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martes, 19 de mayo de 2015

Conspiración y Boicot

En todos los grupos humanos se producen intereses particulares, que la mayor parte de las veces no tiene que ver ni con el dinero ni con el poder, propiamente dichos, sino con la necesidad de notoriedad y protagonismo personal, como si necesitásemos que alguien nos prestase más atención de la que consideramos que se nos ofrece.

Os voy a decir, de corazón, que cuando veo, escucho o intuyo tan bochornosos espectáculos, me dan ganas de tirar la toalla y mandarlo todo a hacer puñetas. ¿Por qué tengo que soportar niñerías de personas que supuestamente deberían de ser adultas?

Porque la cuestión está en que dichas conspiraciones, tendentes al boicot, personal o no, se fraguan a espaldas de la víctima o las víctimas y cuando te quieres dar cuenta, personas que creías que eran afines a tus postulados se han alejado sin decir un simple adiós o hasta luego, o al menos explicar el porqué de su nueva actitud hacia tu persona.

¡No!, aviso a navegantes, no solo no voy a tirar la toalla sino que voy a hacer frente al reto que me supone un ataque nocturno y con alevosía hacia mi trabajo y persona. No consiento ni voy a permitir que quienes han provocado el boicot, en beneficio suyo, salgan victoriosos.

No es de personas bien nacidas tirar mierda contra quien les estorba para conseguir sus objetivos personales y que pudieran ser perfectamente válidos; pero no, para conseguirlo, es lícito demacrar e infravalorar al que se considera como presunto o posible adversario.

Por lo tanto, iros preparando porque no me voy a estar quietecito y con las manos en los bolsillos. Quizá, si no hubiese pasado lo sucedido no le habría dado importancia y lo habría dejado pasar como es mi modo natural de actuar; pero dado que he sido afrentado, dad por supuesto que voy a presentar batalla y que mis adversarios no lo van a tener fácil.

Espero que quien se dé por aludido entienda mi gran cabreo y que lo acontecido no vaya a quedar impune.

He dicho.

Aralba