En los últimos tiempos,
mucho y diverso se ha hablado acerca de la Orden Masónica; pero en realidad, lo
que se escucha, fuera de sus muros, es más mito y leyenda que realidad, cuando
no, bulos y calumnias de sus más enconados enemigos.
Deberíamos empezar por lo
que no es la masonería y así nos quedará la mente más libre para dar cabida a
la más simple y poco novedosa verdad. La Masonería, hoy en día, no es una
Fraternidad secreta y si en algún periodo de la historia lo fue, se debió a que
sus miembros podían ser detenidos, torturados e incluso ejecutados.
La Masonería tampoco es un
grupo de Presión Política o una herejía religiosa que pretendiera imponer algún
tipo de ideología en el Mundo. Es cierto
que sus miembros, como hombres y mujeres libres, preocupados por el bien social
de todos los ciudadanos, pueden estar integrados en organizaciones políticas
y/o religiosas. Por suerte o por desgracia, en algunos casos, dada la actuación
de dichos masones, en el legítimo uso de su libertad, la propia Institución es
juzgada por lo que hacen sus miembros. Siempre ha habido masones además, en el
ejército y los cuerpos de seguridad, así como en las órdenes religiosas, tales
como la Compañía de Jesús, y en todos los estamentos de la vida,
independientemente de su nivel social.
Si el lector ha sido capaz
de eliminar de su memoria dichos prejuicios, podremos intentar entrar, primero
en definir lo que es La Masonería y después en realizar algún pequeño apunte
acerca de sus orígenes históricos.
Si usted como Profano,
alguien que no pertenece a la Fraternidad Masónica, nos preguntara a cualquiera
de los masones acerca de dicha cuestión, con mucha probabilidad recibiría
contestaciones no solo diferentes, sino en muchos casos incluso contradictorias
y
¿Cómo es eso posible?
¿Cómo es eso posible?
En cualquier enciclopedia
o libro, serio acerca de la Masonería, podremos leer algo así como que La
Masonería es una Organización filantrópica, dedicada a la caridad y al
desarrollo personal, de sus miembros, mediante el ejercicio de la
autodisciplina y el uso de símbolos y rituales. Bien, eso al lector ordinario
poco le dirá y querría saber en qué consisten esos rituales y que significado
poseen los símbolos que se trabajan en las logias o talleres. Ningún masón
verdadero, si es honesto, debería proporcionarle la respuesta a esas cuestiones,
dado que está sujeto a ciertas promesas o juramentos que se han venido manteniendo,
de forma tradicional, durante siglos; no obstante, la mayor parte se encuentran,
de forma libre, en Internet mezclada con una gran cantidad de basura y mentiras
sin algún fundamento. Ese secretismo tradicional, de lo que sucede dentro de
los talleres masónicos, es debido a los peligros por los que pasó la
Institución en el pasado y que mencionamos en el segundo párrafo de este Artículo.
Dado que cada Hermano
Masón le proporcionará una definición diferente podríamos hablar, con
propiedad, que no existe una sola Masonería sino tantas masonerías como masones
sobre la faz de la Tierra ha habido, hay y habrá. Esto se refleja,
fehacientemente, en la cantidad de Obediencias diferentes que existe y de la
amplia diversidad de ritos que se practican. Las dos grandes logias más importantes
que operan dentro de nuestro país son la GLE “Gran Logia de España” que es la
que más miembros tiene y en cuyos talleres no pueden trabajar ni las mujeres ni
aquellos varones que se consideran ateos, dado que sus normas de funcionamiento
se rigen por los denominados Landmarks “Constituciones de Anderson” que fueron
establecidos en las primeras décadas del siglo XVIII. La otra Gran Institución
masónica que opera sobre nuestro suelo Patrio es la, algo menos numerosa, GLSE “Gran
Logia Simbólica Española” Que se autodenomina como Adogmática y Liberal, dado
que aun respetando la mayor parte de los Landmarks establecidos por la Tradición, incluso
anterior a las Constituciones de Anderson; sin embargo, permite el trabajo en
sus talleres de las mujeres e incluso, solo en determinados ritos, a los que se
consideran agnósticos y no creyentes en algún tipo de Religión. También existen
obediencias femeninas como La Gran Logia Femenina de España; donde, sin embargo, el trabajo de
los varones como visitantes no solo no está mal visto sino que es bienvenido.
