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martes, 26 de octubre de 2021

Lección 22, Séptimo Grado, Segunda Orden

 "Apego y Amor"


En la mayoría de las ocasiones los humanos confundimos el Apego con el Amor; pero mientras el Apego requiere cierta servidumbre a objetos, personas o ideas, el Amor solo solicita Libertad Plena.


Solo una Persona libre de apegos puede conocer el Amor sin la interferencia de mil y un apegos.


No digo que no se sienta amor, es posible; pero se siente apego por nuestro auto recién adquirido, por las personas y mascotas que conviven con nosotros. Sentimos apego por nuestras cosa, por las personas que nos protegen e incluso, miserablemente, por el Poder y el Dinero.


Aún siendo conscientes de la Realidad, que la muerte no existe, sentimos dolor por nuestras queridas mascotas o nuestros familiares más queridos cuando han pasado a mejor vida y, creedme si os digo que esas lágrimas, muchas veces inconscientes, son producto del Apego y no del Amor.


Si somos conscientes de la Verdad de que la muerte no existe, si amamos, deberíamos de alegrarnos de que tanto las cosas que aoreciábamos como nuestras amadas mascotas y amigos hayan realizado el tránsito para vivir otra Vida, en otro Lugar, fuera de éste Mundo de equívocos y penalidades.


Alguien que ama de verdad se alegra por la ganancia de la supuesta pérdida y que no es tal. Alguien que ama, en tales casos, siente una inmensa alegría porque las personas amadas nos preceden en el Tránsito a una nueva y mejor Vida.


Quienes sienten apego, sufren porque se les han marchado las personas que podían escucharles sus penas, sus pañuelos de lágrimas. Se les han marchado los seres que les hacían compañía y, ahora, se sienten tremendamente solos. 


El apego, al contrario que el Amor, es un sentimiento egoísta, no por lo que los otros han ganado sino por lo que nosotros hemos perdido. Es como si nos hubiesen robado el auto con el que podemos ir al trabajo o de visita a casa de nuestros familiares y amigos. Es como si, siendo invidentes, nos hubiesen sustraído a nuestro perro guía y ahora sintamos que no podemos ir a ningún lado sin su ayuda y compañía. Es como si hubiésemos perdido a aquella persona que siempre nos escuchaba y parecía comprendernos. Ahora ya no está y no sabemos a quienes llorar les nuestras penas.


El Amor, por el contrario, requiere de una consciencia de absoluta libertad para dar sin esperar recibir nada a cambio; de entregar nuestro cuerpo y alma a nuestras personas amadas sin esperar cualquier tipo de decepción. El Amor lo da todo porque sí sin esperar cualquier tipo de recompensa. Quien Ama de verdad no espera ser correspondido, simplemente ama porque conoce que a aquellos que ama son él mismo, pues sabe que todos somos Uno. Que todos somos parte indisoluble de una misma cosa: Dios.


Quienes aman de verdad a los demás también se aman a sí mismo y por ello, también aman a Dios, el Principio, Origen y substancia, sea espiritual o material, de todas las cosas.


Quienes han despertado a la Verdad, quienes han tomado Consciencia de lo espiritual, están repletos de Amor, dado que el Amor es la esencia de nuestro Ser Espiritual, de Dios.


Si en algún instante somos conscientes de nuestro apego a las cosas, tenemos que tener por seguro que aún no hemos conocido el verdadero Amor. A éste Mundo venimos solos y desnudos. De éste Mundo deberemos de irnos solos y desnudos. Nada trajimos con nosotros y nada nos llevaremos; pero quién siente Amor, conoce que él nunca estuvo solo y que jamás lo estará pues se siente como una molécula insignificante de un Ser Eterno e Infinito cuyo Cuerpo es el Amor.


Cuando alguien ha transitado, se lleva consigo el Universo entero; del mismo modo que cuando vino a éste Mundo, se trajo consigo el Cielo.


En algunas culturas, lamentablemente casi olvidadas, cuando alguien faltaba se celebraba con música, cantos y dulces viandas, porque el amor de los concurrentes al sepelio o funeral, estaban contentos de que su ser amado hubiese abandonado este valle de lágrimas y estaban convencidos, con De absoluta, de que el Difunto ya estaba de regreso a Casa, a su verdadero hogar, su mansión celestial.


Aralba Pensator Minister (Frater RC)