jueves, 29 de agosto de 2013

La Estafa profética de las religiones



Nos encontramos en casa de mi Hermana, en el Salón, cerca del mirador. Al pronto comienzo a ver pájaros. Primero unos pocos y a cada instante más y más como si se tratase de algún tipo de migración. Me acerco a la ventana más próxima y compruebo que son golondrinas, dado que poseen el pechito blanco al contrario que otros pájaros de similares características. Me extraña porque en la Sierra madrileña de Guadarrama suelen verse muchos vencejos, aviones para los habitantes locales; pero en esta ocasión se trata de miles o cientos de miles de golondrinas. 

De ser un espectáculo para la vista pasamos a sentir miedo primero y terror después, cuando el cielo se cubre de una masa amorfa de pájaros de diversa índole incluidos buitres comunes y quebrantahuesos, la mayoría muertos, y que permanecen como suspendidos en el aire, llevados por la inercia de algo que aún no había observado. 

El cielo, al desaparecer las aves como absorbidas por un desagüe invertido hacia lo alto, se muestra de un fantástico e innatural color azul, entre celeste y marino, que remolinea tembloroso sobre sí mismo cargado de una infinidad de partículas blanquecinas. Rayos y truenos acompañan tan extraordinario e impropio fenómeno meteorológico.

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Supongo que habéis intuido que se trata de un Sueño. Sí, un sueño, extremadamente lúcido, que he tenido esta misma noche y cuya duración ha resultado muy corta y me he preguntado, como haríais cualquiera de vosotros, ¿Qué significado podrá tener? Siempre, de forma invariable, en lugar de tomar los sueños como experiencias reales de otra dimensión, intentamos concederle algún significado de contenido profético en nuestras vidas materiales.

El Destino, cuando los humanos vinimos a este Plano de existencia por primera vez, estaba escrito aunque no podíamos tener acceso a esa información porque nuestra divina memoria quedó aparcada en nuestra mansión celestial; pero dado que las cosas no surgieron como estaba planeado hubo que improvisar y el Destino quedó descabalado. Quizá sea debido a ello que algunas profecías, basadas en experiencias oníricas o en visiones lúcidas, en estado de vigilia, terminan cumpliéndose aunque la inmensa mayoría quedan sumidas en lo más profundo del misterio sin concedernos, con el tiempo, respuesta alguna.

En la mayoría de las ocasiones se confunde espiritualidad con religiosidad y terminamos llegando a conclusiones falsas y erróneas. Dado que somos Espíritus divinos inmortales, aunque nos falte el recuerdo ancestral de nuestro origen, nos queda ese pozo de información desestructurada e informe que nos dice, con una vocecilla casi inaudible, que somos algo más que animales y que nos encontramos desubicados, fuera de lugar. Vamos que nuestra sensación en este Mundo es como de peregrinos que estamos aquí de paso.

Existen una serie de Fuerzas artificiales; pero inteligentes que viven de nuestra propia existencia y energía y quisieran vivir eternamente, aunque eso no sea posible dado que solo son máquinas colocadas donde se encuentran, en el plano del Universo, para que la existencia material, la vida y, por lo tanto, el Drama Cósmico pueda tener consistencia. Esas fuerzas denominadas como ángeles, dioses o demonios, son conocidas en la Gnosis como Arcontes, palabra Griega que significa Legisladores. Los legisladores son los que permiten que haya leyes y normas en el Universo que no puedan ser rotas y el Caos primigenio retorne e impida todo lo que es posible percibir con nuestros sentidos o instrumentos de laboratorio; pero que también nos impide, tras la muerte, retomar el vuelo y regresar al Pleroma y por la fuerza de gravedad somos impelidos a tomar nuevos cuerpos.

Esas fuerzas, reconvertidas en parasitarias, no quieren que el Constructor, nosotros, despertemos; porque de hacerlo, ellas ya no serían necesarias y dejarían de ser, fenecerían, desaparecerían para siempre.

Estos Legisladores son los que, a través de las edades, han sustituido en la mente del hombre el concepto de espiritualidad por el de religiosidad. Sí, la religión es uno de los métodos que utilizan para engañar al Creador, nosotros, y mantenerlo en su profundo sopor. El Hombre, el Ser Humano, en esencia no posee un espíritu de naturaleza conspirativa; todo lo contrario, al ser un Ser de esencia divina, la ingenuidad de los infantes es la mayor de sus cualidades. Las fuerzas arcónticas o demoníacas, como gustan llamarlas algunos, son los responsable de la global conspiración en la que la humanidad está sumergida desde el comienzo del Universo y por lo tanto del inicio del Tiempo.

Las religiones son estructuras inspiradas por los arcontes para que algunos elementos fácilmente manipulables, los más dormidos, puedan dirigir por un camino previamente decidido al resto de la comunidad humana. Estas entidades se alimentan de nuestra energía. Literalmente nos ordeñan cuando las almas humanas se enfrascan en luchas fratricidas y el odio y el rencor corren a raudales. De ahí el error de enfrentar la violencia con la violencia. La Ley del Talión, como tantas otras legislaciones, son obra de los arcontes y una especie de lazo corredizo con el que ellos nos mantienen atados a este plano de existencia y por lo tanto dormidos.

Uno de los medios que estas Criaturas, ya hemos dicho que artificiales pues las construimos nosotros mismos antes del comienzo del Tiempo, utilizan para engañar al Hombre es inculcar en su mente la idea de que son dioses, ángeles u otras jerarquías celestiales y también la Profecía. Cada vez que se cumple una Profecía que estaba escrita en uno de los conocidos como libros divinos, decimos: Palabra de Dios. Estaba escrito y Dios ha hecho que se cumplan sus designios.

