viernes, 4 de abril de 2014

El Enigma de los Orbs

Existe un enconado debate entre los que opinan que los Orbs son entes interdimensionales  de carácter inteligente y los puramente escépticos que afirman que solo son motas de polvo del ambiente que al ser iluminada toman forma circular en nuestras fotografías; pero ¿y si ambas opiniones encontradas contuvieran parte de la verdad? Además, a cualquier cosa, pululando en el ambiente de nuestro entorno, y que no conocemos lo denominamos polvo; pero el polvo de nuestras casas y su precipitación en forma de pelusas vistos a través del microscopio electrónico conforman un inmenso oasis en el que pulula la Vida. Por otro lado, recordemos que alguien dijo que, en el fondo, todos somos polvo de estrellas.

Intentemos, por un breve instante, imaginar que el aire que atravesamos con nuestro caminar diario no es el vacío que generalmente aceptamos, sino que se trata de un fluido como el agua aunque más sutil aún. Si tomamos una Porción de agua de nuestros mares, ríos o charcas y la analizáramos con sistemas ópticos de precisión comprobaríamos como lo que a nuestra simple vista parece transparente y carente de vida, por el contrario, conforma un magnífico ecosistema donde coexisten diferentes entidades de una cadena trófica que podría muy bien asemejarse al famoso Krill de los océanos de la Tierra y del que los inmensos rorcuales o ballenas suelen alimentarse.

En esta breve introducción hemos tratado que el Lector no vea el polvo que nos rodea como simples partículas inorgánicas que a veces suelen observarse cuando los rayos de luz atraviesan los cristales de tragaluces o ventanas, o cuando expuestas al impacto de la luz de un flash conforman como un esférico efecto kirlyan alrededor de ellas dando lugar a los famosos Orbs u Orbes como se los denomina en los países latinos.

Entonces ¿Nos está usted dando a entender que los fotógrafos tienen razón y que los Orbes no son otra cosa que partículas de polvo, sean esporas, polen o minúsculos ácaros en suspensión? -Si pero no. Trato de indicar que las mencionadas posturas opuestas están hablando de una misma cosa; pero cada cual lo lleva a su ámbito de creencia o escepticismo y la cosa es un poco más compleja que todo eso.

Hasta hace relativamente poco se consideraba que lo natural era lo inorgánico y que la vida primero y la inteligencia después tan solo eran una especie de evolución de la naturaleza inerte. Desde el siglo pasado, por el contrario, se viene considerando que la Vida es primero y que se va abriendo paso a través de un medio que ella va construyendo primero como sistemas inactivos, minerales, después algo más activos como los vegetales y por último con actividad plena, denominada alma, en los animales y otras especies denominadas como inteligentes y entre los que nos encontraríamos los seres humanos.

Si damos un paso más allá de la Ciencia establecida y nos sumergimos en el mundo de la espiritualidad y del ocultismo clásico nos damos cuenta que se dice que el Universo, todo lo que nos rodea visible e invisible, es como una inmensa Mente  que va tomando consciencia de sí misma mediante su manifestación por medio de cosas inorgánicas primero que terminan evolucionando hacia algo sintiente, a Vida.

Esa mente conforma como una especie de holograma gigantesco, diríamos que infinito, del que cada una de sus minúsculas partículas no es más que otro holograma que, en esencia, contiene dentro de sí mismo la información del todo; por lo tanto, no deberíamos infravalorar algo tan minúsculo como una simple mota de polvo cargada de polen, ácaros, esporas y huevos de pequeños insectos. De hecho, al igual que sucede en otros ecosistemas de proporciones macro cósmicas, donde las inmensas moles siderales tienden a congregarse en forma de sistemas estelares, así en estos micro cosmos de nuestro Universo doméstico, cuando las partículas cargadas de vida e inteligencia, no lo olvidemos nunca, precipitan por la propia fuerza de gravedad tienden a concentrarse en lo que vulgarmente denominamos pelusas y que no son otra cosa que esos algodones de concentración de polvo con una apariencia azul eléctrico.

Pero ¿algunas de esas manifestaciones luminosas en forma de esferas no podrían ser algo más que simples motas de polvo en suspensión reflejado su aura al ser atacada por la luz del flash de nuestras cámaras? ¿Podrían ser acaso los átomos chispa de espíritu de nuestros seres queridos y que han pasado a mejor vida? ¿Acaso no pudieran ser la manifestación física, dentro de nuestro Universo, de entidades inter dimensionales o de sondas extraterrestres de alguna lejana civilización alienígena?

Seríamos unos ilusos si negáramos todas y cada una de dichas posibilidades, dado que ya hemos venido diciendo que la Esencia Etérica de la que está constituido todo lo que existe no es otra cosa que la Mente Universal de la que todos y cada uno de nosotros no somos más que minúsculas partículas individualizadas con el propósito de conseguir consciencia propia.

Cualquier partícula física, por minúscula que fuere, contiene en sí todo el potencial de la Mente total y si somos capaces de sintonizar electromagnéticamente con ella, teóricamente, podríamos conseguir toda la información que contiene el propio Universo desde antes de su nacimiento hasta el día que deje de ser lo que hoy es, dado que todo está predispuesto en una especie de código genético Cósmico; por lo tanto, no es difícil entender que cualquier entidad inteligente, por muy alejada que estuviese en el espacio y en el tiempo y que por motivos diversos quisiera ponerse en contacto con nosotros utilizara alguna de dichas partículas físicas para manifestar su espíritu, en nuestro Plano existencial; mostrando por lo tanto, bajo dicha circunstancia, una muestra de verdadera inteligencia comunicativa, dado que para la Mente no existen el Espacio y el Tiempo.

Para finalizar diríamos que la manifestación física de unos determinados elementos de la naturaleza no invalida sus características espirituales innatas; sobre todo considerando que el propio Ser Humano no somos otra cosa que una Entidad compuesta de una infinidad de criaturas dotadas de su propia Inteligencia.

No podemos saber si el Lector ha sido capaz de captar cual es nuestra concepción acerca del Tema de los orbes o mejor dicho si nosotros hemos sido capaces de mostrar dicho concepto; pero lo que sí podemos hacer es quedar a vuestra entera disposición para seguir investigando en torno a este singular y actual asunto.


Aralba