miércoles, 23 de julio de 2014

El perverso Sistema de mafias institucionalizado

Creemos ser gobernados por las mejores personas de nuestra sociedad, los más preparados. Nos enorgullecemos de vivir en regímenes supuestamente democráticos, cuyos gobiernos son elegidos, de forma periódica; pero lo cierto de todo esto, es que el Dinero  que se esconde detrás de las campañas electorales, suministrado por las entidades financieras, está cargado con la pesada carga de la sangre derramada de inocentes, el tráfico de drogas, órganos y seres humanos.

El tema de los indultos fiscales a los grandes capitales de la economía sumergida no es nada nuevo, sino algo antiguo y habitual utilizado, a través de la Historia, por todos los estados del  Mundo; pero esos indultos solo suponen el blanqueamiento de dinero negro que se encontraba oculto y, en la mayoría de las ocasiones, de muy dudosa procedencia.

El Tráfico de alcohol, el contrabando de tabaco y de armas de guerra, la trata de blancas y de niños se encuentra detrás de ese dinero que termina financiando las campañas electorales de los partidos políticos de nuestro entorno. Es un dinero sucio que en muchas ocasiones, su deuda, es condonada por las entidades prestamistas, dado que estas entidades, gobernadas en la sombra por la delincuencia organizada, tienen sus muy buenas razones ocultas.

Cuando los partidos políticos llegan al Poder, tras haber sido financiadas sus campañas electorales por las principales entidades financieras de la Nación, saben que para quienes tienen que gobernar, primero,  es para aquellos que les han propiciado que pudieran alcanzar las riendas del País. Hay que devolver los favores prestados aunque haya que acudir al nepotismo y a la prevaricación con el fin de situar a personas clave en los lugares significados del Poder y hacer la vista gorda a las evasiones de capital hacia los paraísos fiscales.

Pero ese dinero sucio que procede de la Delincuencia Organizada también alcanza al resto de estamentos del Poder como a los sistemas más-media que se ocupan, teóricamente, de informar de forma imparcial a los ciudadanos, a la población; de llevar la publicidad de los productos de consumo hasta nuestros hogares y de marcar las tendencias universales de conducta: Cada vez más irracionales y deshumanizadas.

Es importante que nos demos cuenta que una verdadera democracia no puede estar sustentada por semejantes pilares de suciedad y corrupción. Una supuesta democracia constituida de tal modo es una mentira constituida para tener anestesiados a los ciudadanos mientras que los amos del Sistema, las Entidades Financieras y sobre todo las grandes familias internacionales que colocan los grandes capitales de la gran delincuencia en sus cajas y fondos, tienen vía libre para seguir delinquiendo con absoluta impunidad.

Lo que tenemos, en los países occidentales, son sucedáneos de democracia. Pantomimas recubiertas de pucherazos masivos con el fin de mediatizar a la población y hacer que ésta realice lo previamente establecido por el verdadero gobierno en la sombra de los hacedores de sufrimiento y muerte.

Quienes gobiernan al otro lado del Atlántico son los herederos de aquellos gánsteres que fueron combatidos por Eliot Ness y su cuadrilla policial. Aquellos que tras acabarse la Ley Seca, pudieron blanquear el dinero de sus fechorías. Son las grandes familias del Petróleo y del Tráfico de Armas. En el otro extremo, tenemos a los antiguos países comunistas que tras venirse abajo sus regímenes, los que detentaban el poder de sus sistemas de inteligencia, desmantelaron su sistema económico y arrebañaron hacia sí mismos el Dinero del Estado, el Dinero de los ciudadanos que paupérrimos vieron como surgía de la noche a la mañana, en su territorio, una prole de nuevos multimillonarios que podían codearse con las grandes fortunas de Occidente. Evidentemente, de nuevo, un dinero manchado de sangre, corrupción y satánica avaricia.

Sinceramente, creo que los ciudadanos ante las elecciones deberíamos de huir, como si del mismo diablo se tratase, de votar a los partidos políticos que en campañas electorales invierten en grandes y mediáticas campañas electorales. Los partidos siempre debieron ser financiados por sus militantes y utilizar su mano de obra gratuita para realizar esas campañas que están ahora en mano de poderosos sistemas multimedia y que se encuentran relacionados, como si de una espesa tela de araña se tratase, con los poderes financieros y por lo tanto, del mismo modo, con los depositantes de los grandes capitales surgidos de la delincuencia de guante blanco.

Es evidente que como los partidos políticos no gobiernan ni para los ciudadanos ni para sus militantes, cada vez menos numerosos, dicen, ante las campañas de necesaria propaganda, que se busquen la vida, ya está bien de hacer el primo y a las ejecutivas podridas de los partidos no les queda otra, para publicitarse, que embarrarse más con el dinero sucio de bancos y financieras.

Un Sistema Proporcional y de partidos políticos donde no existe la Democracia directa no puede denominarse, propiamente como democracia verdadera sino como un extraño sucedáneo más relacionado con el trasnochado caciquismo Isabelino.

Apología de la insumisión, de la desobediencia civil es lo que iremos viendo según pasen los días porque aunque la ciudadanía se encuentra manipulada, todo tiene un límite; dado que no somos ganado, que pudiera ser dirigido por simple instinto. Es cierto que para sustituir a ese instinto se nos ha mediatizado con información basura, con educación basura y con cultura basura; pero cuando el pan falta, el circo solo no vale. Pan y Circo, si le quitas una de las patas a ese binomio, la banqueta en la que está sustentado este perverso y ladino Sistema caerá sin duda alguna.

Existe la necesidad de una Refundación de la Democracia, que es lo mismo que decir del Sistema; y mientras la Democracia tenga que estar sustentada por los medios que tienen el Poder sobre la Economía, tendremos un mal Sistema Democrático,  dado que estará supeditado al antojo de las familias mafiosas que financian las campañas electorales y la compra de las sedes de los partidos políticos con dinero sucio producto de la más alta delincuencia.

El disparate se está convirtiendo en la norma y lo irracional se va viendo como algo normal en nuestras vidas. Todo es inhumano y preparado para que los avaros acumulen cada vez más dinero y con ello poder porque el dinero son las cadenas que mantienen atrapados a los políticos a sus estáticos asientos y la endogamia entre el Sistema Político y el Financiero llega hasta tal extremo que, los propios políticos tras haber cumplido con sus cargos y haber favorecido a sus benefactores, son recolocados en la Sociedad Civil como altos cargos de Empresas de su dominio.

¿Cómo se nos queda el Cuerpo?

Aralba