domingo, 7 de septiembre de 2014

Las nuevas invasiones bárbaras

Nos encontramos en el momento oportuno de la historia para que la tortilla pueda darse la vuelta y reeditar los últimos días del Imperio Romano. 

La égida en la que se basan nuestros estados, no es el Sentido Común sino lo políticamente correcto. Nuestros estadistas y gobernantes son los más ineptos y cobardes posible. Esa cobardía y esa ineptitud, añade un terrible sobrepeso a la maquinaria del Estado y a sus fuerzas armadas convirtiéndolas en lentas e ineficaces; pero lo peor de todo es que al haber abierto sus puertas a la bienintencionada multiculturalidad se encuentran inundadas de ingentes topos infectados por la barbarie.

La Historia se repite

Hemos construido un monstruo de proporciones épicas. Atila Rey de los Hunos, Gen gis Kan caudillo Mongol…

Generalmente todo comienza por la debilidad mental o cobardía de los dirigentes políticos que prefieren financiar a los grupos rebeldes de sus supuestos enemigos; engordándolos tanto que al final cuando han acabado con el supuesto enemigo; son ellos mismos quienes se han transformado en nuestros enemigos con el agravante de que nos conocen en la intimidad, saben cómo somos y no nos tienen miedo. De algún modo es como el Perro que una vez fuera domesticado y regresa al mundo salvaje. El Perro en esas condiciones no solo no teme al Hombre sino que le ha perdido todo respeto.

La Historia la escriben los vencedores y a nosotros, la gente de a pie, como ilusos nos siguen engañando. El Nazismo que provocó la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial no ha desaparecido, se trasladó de territorio más a occidente, cuando los EEUU requirieron de la colaboración interesada de los Ingenieros Nazis para perfeccionar sus artefactos de guerra y demostrar al mundo su poderío imperial haciendo llegar a la luna a su joven Nación.

Cría cuervos y te sacarán los ojos. Esto es un subproducto del Comportamiento de Occidente con el tercer mundo que fuera indebidamente descolonizado gracias a los auspicios de la todo poderosa EEUU con el fin de poder, ellos, implantar el Neocolonialismo de su Imperio. 

Este nuevo Ejército Bárbaro está constituido por desheredados, huérfanos y hambrientos cargados de odio que nada tienen que perder, que han venido sobreviviendo por la caridad de las ONGS financiadas con el dinero de los ciudadanos occidentales. 

Nosotros hemos dado a luz y criado al Monstruo, no sé de qué nos quejamos. La Descolonización fue precipitada y antes de marcharse de los territorios ocupados y concederles democracias impuestas deberían de haber sido debidamente educados en el más amplio sentido del término Democracia. Por otro lado, el Neocolonialismo supuso todo ventajas para EEUU sin las desventajas que suponía un colonialismo al uso. 

Esto es como lo del chiste, yo le doy un dólar a mi burro y que se busque la Vida. El Neocolonialismo se nutre de los conflictos bélicos de bajo nivel con la venta de armamento y el engaño de que el Sheriff del Imperio está vigilante por los valores democráticos del Mundo y para defender a los ciudadanos. El Sheriff del Mundo posee un poderoso ejército con un avanzadísimo armamento nuclear con la única intención de defender sus propios intereses económicos, nada más.

Estos gobiernos insulsos que tenemos no sabrían cómo defendernos de la nueva barbarie que nos acecha y, por el contrario, alimenta con carnaza a las fieras que ya tenemos en nuestro suelo patrio, concediéndoles privilegios culturales, económicos y de todo tipo con el propósito de tenerlos callados y como amigos; pero esa práctica la historia nos dice que es equivocada porque todo lo que aportemos, en ese sentido, será como echar combustible en las hogueras en que hayamos de ser quemados.

Se nos dice, se nos cuenta que se trata de una pequeña facción islamista que nada tiene que ver con el resto de la cultura musulmana; pero lo cierto es que las barbaridades contra los infieles vienen reflejadas en su Libro Sagrado. Nada de extrañar dado que es una variante monoteísta del Cristianismo y por lo tanto del propio Judaísmo, donde un Dios terrible, cruel y vengativo manda a sus fieles entrar a fuego y espada en los lugares conquistados con el fin de convertirlos en suyos e instaurar, paradogicamente, su religión de paz y amor.

Se tildaba de negativas a las religiones politeístas porque, en ocasiones, hacían sacrificios humanos; pero ¿Qué son las cruzadas y las guerras santas, sino sacrificios humanos masivos para alimentar el apetito insasiable de un Demonio Cruel y sediento de sangre?

Mientras los seres humanos no seamos capaces de ver la Verdad, quitándonos las gafas de las diversas creencias, no podremos convertir este Mundo en un lugar mejor y donde poder vivir sin el miedo a que un bárbaro nos desaloje de nuestras casas, mate a nuestras esposas y maridos o recluten a nuestros hijos y nietos para convertirlos en descerebrados asesinos.

¿Creen que la solución de enfrentar al pendón islamista es ondear el de las cruzadas cristianas? Eso no traería solución alguna sino que sería como transferir el collar de un perro al otro. La solución está en separar de la faz del mundo la Religión y la Política. Dad a Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que es de Cesar.

Es una absoluta contradicción pensar que una sociedad teocrática puede funcionar bajo un régimen democrático. Son cosas absolutamente incompatibles. Me río de las primaveras islámicas. Grandes masas de gente bien intencionadas solicitando más libertad y democracia; colocando, sin embargo, en sustitución de sus anteriores dictadores a islamistas que, una vez en el poder, les imponen el fascismo de las leyes teocráticas, la Sharia, contenidas en su Libro Sagrado.

Tenemos que luchar contra esta barbarie con la Educación; pero una educación laica sustentada por los valores de los derechos humanos fundamentales para que en dos o tres generaciones, antes sería improbable, pudieran funcionar esos países bajo regímenes democráticos perfectamente reconocibles y no como estados fallidos que es lo que sucede en la actualidad.

No cerremos los ojos a la verdad de lo que se nos viene encima; os aseguro que nuestra intención no es meteros el miedo en el cuerpo, de que la Nueva Invasión Bárbara está a las puertas y si no hacemos, entre todos, algo para remediarlo, cuando nuestros ineptos y cobardes gobernantes quieran moverse, al respecto, será demasiado tarde, sino haceos ver que no podemos quedarnos con los brazos cruzados.

Nuestros lectores saben que no nos gusta meternos, vánamente, en Política; pero en este momento de la Historia de Occidente no nos quedaba otro remedio que mojarnos y tomar partido por el Sentido Común, el laicismo, la democracia, la paz y la libertad de los pueblos de la Tierra; pero una libertad no solo de las ataduras del Neocolonialismo Imperial Norteamericano; sino de las teocracias, en ciernes, que apabullantes se ciernen bien pertrechadas a las puertas de nuestra muralla y, ladinamente ocultas, en su interior, junto a nuestras casas; esperando la señal para desperezarse y alzarse en armas contra la Civilización.

Aralba