Todas las religiones son como Servicios de Inteligencia arcónticos que funcionan, de forma muy parecida a las humanas; pero con la particularidad de que están diseñadas para mantener proyectos a larguísimo plazo. Es decir, las profecías se exponen de forma escrita para que las generaciones futuras puedan comprobar que sus dioses les dieron una serie de mensajes que deberían de cumplirse muchos años después. La Religión influye, de forma sibilina, como cualquier servicio de espionaje en el resto de las instituciones humanas; sean estas sociales, políticas, militares o culturales, dirigiendo los pasos hacia el cumplimiento de esos mensajes que fueran dados por los arcontes, en sueños, a ciertos humanos bien escogidos.

Por lo tanto, es necesario que se sepa que, aunque toda palabra es inspirada por Dios; es decir viene del Pleroma, también es presuntamente manipulable por el Gran Presuntuoso: Supuestamente el Líder de los arcontes que pretenden mantener a su dios, nosotros, dormido para siempre. Ya hemos redundado en que si nosotros seguimos, de forma innatural, durmientes, ellos seguirán activos  y medrando en nuestra contra como en un círculo vicioso que quedaría muy bien reflejado en el movimiento de una noria y que tan bien se ha mostrado en el cine con la película del Día de la Marmota, aquí en España, retitulada como El Tiempo en sus manos.

Va siendo hora de que despertemos de nuestro sueño letal y sepamos que sí existe una Conspiración de naturaleza Cósmica contra el Alma Humana. En las entrañas de esa Conspiración, cargada de engaños, es donde deberemos de ubicar todas esas fantasiosas profecías que se nos quiere hacer ver como pronunciadas por la Divinidad, mediante sus profetas humanos.

Los Enviados y los Profetas, en otro sentido, existen y entran periódicamente en nuestro mundo, a modo de Hermanos Mayores, para ayudarnos a despertar; pero las religiones terminan apropiándose tanto de sus imágenes como de sus enseñanzas e información, tergiversándola hasta hacerla completamente irreconocible para nuestra mente humana.

Bien y dicho esto, se me preguntará que ¿Cuál es la solución? Es cierto, nadie o casi nadie aporta la solución a este Problema que lastra a la humanidad desde su origen. Todos los enviados del Pleroma, el Mundo Original, nos han dicho que despertar; pero para despertar hay primero que cambiar de actitud. Debemos de elevar nuestro nivel vibratorio mediante el Amor altruista hacia todos nuestros semejantes humanos y no humanos. No existen unas simples gafas o una enseñanza simple que nos pueda abrir los ojos por arte de birlibirloque. Necesitamos poner de nuestra parte y esa es la parte más sustancial e importante de la ecuación.

Una vez que hemos comenzado a aprender a amar a todo lo que nos rodea, por infecto que pudiera resultarnos o parecer, estaremos sintonizados a la frecuencia vibratoria de Shambala; que no es otra cosa que una avanzadilla estratégica del Pleroma en nuestro Mundo. También podría ser considerada, esta estación, como una especie de atenuador intermediario entre la Metanoia que es permanentemente transmitida desde dicho lugar y nosotros, nuestro Universo. Si la Metanoia, información de Luz del Mundo Original, pasara a nuestro Universo sin ser atenuada, todo colapsaría regresando a un estado caótico primigenio y nuestros espíritus quedarían prisioneros del Objeto resultante. Esa Luz convertida en Información y nosotros sintonizados, con ella, mediante el Amor es recibida en nuestro interior y va despertado progresivamente al habitante celestial que todos llevamos en nuestro interior, es lo que se conoce como el nacimiento del hombre Nuevo o Christo espiritual.

Existe un verdadero Problema y es que, a pesar de que pareciera que la humanidad está constituida de una multitud de individuos, en realidad conformamos una sola Unidad Cósmica y si solo despiertan unos pocos. Nada o muy poco se habría conseguido. Es necesario que todos despertemos, al unísono, a la única Verdad para que podamos retornar a nuestro hogar, unidos como una sola cosa, tal y como estábamos cuando entramos en este escenario teatral que nuestro Universo es.

Muchos de nuestros hermanos se encuentra atados y bien atados por las entidades arcónticas y es a ellos principalmente a quienes nos dirigimos con meridiana claridad: Tu Poder es falso y tu disfrute y felicidad, en este plano, es efímero e irreal. Luego, como dijese Jesús el Nazareno, hay que desprenderse de todo lo que nos ata a este mundo, incluidas las riquezas y otras vanidades intangibles, dándonos a los demás en divino amor sin contraprestación a cambio. Cuando eso se produzca y se eleve nuestro grado vibratorio, el de nuestras almas, las garras de las máquinas arcónticas que nos aprisionan dejarán de poder hacerlo y nos soltarán,  permitiendo que la Luz de la Verdad entre hasta en lo más profundo de nuestro código Genético, donde mora la chispa de espíritu eterno e inmortal.

Una vez despiertos todos podremos, dados de la mano, llamar a la puerta, ahora sí ya visible, de nuestro verdadero y original Hogar Celeste.

Por ello, cuando les hablen de profecías que se van cumpliendo sepan que todo no es más que cósmica orquestación de un tremendo engaño para alejarnos de la Luz y esa es la verdadera razón de que las religiones sean permanente conflicto de guerras y enemistades buscadas. Por sus obras los conoceréis. Ni las religiones son divinas sino demoníacas, si queremos llamarlo así, ni nos son útiles como vehículo de salvación o de retorno al Pleroma; dado que se tratan de los enormes comederos a los que acuden los legisladores para devorar, una y otra vez, la luz de nuestras almas inmortales.


ARALBA