Hablar acerca de los Ritos
requeriría no ya otro Artículo sino un libro completo y probablemente sería de
no pocas páginas; por lo tanto indicaremos tan solo que los Ritos que más se
trabajan en las Logias masónicas, son el “Rito Escocés Antiguo y Aceptado”, el “Rito
de Emulación”, el “Rito Francés Moderno” y el “Rito de York”. Otros ritos que
también se trabajan, aunque con mucha menor influencia, son los denominados “Rito
Escocés Rectificado” y el conocido como
Rito Egipcio o “De Menfis Mizraim”
El origen de la Masonería
Operativa se remontaría no más allá del
medioevo cuando se formaron las corporaciones gremiales de la construcción,
como los Maestros Canteros o Carpinteros con el fin de dar forma a las Iglesias
del Románico primero y de las catedrales góticas después. Es cierto que esta
primera masonería operativa, que trabajaba bajo el mecenazgo Templario, recibió la influencia de sus predecesoras que
estaban constituidas por los obreros monjes benedictinos. Sí, efectivamente, el
origen de la masonería es cristiano, como no podía ser de otro modo; pero
también recibiría, durante su historia, la influencia de otros grupos de constructores
cristianos, que no católicos, y por lo tanto considerados como herejes por la
Iglesia Oficial. Ese fue el caso de los constructores Cátaros “Albigenses” en
Francia y Cagots o Agots en tierras hispanas.
Tras las cruzadas
católicas contra Cátaros y Templarios en los siglos XII y XIII, muchos
caballeros y herejes cruzaron el Canal de la Mancha, por un lado y los Pirineos
por otro para establecerse en las Islas británicas,
fundamentalmente en Escocia, España y Portugal, siendo aceptados por otras órdenes
religiosas, como la de Montesa en la Península. Sobre todo, en el caso de las islas
británicas, recibieron asilo en las
corporaciones masónicas operativas. Nada de extrañar, dado que gran parte de
las construcciones de los maestros canteros habían sido patrocinadas por el ya
extinto Temple o Pobres Caballeros de Cristo.
Con la Crisis generada durante
la época de la Reforma protestante, las corporaciones gremiales de los masones
pierden su sentido, al dejar de construirse las catedrales góticas, y van desapareciendo, en unos casos, y transformándose en
agrupaciones de ayuda mutua donde se empezó a aceptar como miembros a gentes
que nada tenían que ver con el Gremio de la Construcción. A estos nuevos
miembros, generalmente burgueses y nobles se los empezó a conocer como Masones
aceptados y la Masonería Operativa, perdida su función original, se transformaría
en lo que hoy se conoce como Masonería Especulativa.
También es cierto,
que dentro del Trabajo masónico siempre se primó el mejor hacer que la
orientación religiosa de sus miembros y por lo tanto, la masonería especulativa
heredó de su antecesora Operativa ese espíritu, más que sincrético,
ecuménico; donde cualquier hombre de bien, libre y de buenas costumbres tenía
acceso independientemente del nombre con que denominase al Dios en que cada uno
creyese. Es por esto que en la mayor parte de las logias masónicas es
imprescindible creer en el Gran Arquitecto del Universo, aunque solo fuese como
un Principio creador inteligente y en la supervivencia del Alma humana tras de
la muerte.
Los símbolos que existen
dentro de los talleres o logias masónicas, son de libre interpretación y no se pretende
inculcar cualquier tipo de dogma en la mente de los trabajadores “masones”. Cada
Hermano Masón recibe con total libertad esos símbolos y son interpretados por
su Ser Interno, proporcionando información importante y exclusiva para cada
individuo en particular. Por lo tanto, considerar a la Fraternidad Masónica
como algún tipo de Secta Filosófica o Religiosa está muy alejado de la realidad.
La masonería, por otro
lado, tiene terminantemente prohibido cualquier tipo de proselitismo. De hecho,
es harto difícil y complicado entrar en una Logia masónica, dado que quien se
siente movido a entrar en la Augusta Orden debe de estar apadrinado por algún
hermano masón y pasar un tiempo de espera más o menos largo con ciertas pruebas
que aquí no viene al caso explicar. Sin embargo la salida de la masonería, al
contrario que sucede en muchas de las conocidas como sectas, es tan simple y
fácil como solicitar la baja.
Para terminar, tras
conocer algo de su historia, desmentir las falsas ideas sobre la Masonería y
explicar lo que es la Masonería, solo nos queda indicar cuáles son sus
objetivos como Institución Universal.
Una Sola Palabra: La
Educación.
La Masonería es una
Escuela de Personas, hombres y mujeres en muchos casos.
Una Escuela donde inculcar
a sus miembros las consignas de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Una Escuela que muestra a
sus alumnos, a los verdaderos enemigos del Hombre y de la Mujer: La Ignorancia,
el Fanatismo y la Ambición desmedida.
Toda esta Enseñanza está
impresa en los símbolos y en los rituales y cada ser interno, de cada masón
recoge su particular y única interpretación. La Masonería no es ninguna
Institución en la que dentro de sus paredes se juega a la conspiración. De
hecho, en los talleres está terminantemente prohibido hablar de política o de
religión. Ahora bien, los masones una vez instruidos, por su maestro interno, y
madurados convenientemente, como individuos, siguen siendo libres de salir ahí fuera para cambiar el Mundo.
El único pecado, si así se lo puede denominar, que se le
puede adjudicar a la Institución masónica, es el intentar con tozudez cambiar a
los hombres y mujeres con el fin de que, usando como base su buen fondo, convertirlos aún
en mejores personas, más honrados, más honestos y más implicados en la sociedad
que los rodea.
Aralba