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domingo, 23 de octubre de 2011

Europa - El Mito de la Velocidad única



La cuestión de intentar mantener a todas las naciones europeas en una velocidad única, es tan absurdo como pretender que en una misma clase, niños de diferentes capacidades mentales aprendan al mismo ritmo.

Algunas veces intento comprender a las cabezas pensantes que deciden que alumnos con deficiencia intelectivas sean educados en las mismas clases que otros considerados como normales en tal aspecto. Eso solo es bueno por lo políticamente correcto y en aras a una supuesta no discriminación, cuando es justo todo lo contrario. En realidad si esto se persigue en las aulas de diversos países es por una cuestión de simple economía.

En las aulas donde permanecen alumnos de muy dispares capacidades de aprendizaje, los niños más capaces serán inevitablemente perjudicados por la lentitud que se habrá instaurado con el único fin de que sus compañeros, menos favorecidos intelectualmente, puedan seguir el ritmo de las clases.

Respecto a lo que está sucediendo en Europa, debido a la Crisis Financiera, sucede algo parecido y me gustaría incrustar aquí la fábula de la hormiga y la cigarra. La hormiga realizó su trabajo minuciosamente mientras la cigarra se ocupaba en cantar, bailar y pasarlo pipa. Cuando llega la temporada invernal, la despensa de la hormiga esta llena y por el contrario la cigarra no tiene que comer.

En Europa ha sucedido algo similar. Los países del Sur que se han incorporado, recientemente, han hecho más que un uso, abuso, de las ayudas recibidas por la Comunidad Europea con el fin de llegar a una convergencia natural; por el contrario, en lugar de usarse en investigación y desarrollo, se ha utilizado para un vertiginoso gasto en la construcción de infraestructuras, que no está mal en principio; pero que se han llevado con una celeridad exagerada. Trabajos que deberían de haberse realizado en 15 o más años, dando trabajo a los naturales del país, han pasado a ser ejecutados en tan solo cinco y dando trabajo a una multitud de emigrantes que ahora no dejan de ser más que una insoportable Carga para las arcas públicas. Se ha utilizado ese dinero para derroches mal denominados sociales y ayudas a terceros países, cuando primero habría que haber consolidado la eficacia productiva y tecnológica de nuestra nación.

No decimos que no se deba de ayudar al tercer mundo y a los más desfavorecidos, no es eso, sino que un País cada vez que da un paso debería hacerlo con cabeza y organizando sus finanzas de un modo adecuado a medio y largo plazo.

Ahora, Europa, no debería parar su marcha para esperar a quienes, desgraciadamente, no hemos realizado bien nuestros deberes. Yo, no solo propongo que existan dos velocidades para Europa sino tantas como pudieran ser necesarias y si hubiese que expulsar a alguien del Euro, pues hacerlo y sin contemplaciones. El dinero que han venido recibiendo los países, en aras de una convergencia Europea se debería de haber utilizado en Educación y en avance tecnológico, en primer lugar y nunca para solo tapar los agujeros que todos tenían.

Miedo me da cuando los países del Este que últimamente se han unido a la Comunidad Europea dejen de recibir las ayudas que como hasta hace poco venían recibiendo España, Portugal o Grecia en aras de esa convergencia mencionada.

ARALBA