Páginas

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sobre lo Cotidiano II


El sistema se encuentra, por exceso de colesterol, al borde del infarto. Dicho esto, pudiera parecer que estamos hablando de medicina; pero no es así, siendo tan solo un simple símil de lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor. Siempre se ha dicho que la autarquía es propia de sistemas dictatoriales y que son ajenos a cualquier tipo de globalización; es por ello que, tras medirla con la regla de lo políticamente correcto, dicha idea queda aparcada en la papelera de lo politicamente inmundo. Cuando se habla de autarquía se hace referencia a un Sistema, en los sectores productivos, autosuficiente y que no tendría necesidad de una aportación exterior masiva por parte de otros países o naciones. Es cierto que hasta cierto punto eso pudiera parecer trasnochado y utópico, ya que vivimos en un mundo global; pero no es menos cierto que habiéndonos sacrificado, totalmente, a ese Sistema de Mercados que son las multinacionales y sus tentáculos bursátiles, hemos vendido nuestra alma al diablo, también nuestra primogenitura por un plato de lentejas.

Intentaré demostrar que lo dicho con anterioridad no es una simple demagogia sin más y regresemos a las primeras palabras de este artículo. Haciendo una comparación con el Organismo humano, podríamos comparar nuestro Sistema óseo con el Sector Primario productivo, léanse minería, agricultura y ganadería. Como en nuestro propio cuerpo, el Sector Primario debería resultar la parte más dura y resistente ya que supone el esqueleto y sustento de lo que viene después. Siguiendo con la comparación tendríamos que el Sistema muscular podría representar muy bien al Sector Secundario productivo y que no es otra cosa que el Tejido industrial. Ese Componente Industrial debería estar debidamente sustentado por el Sector Primario con el fin de resultar autosuficiente, hasta cierto punto, y protegido contra los ataques externos. El Sector terciario, conocido como de Servicios, intendencia y comercial, sería, respecto al cuerpo humano tanto la reserva de lípidos como la piel y se ocuparía tanto de proteger como de dar servicio al resto del Sistema. Para terminar, no nos queda más que referirnos al Estado con el Funcionariado y el Sector Público que haría las funciones de los sistemas linfático, circulatorio y nervioso.

Según la catalogación mencionada, lo inteligente, según el sentido común, sería que los sectores primario y secundario, en todo país, fueran fuertes y resistentes, dejando a un Sector público, suficiente, con el único fin de desempeñar las funciones de dirección y coordinación así como un sector de Servicios adecuado, dimensionado, a las necesidades del conjunto del Sistema. Cualquiera, sin necesidad de ser clarividente, puede darse cuenta de que esto no sucede así en casi ningún caso, estando muy descuidados los sectores Primario y Secundario así como demasiado engordados tanto el Sector Terciario como los poderes del Estado ¿Qué queremos decir con ello? Si volvemos al ejemplo del Organismo Humano queda evidente que tenemos un problema de saturación de grasas y de un sistema circulatorio sobredimensionado y caótico, que se encontraría al borde de un colapso circulatorio.

Pudiera parecer ingenuo y hasta demagógico proponer que no existan países dedicados a vivir de un simple Sector productivo, como podría ser el turístico hablando del de Servicios; pero la experiencia nos viene demostrando que no se puede confiar solo en la buena voluntad, de los países considerados como amigos, para poder sustituir las deficiencias de aquellos sectores que debieran ser más estables, fiables y robustos. Sí, el Sistema, en caso de no actuar de un modo apropiado, pasando de esa ingenuidad propia de infantes, está condenado a desmoronarse como un castillo de naipes.

ARALBA

Anteriormente publicado en Suburbios de la Razón: