíritu divino que mora en el interior de todos nosotros.


Según la verdadera Gnósis o Conocimiento, vivimos en un Mundo diabólico, en tanto que dual, bipolar o dialéctico. Todo aquí está sustentado en la bipolaridad: lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, lo bello y lo feo, la moralidad y la inmoralidad, lo justo y lo injusto, lo masculino y lo femenino, la tristeza y la felicidad, el dolor y el placer, riqueza y pobreza, la Vida y la Muerte.


Está bipolaridad, basada en leyes bien estudiadas y otras aún desconocidas, rige el Universo Conocido y es por dicho motivo que, algunas escuelas rosacruces conocen a nuestro Mundo, el mundo que habitamos, como el Mundo de la Dialéctica. Dado que esto es así y no de otro modo, no podemos disfrutar de las mieles de la felicidad, sin experimentar la hiel de la infelicidad; pero en nuestro interior, el de todos, subsiste y persiste una suerte de nostalgia intuitiva que nos dice que, en algún instante en nuestro prístino pasado, esto no fue así y que en un futuro incierto también dejará de serlo.


Esto nos habla de una lejanísima Edad de Oro y en cuyo reencuentro estamos inmersos. El error consiste en considerar que esa supuesta Edad de Oro existió, alguna vez, en nuestro actual Plano Dialéctico y que ese reencuentro con la Eterna Felicidad podrá darse aquí mismo y no fuera de éste entramado material, tridimensional, temporal y dual.


La dualidad produce, en nuestra vida cotidiana, innumerables espejismos y que se manifiestan en todos los ámbitos de nuestra vida. Por supuesto, también en el político, religioso y social. Y aquí es donde encontramos el quit de cuestión en el que basamos nuestra argumentación de que en Occidente nació esa moneda de dos caras y que son, por un lado, la Iglesia Católica y por otro, su contraparte, la Masonería.


Ambas se sienten como el maravilloso Héroe de lá función y que ve al otro como el perverso villano a combatir primero y, si es posible, destruir después.


Esa dualidad, de la que venimos hablando se ve reflejada, a la perfección, en el suelo ajedrezado, blanco y negro, de todas las logias masónicas. La Lucha eterna de la Luz contra la Obscuridad, de la Gnósis contra la Ignorancia, 


Para la Iglesia Católica, ese villano a destruir es la Masonería; del mismo modo que para la Masonería ese villano es el Catolicismo. Un Catolicismo que durante mucho tiempo tuvo bajo control la vida y la educación de los poderosos y sojuzgados a la totalidad de la población de señoríos, reinos e imperios.


A los ideólogos del Catolicismo se les llena la boca con las palabra "sectas". Sí todas las ideologías, excepto la suya,son sectas muy peligrosas que hay que combatir y destruir; pero el origen de las sectas, en el sentido general del término, se origina dentro del propio catolicismo con el nacimiento de monasterios y conventos. Los monasterios y conventos eran lugares de retiro, trabajo y oración para todos aquellos que deseaban apartarse del Mundo a costa de una abultada dote pecuniaria que la familia de los postulantes y novicios. De hecho, hoy en día, en los países católicos, aún persisten dichas instituciones y, a las que se les han unido otras seglares y a las que, a modo y manera de la masonería, personas casadas pueden pertenecer, como es el caso de los miembros numerarios del Opus Dei. Por lo tanto, dicho todo lo anterior, no debería la sartén decirle al cazo. apártate que me tiznas.


Aunque la Masonería nació en Londres en 1717 con las Constituciones del Pastor Anderson, su espíritu se puede remontar al comienzo del Catolicismo y al final del Imperio de la Roma Pagana. Digamos que desde la Constitución del Crtianismo como Religión de Estado en un imperio en declive y evidente descomposición, existió una contestación pagana y cada vez más soterrada, debido a la censura y a los castigos mortales si no se aceptaban las nuevas normas de la naciente religión monoteísta. En ese contexto de respuesta del antiguo régimen politeísta al nuevo monoteísta impuesto a la fuerza, en la época del Emperador Constantino, es que debemos ver el Espíritu que muchos siglos después diera nacimiento a la Masonería como Institución ecuménica y sincrética; pero sin perder nunca el norte de que su real enemigo siempre fue la Iglesia y el Papado; de donde surgía todo despotismo e intransigencia que fomentaba la ignorancia generalizada, con tal de mantener el Poder en unas pocas manos cercanas y controlables.


En realidad, la lucha entre la Masonería y el Catolicismo siempre fue por el control de la Educación. El Catolicismo fomentaba el analfabetismo generalizado entre la Población y la Masonería buscaba, no por motivos altruistas, destituir a la Institución Religiosa de dicho Poder para generalizar entre la Población la Educación, cargada, como no, de su singular ideología y condicionamiento mental. El control de la Educación supone un control de la Mente de los ciudadanos.


En los lugares de Europa donde venció la Reforma Protestante, se eliminaron tanto los monasterios y los conventos, siendo sustituído por una suerte de Asociaciones Cristianas, constituidas, ahora sí, por personas solteras y casadas que no debían de observar la Ley del Celibato. Dentro de una de esas Asociaciones, el Círculo de Tubingia, surgió el efímero Movimiento Rosacruz, de la mano del Pastor Luterano Jhon Valentín Andreae. Debido a las guerras continentales de Religión, este Movimiento no pudo prosperar y fue heredado por la Didáctica y Pedagogía de Jhon Amos Comenius.


No obstante, el muy atractivo nombre de Rosa Cruz, tanto en el Continente como en las islas, hoy conocidas como británicas, fue pasando de mano en mano y de persona a persona, terminando la Idea degenerando en lo que hoy conocemos como Masonería y que no deja de ser otra cosa que la respuesta, en Inteligencia, judeo-protestante a la Inteligencia de la Contrarreforma que puso la Iglesia en manos de la Compañía de Jesús, natural heredera de la Orden de los templarios en el seno de la propia Iglesia. La Masonería venía a presentarse como una suerte de neotemplarios herederos de aquellos que fueran martirizados y ejecutados durante su disolución.


Es decir, para acabar este Capítulo, entre la Masonería y la Iglesia podemos contemplar una suerte de Guerra Fría, basada en el espionaje y la Inteligencia, entre los antiguos templarios que tuvieron que refugiarse en tierras de Escocia y los nuevos templarios, los jesuitas, renacidos por el.papado como una suerte de brazo armado de la Iglesia; pero dónde las armas de guerra han sido sustituidas por la Inteligencia de las conspiraciones, intrigas y sutiles asesinatos mediante envenenamiento.


Se trata de una Guerra silenciosa, ladina y soterrada por quienes desean detentar el poder moral, político y religioso, así como el control sobre la Humanidad. 


Es como si, de algún modo, el Antiguo Imperio pagano de Roma hubiese sobrevivido hasta nuestros tiempos y estuviese entablando una Guerra, no evidente, por retomar el control que una vez les fuera arrebatado por el Emperador Constantino al convertir al Cristianismo como la nueva Religión del Imperio. Es el enfrentamiento de dos poderosos egrégores en el que, como no puede ser de otro modo en un empeño polarizado, las tornas van sucediéndose de forma cíclica; pero dónde ambas fuerzas hacen todo lo posible por no desaparecer y mantenerse vivas y activas para enfrentar el siguiente ciclo de batallas.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C